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Lo bueno; es que contigo quiero todo.
Lo malo: es que sin ti no quiero nada.



|| Narra Jesús. ||

Salí de la ducha directo a la habitación. Sequé mi cuerpo con la toalla y dispuse a vestirme paso a paso como era común en mi rutina. Al acabar puse mi desodorante y loción por mi cuerpo, mi favorita de toda la vida, era un poco fuerte el olor más a mi me encantaba. Ahora me encontraba frente al espejo pasando mis manos por mi cabello, el poco que quedaba, buscando el lado perfecto en acomodarlo.

Miestras frente al espejo, escuché el ruido de la puerta abrirse. Por el espejo alcé mi mirada buscando a quien estaba en la entrada percatandome que se trataba de Herny.

Vestía sus jeans de mezclilla pegados dejando resaltar sus grandes y formadas piernas, una camisa en un tono beige con detalles de lineas muy delgadas de color grisáceo, las mangas marcaban los músculos de sus brazos. He de admitirlo era guapo, demasiado.

Sentí mis piernas falsearse al momento en que dió pasó adentro de la habitación. Caminó un poco más aún con sus manos en la espalda. Una vez cerca, pegó nuestros cuerpos con una de sus manos tomando mi cintura. Nuestros rostros estaban a muy pocos centímetros y nuestras respiraciones se mezclaban.

Es increíble la forma en que logra poner mis nervios a flor de piel.

Desde su ausencia en la mañana y verlo hasta este momento, las ganas de abrazarlo se hicieron presentes inmediatamente, pero por alguna razón me daba pena abrazarle.

- Hola hermoso - susurró rozando mis labios y causando un gran escalofrío recorriendo mi espalda. Lo notó. Sonrió malicioso viéndolo directo a mis labios - te extrañé tanto - volvió a decir.

Las ansias por besarlo eran demasiadas, decidido en iniciar esta vez yo el beso me acerqué a el, rápidamente se alejó ganándose una mirada confundida de mi parte la cual al momento cambió por una de sorpresa.

De su espalda movió su brazo hacía en frente mostrando entre sus manos un tulipán blanco, subí la mirada a sus ojos y recibí una sonrisa nerviosa. Con algo de duda tomé el tulipán entre mis manos y lo acerqué a mi nariz sintiendo aquel increíble pero suave olor de aquella bella flor, mi favorita. Sin duda un gran detalle.

Sin pensarlo dos veces me balance sobre su cuerpo envolviendo mis manos alrededor de su cuello en forma de abrazo. Al instante sentí sus brazos rodear mi cintura y hundiendo su cabeza en la curva de mi cuello, correspondiendo mi abrazo.

Mágica y drásticamente la inseguridad que había sentido en las horas anteriores se esfumó al solo tenerlo frente a mi. Las miles de preguntas formuladas por mi consciencias dejaron de tener sentido y razón. El corazón se habia agrandado ante el contacto de sus grandes manos en mi espalda con sus caricias circulares en esta zona. Mi pulso aumentaba al igual que mi respiración al sentir el roce de su nariz y labios entre la zona de unión de mi cuello y mi hombro derecho.

Incomprensible la forma en que con tan sólo un roce y unos pocos segundos era suficiente para tener toda mi atención hacía él, siendo sumiso a su cuerpo, esa sensación de vulnerabilidad ante la mirada penetrante de sus ojos claros, y la necesidad que sentía mi piel pidiendo a gritos ser acariciada y besada por el mismo.

Moví mi cabeza y posicioné una de mis manos en su nuca. En un movimiento rápido junte nuestros labios en un beso profundo pero lento el cuál duro unos segundos haciendo separarnos por falta de aire.

Solo Tú || HERSUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora