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Pov. Koyo:

-mire esto señora— la doctora Yosano Akiko especialista de neurología me estaba mostrando la radiografía de los estudios en la cabeza que le realizaron a Chuuya— compare la radiografía de su hijo con una radiografía de un cuerpo sano.

Estaba confundida, Chuuya había tenido una caída fuerte, pero al revisar sus manos me di cuenta que estos no tenían ninguna herida, usualmente cuando alguien se cae trata de poner las manos para cubrirse, Chuuya no hizo eso.

-¿mi hijo tiene algo en la cabeza?

-la médula espinal, el tronco cerebral y el cerebelo son los que nos permiten coordinar y realizar sin problemas los movimientos del cuerpo— la doctora se hizo a un lado para que pueda apreciar la radiografía y empezó a explicarme más detalladamente— note como el cerebelo de su hijo presenta un claro deterioro, por alguna razón se encoge y las células se degeneran lentamente, por lo tanto son células muertas.

-¿células muertas?— mi corazón latía rápidamente, al ser consultora de salud, y a ver sido enfermera sabía que esto era grave, desde que el médico que curó a Chuuya me dijo que lo llevará con la neuróloga presentía algo.

-al principio no habrán cambios notables, pero después caminará de manera inestable y la probabilidad de que caiga ira aumentando— recordé las veces en las que Chuuya se tropezaba— perderá el sentido de la profundidad entre los objetos— recordé las veces en las que Chuuya no podía agarrar su mochila o los palillos para comer— escribirá de manera incorrecta, no podrá hablar fluidamente y habrá un momento en donde ya no podrá articular ninguna palabra y tendrá que usar una tabla de vocales para comunicarse, tampoco podrá comer sin atragantarse y ya no podrá caminar— mi corazón se iba deteniendo con cada palabra, sentía el tiempo había parado— es una enfermedad cruel, es lenta pero cada día ira empeorando.

Cuando vine a hacerle una prueba a Chuuya con la doctora Yosano y ver como fallaba en mantenerse de un pie, o los demás ejercicios que le dio la doctora Yosano tenía miedo del veredicto que daría.

-la enfermedad de su hijo se llama degeneración espinocerebral.

-¿tiene cura?— mis palabras sonaban cansadas, sentía una daga en la garganta— ¿tiene cura?

-hasta donde yo se, no ha habido ningún caso donde alguien se cure completamente.

Sentía como finas lágrimas caían de mis ojos, no podía creer que Chuuya, mi hijo, padezca una enfermedad tan cruel.

-pero hay tratamientos para que la enfermedad no sea tan rápida.

-¿qué le pasará a Chuuya en un futuro?

Deseaba con todo mi ser que me dijera que solo se quedaría así, en un estado sin caminar ni hablar pero nada más.

-no le voy a mentir— la doctora dio un largo suspiro— su hijo puede morir por insuficiencia cardíaca o por arritmia— Sentía que estaba en una pesadilla no podía creer que todo eso que me decía la doctora le estaba pasando a mi hijo— podemos empezar con los tratamientos, debe comunicarselo a su esposo y a su hijo.

-yo... No puedo aceptar ese diagnóstico, necesito ir a buscar una segunda opinión... Yo... No quiero creer que mi hijo...— sentía como mi voz se apagaba, las ganas de llorar desconsoladamente eran fuertes— solo tiene dieciséis años doctora... Tiene dieciséis.

Note como la doctora me daba una mirada comprensiva, era difícil que la vida de mi pequeño estaba sentenciada a terminar.

-entiendo lo que dice señora, le daré las radiografías y si lo desea le recomendaré un buen médico en neurología, también le pido que su hijo tome las pastillas de esta receta— la doctora me extendió un papel, era la receta médica— mientras más rápido tome las pastillas mejor.

-gracias doctora Yosano.

Me retire del consultorio y me encontré con Chuuya, no quiero creer que mi hijo posee esta enfermedad, debe haber un error.

Tumba de Camelias {Soukoku}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora