Sanar

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La decisión no le sorprendió en absoluto.

Tan pronto como terminó de testificar, y el fiscal constató de primera mano los datos que aportó para que pudieran cerciorarse de su identidad, el juez ordenó que se mantuviera a 1013 en prisión preventiva.

Y a ella también.

No se inmutó al escuchar el mandato ni trató de resistirse cuando un oficial se acercó a ponerle un par de esposas, el único momento en que su rostro demostró algún tipo de emoción fue cuando oyó la voz fuerte de Yuqi abriéndose paso entre las personas de la sala para que la dejaran llegar hasta ella. Dos guardias la sostuvieron y entonces forcejeó entre ellos, mirándola a los ojos con lágrimas mientras se la llevaban. Horas más tarde, cuando se encontraba sentada en el suelo frío de la prisión, Yuqi apareció corriendo y se empujó contra los barrotes, se aferró a ellos y lloró sin pena mientras intentaba alcanzarla y apretaba el hierro entre sus dedos con el deseo de romperlo y liberarla.

Soyeon se movió calmada hasta ella y se sentaron hombro contra hombro, la frialdad de las rejas interponiéndose en algunos espacios de sus extremidades, entrelazaron sus manos y Yuqi desahogó todos sus miedos hasta que un guardia fue por ella alegando que ya había terminado el horario de visitas. No le hizo caso alguno, terca como era, pero Soyeon pidió que no complicara las cosas, necesitaban hacer todo bien en la mayor medida posible porque los tiempos que estaban por venir no serían fáciles.

Y no lo fueron.

Solo dos días después de ser encerrada, mientras esperaba la próxima citación a declarar, uno de los policías que la vigilaban intentó asesinarla. Tenía suerte de que 1013 no pudiese deshacerse de ella haciendo que le pusieran una bala entre los ojos y nada más, eso lo incriminaría de inmediato, todos los testigos en calidad de arrepentidos habían muerto bajo circunstancias sospechosas en las sombras de la noche. El bastardo no fue nada cuidadoso ni sigiloso, abrió la puerta de su celda y se acercó listo para estrangularla, tal parecía que no le había quedado claro con quién estaba tratando, se había metido a la jaula del león.

Le tomó segundos dejarlo al borde de la muerte y cuando acabó se sentó sobre su catre a esperar que los otros guardias se acercaran a recogerlo, explicó la situación y exigió que se le proporcionara seguridad privada. El fiscal la negó en primera instancia a lo que Yuqi protestó furiosa antes de empezar a mover contactos por más que se topara con una piedra tras otra. Ella había sido puesta bajo investigación pese a haber declarado desconocer su pasado hasta poco antes del juicio, intentaban dar con algo que probara que eso era mentira pero su secreto había sido más que privado, solo ellas y su padre lo conocían, no había forma de que lo supieran.

Al ver que su pareja seguía sin tener resultados, y luego de un segundo intento de asesinato, Soyeon se volvió completamente paranoica y se negó a comer. Las cosas que le preguntaban los investigadores eran cada vez más peligrosas, al punto en que sabía que a 1013 poco le importaría meterle un tiro entre la frente o envenenarla y acumular aún más sospechas solo para evitar que ella siguiera hablando. Su cuerpo se debilitó a los tres días, no aceptaba beber agua siquiera, y para el quinto hubo un tercer ataque del que a duras penas logró salir ilesa y luego acabó en la enfermería.

Las autoridades cedieron y le permitieron a Yuqi llevar hombres de su confianza para que la custodiaran, era bueno ver caras amigas por más que fuera en esas circunstancias. También dejaron que Soojin preparara toda su comida, la joven había viajado a Nueva York para ayudar a Yuqi en lo que pudiera, los alimentos eran entregados a mano en cada cambio de guardia.

Su adorada novia era quien más turnos tomaba con tal de estar a su lado, se quedaba durante horas sentada contra la reja, no le importaba la incomodidad o la rigidez que luego pesaba en sus músculos. Casi siempre le hablaba de cómo avanzaba el caso pero también le contaba otras cosas, como el hecho de que Minnie estaba cuidando bien de Yong-Yong o que su padre le enviaba afecto. Él no podía visitarla por órdenes de la justicia, tenía su propia causa abierta por encubrimiento agravado por la falsificación de identidad, tomó toda la culpa y logró que su hermano saliera bien parado del asunto, lo cual era bueno porque él jamás había conocido su verdadera historia.

No day but TodayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora