Solo Tú || HERSUS

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Una de los peores castigos del ser humano es tener dilemas mentales esos donde tu mente, orgullo están en una guerra constante con tus sentimientos y con lo que llamamos corazón. En una manera más corta de mencionar, el corazón dicta una cosa mientras que la mente dice otra.

Tal cual es en este caso.

Imagina lo siguiente; sentir miles de cosas por una persona, en una situación que tu corazón grite a los 4 vientos que la necesitas a tu lado, desde querer rozar cada parte de su cuerpo y llegar hasta lo más profundo de su alma, y por otra parte tus pensamientos traicioneros repiten cada segundo que no es correcto y te planta un miedo increíble a que por expresarte acabas con todo lo que has conseguido.
Lo repito, uno de los peores castigos...

| Narra Jesús. |

Nunca imaginé estar en un lío así, mucho menos que se tratase de mi y mi estado emocional. Valla que me advirtieron alguna vez sobre lo difícil que era controlar al corazón pero jamás lo imaginé de esta manera.

Miedo es poco...

No estoy en contra de este tipo de personas, pero yo me juraba a mi mismo siendo heterosexual y al final la vida me está haciendo ver la realidad de las cosas. Ahora estoy aquí con la cabeza hecha un lío pensando en cada una de las características de un chico que me traen la mente por los suelos.

Y es que el mayor problema no es que sea un chico, si no, el problema es que es ese chico. Mi amigo, mi colega, mi hermano y mi mejor amigo...

El problema es que es Herny.

Observé cada uno de los rincones del bar con el propósito de ignorar aquella mirada que me estaba matando. Sus ojos de vez en cuando se posaban en mi y eso me hacía sentir nervioso.

Sentados en aquella zona privada la cual había sido idea de Lexosi, sentados en unos sofás que yacían en el lugar. Lexosi, Vegetta, Fargan, Herny, Elyas, Arsilex y yo, en ese orden respectivamente.

Vegetta reía con Lexosi, Fargan y Herny en la mayoría del tiempo, a veces Elyas y yo nos unimos a ellos también en risa sobre los chistes malos que soltaban nuestros amigos y Arsilex era quien más disfrutaba del momento, ya llevaba varías copas encima y se le notaba feliz bailando de vez en cuando al ritmo de la música.

Me dio una gran idea.

Necesitaba despejar la mente y no se me ocurría mejor idea. Pasó un mesero justo por mi lado y lo llamé, después de susurrarle mi pedido este asintió y se fue sin antes decir "vuelvo en seguida". Regresé la vista a mis amigos los cuales me miraban confundidos y no los culpo, sabían perfectamente que yo no era una persona de consumir mucho alcohol.

- Jesús ¿estás seguro chaval? - preguntó vegetta mirando hacía mi, en sus ojos se notaba preocupación - me sorprende esto tío, no eres de beber mucho y eso me preocupa - esta vez Lexosi lo apoyó con un simple "tiene razón".

Todos me miraban esperando una respuesta, valla miradas tan pesadas las de éstos tíos, ser el centro de atención no servía de mucho para calmar mi nervios. Asentí.

- No pasa nada Vegetta, sólo será un trago, tu tranquilo - el silencio reinó entre todos, si no fuese por la música sería un momento realmente incómodo.

- Dejarlo que disfrute un poco al chaval, no seáis tan pesados con él, no pasará nada malo, un trago es un trago - Fargan habló rompiendo el silencio - Además ¡no eres su padre Vegetta - esta vez lo dijo en tono divertido el cual nos hizo reír a todos, excepto Vegetta el cual aún me miraba.

Los demás siguieron en lo que anteriormente hacían. Vegetta volvió a mirarme aun preguntando con su mirada si estaba todo bien, solo asentí susurrandole un "todo esta bien" a lo cual recibí un mismo gesto como repuesta.