La oportunidad que no se debía desperdiciar

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—Pase...

Shikamaru abrió la puerta y la cerró lentamente luego de entrar.

El rubio volteó a mirarlo.

—¡Hola!

—Todavía tiene la fotografía. —Las palabras salieron de la boca del Nara como si todavía necesitara procesarlas.

Naruto abrió sus ojos sin poder creerlo.

—¡¿Que?!

—Que todavía tiene la fotografía—agregó igual de inconsciente.

Ambos se quedaron mirando.

—Shikamaru, ¡entonces no te ha olvidado!

—No lo sé...—levanto sus cejas.

—¡Pero lo que sí está claro es que tú no la has olvidado! —sonrió mientras movía sus cejas.

El Nara se llevó una mano a la cabeza mientras intentaba asimilar lo que pasaba.

—¿Como te enteraste?

—Lee llegó a mi oficina con un antiguo libro de ella. El primer libro que compró.

—¿Y por qué lo guardaría ahí?

—Es... Una larga historia.

—Bueno, pero entonces no te ha olvidado

Shikamaru guardo sus manos en los bolsillos intentando pensar con la cabeza fría.

—¿No harás nada?

—No lo sé.

—¡Shikamaru! Se te ve a leguas como cambió tu cara! Cambio bastante a la hora de almuerzo cuando te enteraste de que no guardaba esa cosa en su billetera, y ahora... volvió a cambiar tu cara y todo tu estado de ánimo al saber que no se ha deshecho de ella.

—Es que...—¡Mendokuse! ¡Las cosas eran tan tremendamente complicadas! —no importa lo que sienta... —levantó la vista para mirarlo— siempre hubo problemas.

Naruto tristemente comprendió la aflicción que atormentaba a la mente del otro. Sí, su cara había cambiado al enterarse de que ella aun conservaba esa fotografía. Se veía un brillo distinto en sus ojos... Pero se veía también bastante abrumado. El Nara lo miraba, levantando el centro de sus cejas, casi obligándose a no querer sentir nada por ella. Temía mas bien volver a sentir cosas por ella.

¿Que rayos había pasado?

—¿Alguno de los dos engaño al otro con un tercero?

—No...

—Entonces ¿cómo dejaste que acabara?

—¡Ella es sumamente orgullosa! —frunció el ceño—No quiero pasar por lo mismo otra vez.

—¿Por qué lo dices?

—Porque no voy a pasar por lo mismo otra vez.

Naruto le arqueó una ceja.

—¿Y eso no es orgullo de tu parte?

—¡Me protejo de ella! No caeré en sus trampas otra vez. Ella no va a jugar conmigo otra vez. No quiero sentir que vuelve a jugar conmigo como si fuera su... No lo sé. ¡El idiota que siempre tendrá en la palma de su mano! Jamas voy a perdonárselo.

—pero yo veo que de todas formas estas dudándolo.

Ambos se miraron en silencio, y Shikamaru suspiró afligido y cansado de tener que pasar por eso.

No sin tu compañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora