Solo Tú || HERSUS

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Más de cinco minutos pasaron y el silencio permanecía en la sala de la familia materna de Jesús. Las miradas iban de rostro en rostro a excepción de una. Aquél señor mayor, el abuelo de la familia tenía posada su vista en su nieto, en Jesús el cual se mantenía nervioso mirando a sus padres. Cada vez la tensión era más y más pero el miedo invadió a todos cuando escucharon el sonido de refinar su garganta al hombre y figura mayor de aquella casa.

- ¿No piensas decir nada, joven? - habló con la mayor voz grave que podía hacer, logrando que la sangre se helara a más de uno.

Jesús tragó duro sintiéndose intimidado ante su abuelo.

- No tengo que decir, no tengo idea de que está pasando, abuelo - sinceró el ojiazul.

Al momento, tan solo terminar el abuelo golpeó con ambas manos la mesa de la sala y de golpe se levantó espantando a todos. Amenazó con su dedo apuntando directo a Jesús.

- ¡No me llames, Abuelo! Tu dejaste de ser mi nieto después de cometer alta estupidez - escupió con desprecio.

El asombro y los nervios volvieron a envolver a todos, sabían que Jesús era el nieto favorito y que de la nada, sin dar explicaciones le dijera tales palabras realmente era algo sorprendente.
En él chico se presentó aquella presión en el pecho y las lágrimas amenazaron en salir, la tristeza subió hasta la punta de sus cabellos. Tanto cariño, tantos abrazos, palabras, pláticas, consejos y buenos deseos se fueron a la mierda con esas hirientes palabras. Pero se mantuvo fuerte esperando explicación.

- ¿Se puede saber exactamente qué estupidez hice? - preguntó nervioso Jesús.

- Ahora te haces imbécil y el que no recuerda.

- Hombre, he hecho muchas estupideces en mi vida pero no se exactamente de cual me hablas - explicó con un tono de obviedad - y menos me llega a la cabeza de cual estupidez hablas para decirme tantas cosas horribles.

- ¿Cómo coño no quieres que te hablé así después de lo qué hiciste? - volvió a gritar el hombre mayor.

- ¡Menos entiendo tu desprecio si no me explicas qué coño está pasando! - al borde de las lágrimas también levantó la voz.

El abuelo solo se mantuvo callado, de la mesa del centro tomó una foto que estaba con su imagen hacía abajo, la voltea y la tira hacia enfrente quedando justo enfrente de Jesús exponiendo lo que está contenía.

La sorpresa de Jesús fue enorme, la palidez subió a su piel totalmente. En la fotografía se lograba observar a simple vista dos chicos, conforme se acercó estos chicos tenían sus manos entrelazadas a la vez que se daban un beso. Una foto tomada desde un ángulo a metros de distancia, una foto que cualquier personas en su sano juicio entendería que se trababa de dos enamorados.

Dos chicos, una relación, un amor, dos personas y esas dos personas eran nada más y nada menos que Herny y Jesús.

- Eres un maricón de mierda - escupió con el mayor desprecio posible en el.

Las lágrimas bajaban por las mejillas del chico. Su familia, por miedo a recibir un regaño del abuelo, agachan la mirada dando suspiros y unas cuantas respiraciones irregulares por falta de aire. El corazón del chico se estrujaba poco a poco, no debía derrumbarse pero le era casi imposible cuando se trababa de su abuelo, una de las mayores figuras inspiradoras para él, quién aparentemente le apoyaba en su sueño de ser youtuber/streamer, quién le repetía cada visita un "nunca dejes de luchar, se tu mismo y no te rindas" tomándolo como lema de vida, quién muchas veces le aconsejo como padre y le protegió como un verdadero abuelo, quién le escuchó como un amigo más, quién le brindó su hombro para llorar y un abrazo como consuelo, una mano para levantarse y un pie para seguir su camino. Quién parecía ser la mejor persona con la que en la vida de cruzaría, ahora le estaba mostrando todo su desprecio.