Hace cinco años: Punto de no retorno

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—¿Todavía te tiene bloqueada?

—Ya te lo dije. No va a hablarme nunca mas—tragó saliva con dificultad.

—¿Hace cuanto no hablan?

Los ojos verdes de la rubia se llenaron agua. La angustia la aplastaba.

—dos semanas...— miró hacia el cielo y se calló. Debía procurar llenar sus pulmones de aire lentamente. Aunque el nudo en su garganta apenas ni dejara pasar.

—Deberías intentar contactarlo—habló la pelirrosa desde el otro lado del celular.

—Ya le pedí a Kiba. Y a Chouji. —apretó sus dientas con rabia— Ya les dijo que no quería saber nada más de mi.

Sakura suspiró.

—¿Cómo es que no van a hablar mejor las cosas?

—Ya no importa.

Revisaba su celular seguido, para ver si él la había desbloqueado, pero después de que Kiba y Chouji le habían dicho que él no quería saber nada de ella, ella había desistido. 

Su cabeza había desistido pero su corazón no lo había hecho.

Se había aguantado de llorar en ese tiempo, esperando que él la fuera a llamar, pero cuando Kiba le dijo que él no la buscaría más... Esa noche no pudo hacer otra cosa que llorar. Se había acabado y era hora de aceptarlo. Dolía... Lo extrañaba. Lo extrañaba pero el no iba ceder jamás, y ella tampoco lo haría por una relación que ya venía mal.

Intentó tomar aire para no llorar otra vez.

—Te dije que estaba hastiado de mi. Esta vez... —tragó saliva— En serio estaba hastiado de mi.

—Quizás debas insistir más...

—¡¿Cuánto más?! Me tiene bloqueada Sakura. Si quisiera que lo buscara no me habría bloqueado de todas partes.

—Pero ustedes se amaban...

—El amor puede acabarse...— lo había sospechado más bien. Las peleas aumentaban... Y simplemente aumentaban.

—No lo sé. Quizás solo sea por orgullo de su parte... Pero tú también te equivocaste bastante.

—¡Él es un idiota! —exclamó con rencor.

—Mejor cuéntame de cómo te ha ido en Suiza —ya no quería atormentarla más con el tema—. ¿Cómo esta todo por allá?

Temari intentó mirar por la ventana de su casa.

—Es... Bonito. —Que más daba... No tenía ganas de nada en realidad—. El clima esta bien. Todo bien.

—¿Cuándo entras?

Temari volteó a mirar el calendario que había colgado en la cocina.

—La próxima semana. Exactamente en una semana.

En eso entrecerró los ojos al fijarse bien la fecha en la que estaban.

—¿Ya tienes tus asignaturas?

Un horrible escalofrío recorrió por completo el cuerpo de la rubia. Se acercó rápidamente y retrocedió al mes anterior intentando hacer memoria de lo que pasó.

—¿Temari?

No hubo respuesta.

—¿Estás bien?

No sin tu compañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora