Prólogo

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Muchas son las teorías cósmicas que intentan explicar las «coincidencias» que a veces nos depara el destino... y muchas son las razones para creer en ellas o para desmentirlas.

Pero, si para muchos científicos no existe más realidad que aquella que puede ser probada y testeada en un confiable experimento; repetidas veces en un, también confiable laboratorio. ¿Por qué alguno de ellos iba a creer en las antiguas leyendas de los ancestrales monjes orientales? Nunca se han obtenido pruebas. No tendrían por qué creerlas.

No a menos que lo vivieras...

«Cuando un cuenco se pierde en el basto camino de la vida, y consigo suele llevarse a dos o más cuencos con él... el Gran Universo es capaz de guiarlo para corregir las consecuencias de su error y concederle una segunda oportunidad»

No es común, y no siempre sucede.

No cualquiera reúne los requisitos para ser enseñado por el mismo Cosmos, y el basto Gran Universo... Pero aunque ocurre pocas veces, y a extremadamente muy pocas personas... es imposible no negar su existencia por falta de evidencia. Por muy científico que seas...

¿Y el problema? El problema es que solo una cosa el Gran Universo se tenía estrictamente prohibida...

«... El Gran Universo jamás obligará a un cuenco perdido a volver al camino correcto, si éste no desea, por la razón que sea, vibrar a la frecuencia correcta.

Por más que otros cuencos pierdan la frecuencia junto a él»

No sin tu compañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora