—¡Oye! ¡Qué pequeño es el mundo!
El Nara volteó a mirar al rubio.
—¿Tu ya la conocías? —frunció el ceño.
—sí, cuando se inscribió aquí en el poyecto de cosmología. Hablamos un par de cosas. Trabaja en neutrinos, y otras cosas.
—¡Y no me lo dijsite!
—¡Qué sabía yo que tú estabas enamorado de ella!
—¡No estoy enamorado de ella! —respondió molesto.
—¡Es la misma chica de la foto! Datebayo —Naruto levantó su cabeza y cerro sus ojos— No engañas a nadie con esa actitud.
—Ya cállate.
Shikamaru se volteó para dirigirse a su oficina.
—¿Oye, para dónde vas?
—¡Que más da!
—¿No te vas a inscribir?
—No tengo interés en esa área.
Naruto sonrió.
—No me refería a que te inscribieras específicamente en esa área —era obvio que la rubia todavía le gustaba.
El Nara comenzó a bajar las escaleras.
—¡Oye! ¡¿No la iras a ver?!—habló en voz alta para que lo alcanzara oír.
—¡Callate! —Exclamó el otro mientras desaparecía por las escaleras.
Naruto suspiró. ¿Qué había pasado entre esos dos?
Sería mejor dejarlo solo por un momento. Ya sabía que podría explotar en enojo si lo seguía molestando con otras cosas. Meneó la cabeza y sonrió.
Shikamaru cerró su oficina y abrió el primer cajón de su escritorio. Tomó la foto, la amuñó, y la tiró al canasto de la basura que estaba en la otra esquina.
Pero rebotó en la pared y cayó fuera.
«¡Maldita sea!» volvió a tomar la pelota de papel y caminó hasta el basurero para de desecharla. Guardó sus manos en los bolsillos y se volteó a mirar toda su oficina. La sensación de vacío esta vez fue peor, e imposible de desmentir en su interior.
Apretó los dientes y cerró los ojos. ¡Era momento de olvidarla! ¡Ya tenía que olvidarla!
«—¿Puedo sentarme aquí?
Shikamaru vio a la rubia que parecía ser de algún año superior, con tres libros sobre la mesa, un cuaderno, y algunos lapices de colores para tomar notas y resaltar las mismas notas.
Ella giró el rostro y lo miró también.
—Claro. A esta hora no hay mas opción.
Shikamaru dejó su libro sobre la mesa.
—¿A qué hora llegas tú? —le arqueó una ceja...
—Todos los días llego aquí a las 8:00 en punto.
El otro abrió unos enormes ojos.
—¿Incluso cuando no tienes clases?
—Incluso cuando no tengo clases—ella comenzó a escribir cosas en el cuaderno.
—mendokuse—suspiró echándose en la silla de al lado.
Eran las 11:00 y la biblioteca siempre estaba llena a las 11:00. No había más remedio que compartir algunas mesas, y hace algún tiempo que venía viéndola siempre sentada en el mismo lugar, con vista a la ventana, bastante iluminado, y dos sillas vacías a su alrededor.
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No sin tu compañía
FanfictionUna relación de pareja se ve enfrentada cada cierto tiempo a la misma disyuntiva que pone en jaque a cualquier par de personas. Con una resolución nada fácil de acordar, a pesar de tener solo dos opciones en realidad. O se continua con la relación...