No day but Today

Yuqi

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Desde la ventana de su camioneta, observó una vez más el techo del pintoresco rancho en medio del desierto, cualquiera que diera un vistazo desde la casa no podría verla, estaba oculta detrás de la curva del camino, separada por unos murallones bajos de piedra.

Llevaba casi media hora así.

Se pasó la mano por los nuevamente cortos mechones de su cabello, le había pedido a su padre que lo rebajara hacía un par de semanas, era más cómodo para trabajar en la mecánica. También le pidió que lo pintara de rubio, ese era el color con el que Yuqi la había conocido y, aunque su cabello negro era bonito, las hebras doradas no le sentaban mal.

Encontrar el rancho de la joven no había sido demasiado difícil, pero animarse a entrar en él era un tema completamente diferente. ¿Qué le diría? ¿Querría verla siquiera? Minnie pensaba que sí, pero ella no estaba tan segura.

El primer destino de su viaje había sido aquel destartalado hotel en medio de la nada, el padre de Soojin apenas le dio un pequeño asentimiento de cabeza al verla y ella lo devolvió antes de preguntar por su hija. Fue así cómo se enteró de que la muchacha en cuestión había viajado a la ciudad para estudiar gastronomía, pensando en abrir su propio restaurante en un futuro. Preguntó por Minnie entonces, su furgoneta seguía estacionada en el mismo sitio aunque no había podido dar con ella y él respondió que era la nueva encargada de la cafetería.

Eso solo le dijo que al menos tres de las seis muchachas que habían cruzado caminos aquel caluroso día en el desierto no estaban en el pueblo, esperaba saber cuál había sido el destino de Shuhua.

Minnie la recibió con brazos abiertos, reconociéndola casi de inmediato, la encerró en un abrazo como si su amistad tuviera años y la hubiese recordado a cada segundo, esperando a que volviera. Ella le dijo que Miyeon había ayudado a Shuhua a progresar en la ciudad con el dinero que le dejó, le había dado un hogar y un empleo como modelo y no había demorado en volverse famosa, su belleza era reconocida en todo el país. A su vez, la diseñadora también había logrado su sueño y se había consagrado, con Shuhua siendo su musa para la inspiración.

La joven de espíritu libre, que ahora llevaba el cabello en un rubio un poco más brillante que el suyo, le enseñó una fotografía de todas ellas juntas y no pasó por alto la mirada ensombrecida en sus ojos cuando señaló a Yuqi, quien sonreía a la cámara pero parecía más apagada de lo que recordaba.

Ella había logrado su cometido y se había convertido en una integrante de las fuerzas policiales del estado, Minnie aseguró que desde el día en que le dieron la placa no descansó un solo minuto y se volvió implacable en su trabajo, su madre a menudo la llamaba a ella y a Soojin para hacerla salir del cascarón en que se había convertido su investigación contra la mafia interestatal.

-Está completamente obsesionada con ellos...- comentó mientras le pasaba un trago- Cuando supimos la historia de su madre, creímos que estaba intentando vengarse de alguna manera, pero... No lo sé, es casi demasiada pasión como para que sea solo eso, es como si hubiesen tomado algo directamente de ella.

Soyeon confirmó que Yuqi no había compartido su historia con nadie, ni siquiera con aquellas que probablemente se habían transformado en sus mejores amigas, ella la guardó para sí misma. Eso explicaba porqué Minnie continuaba llamándola Harley, tendría que mantener las cosas así hasta ver cómo fluía su nueva vida en el futuro.

-Deberías ir a verla, quizá le haga bien...- sugirió la muchacha y ella agradeció al cielo porque no sabía cómo pedir su dirección sin que se le enrojecieran las mejillas- No sé qué fue lo que pasó entre ustedes además de lo obvio- bromeó, su rostro se calentó al captar la insinuación- No sé porqué te marchaste y la dejaste atrás pero creo que la marcaste de alguna manera y quizá podrían volver a conectarse.