Estaba en el hospital para que me saquen la gasa que me pusieron por la caída que tuve.
-listo, descuida no quedará cicatriz.
-gracias doctor.
Estaba caminando por el hermoso patio del hospital, me encantaban esas hermosas camelias rojas, aunque me llamó la atención que un pequeño balón rosa cayera cerca de mi pie.
-¿es tuyo?— ví como una pequeña niña corría hacia el balón.
-si, es mío.
-¿éstas jugando sola?
-mi papá esta en su revisión, seguro saldrá pronto.
-ya veo— trate de agarrar el balón pero otra vez no capte bien la profundidad.
-¿estas enfermo?
-¿por qué lo dices?
-cuando mi papá aún podía caminar también hacia lo que tú, no podía agarrar objetos.
Un escalofrío recorrió mi espalda, es decir era lamentable pero lo mío no era grave, al menos mi madre no me dijo nada.
Note como la doctora Yosano salía al patio, hice una reverencia en manera de saludo y la niña se dirigió hacia ella.
-doctora, ¿mi papá ya salió?
-así es, puedes ir a verlo.
-nos vemos eh...
-Chuuya, ¿y tú?
-Aya.
-nos vemos Aya-chan.
-nos vemos Chuuya-nii.
Una vez que la niña dio media vuelta yo también lo hice, debía ir a casa y hacer la tarea, aun así... Realmente estaba pensando mucho lo que dijo Aya...
*+:。.。 。.。:+*
Todo el salón practicaba la canción que habíamos escogido para cantar el coro, yo debía dirigir la canción. Aun así note como la maldita caballa no cantaba en lo absoluto y hacia caras raras para distraerme.
-por ahora terminamos, chicos se pueden ir a sus casas.
El maestro Kunikida había terminado los ensayos por hoy, también estaba recogiendo mis cosas y me dispuse a salir, note como Dazai me seguía.
-¿no irás a tu casa?
-me da curiosidad saber como es tu casa Chibi, será que viven en un árbol o en una casa muy pequeña.
Iba a lanzarle un golpe pero como siempre no pude captar la profundidad.
-necesitas lentes.
-callate.
Caminamos por un par de minutos en un cómodo silencio cuando note como Dazai se puso a mi otro lado y tenía una cara de ¿asco?
-¿qué ocurre?
-atrás de ti hay un demonio...
Voltee para ver al supuesto demonio, me iba a morir de risa al ver que era un pequeño cachorro de raza Husky que nos perseguía.
-pero si es la cosa más hermosa que haya visto— lo tome entre mis brazos y empezó a lamerme— ¿cómo te atreves a llamar demonio a este ángel?
-¿Ángel? Si solo me esta gruñendo— era verdad, el cachorro le estaba gruñendo a Dazai.
-eso es porque los animales saben cuando alguien es malvado— no me había dado cuenta que ya habíamos llegado a mi casa— muy bien Dazai esfumate, no quiero que alguien te vea cerca de mi.
-¿por qué te llevas a ese demonio contigo y no me invitas a pasar a mi?
-porque este hermoso cachorro es más educado qué tú.
Iba a irme cuando note como Kyoka había salido al patio.
-qué bien qué llegaste Chuuya papá iba a salir a buscarte.
-estaba ocupado en los ensayos del coro.
-ya veo, ¡papá Chuuya ya llegó, y trajo a su novio y un perro!
Maldita mocosa.
-¡oye no le des falsas noticias a nuestro padre!
Note como mi papá estaba saliendo fuera por aquella imprudencia qué dijo Kyoka.
-¡¿cómo qué tienes novio?!
-¡no es mi novio! El solo es—
-Dazai Osamu, un gusto señor.
El bastardo ese se presentó delante de mi padre, desgraciado.
-sea como sea la cena esta lista Chuuya, y ya que este joven esta aquí que pase.
Ah, sería una noche larga, Dazai comió con nosotros, conoció a mi hermana menor Kyoka la cual no dejaba de acariciar al cachorro al que nombro Dimon, también conoció a mi madre y a mi padre, el cual le mandaba miradas amenazadoras que el imbécil de Dazai no captaba. Al finalizar la cena salí afuera con Dazai para despedirme.
-estuvo divertido, debería venir más seguido.
-¿no te gusta tu casa?
-es molesto estar ahí, invitame en otra ocasión Chibi.
-en tus sueños.
Ambos nos despedimos y me dirigí a mi habitación, pero no pude dormir, las pastillas y lo que pasó en el hospital me hacían sospechar que no tenía problemas periféricos como dijo mi madre, era algo más.
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Tumba de Camelias {Soukoku}
RomanceLa esperanza de vida de Chuuya era poca. Desde que había nacido nada en su mundo era fuera de lugar, todos los días el era feliz por la vida que le tocó, hasta que una fuerte caída lo llevó al hospital. Ahí le diagnosticaron una enfermedad que no l...