MOTEL

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Al principio creyó que estaba imaginando cosas, que su mente había alcanzado el límite de cordura ante todo el tiempo que llevaba caminando debajo del sol, oyendo nada más que los sonidos de los pequeños animales del terreno árido huyendo de su presencia o el graznido familiar de las aves de carroña revoloteando en los cielos. Sin embargo, cuando se dignó a poner más atención, pudo distinguir claramente el ruido sordo de una radio a unos cuantos metros de distancia, las notas de la canción country rebotaban en el vacío del desierto.

Apresuró el paso, no dispuesta a descreer de esa única oportunidad, el sol se alzaba en lo alto y creaba pesadas ondas de calor en el horizonte, haciendo imposible diferenciar nada más allá del ascenso de la ruta infinita. Prácticamente arrastrando la pesada maleta, que ya de por sí era bastante grande para alguien de su tamaño compacto, subió el camino pedregoso hasta alcanzar la cúspide y un aliviado suspiro escapó de sus labios resecos al descubrir lo que se encontraba al otro lado.

Casi como si se tratara de un espejismo, un modesto y rústico hotel se levantaba en medio de la intemperie. No se veía demasiado concurrido, a simple vista podía divisar algún que otro vehículo estacionado además de las cosas que formaban parte de las comodidades del lugar. 

Apresuró el paso hasta que estuvo a una distancia prudente para analizar todo con más detenimiento, descubriendo que afortunadamente había una alberca en donde refrescarse además de una cafetería, las habitaciones y lo que supuso sería la recepción junto con el hogar del hospedante.

Cerca de la piscina- si así podía decírsele- reposaba una joven que para nada encajaba con el motel, de hecho portaba joyas costosas y se asoleaba ajena al tedioso calor del desierto. La muchacha de cabellos oscuros bajó un poco sus lentes para mirarla de arriba abajo, aunque ella podía decir que no intentaba menospreciarla, todo lo contrario, parecía estar más que satisfecha con su atuendo.

Bueno, eso significaba que su ajetreada travesía no la había acabado.

Los gritos molestos de otra mujer llamaron su atención y procedió a virar el rostro para contemplar a una chica de cabellos tintados en rosa, con ropa de volados y brillos, algo que jamás creería capaz de usar, se veía como un hada jovial pese a estar enojada. La causa de su ira era un caballo zaino de buen porte que parecía estar importunando a sus mascotas, atacando a sus provisiones.

Estaba dispuesta a intervenir cuando sintió el peso de una mirada sobre ella, años de una vida en constante riesgo la habían entrenado bien para estar alerta, aunque podía decir que la bonita niña al otro lado de la ventana de la cafetería no representaba ninguna amenaza, todo lo que alcanzaba a ver en su rostro era curiosidad...Misma que también se reflejaba en la otra doncella encerrada en una de las habitaciones cercanas a la recepción, su puerta se hallaba abierta pero solo lo suficiente como para fisgonear su llegada y para evitar una posible reprimenda por parte del hombre calvo que se hallaba junto a su cuarto, ¿Tal vez?

Cuando creyó que su recuento había concluido, una quinta figura femenina emergió de las habitaciones. Tenía el cabello de un color rojo intenso y estaba bien ataviada con una campera de cuero terracota, pantalones a juego y botas de caña alta, la cereza del postre era sin duda su sombrero texano, estaba claro a quién le pertenecía el caballo que aún seguía generando un alboroto. Otra de las cosas que había cosechado en su larga lista de malas experiencias era la habilidad para leer a las personas y, si bien esa jovencita poseía un rostro afable y hasta pacífico, su andar seguro y postura impertérrita le hicieron saber que estaba ante un espécimen difícil de tratar. 

Era de las suyas, por así decirlo.

La observó apresurar el paso hasta alcanzar las riendas de su caballo al mismo tiempo que murmuraba disculpas apresuradas al hada de cabello rosado, con poco esfuerzo apartó al equino de su sitio y lo llevó hasta un nuevo poste, en donde amarró las riendas y se encargó de dejarle algo de agua. No supo si fue demasiado obvia, o si simplemente se trató de una coincidencia, más ella volteó en su dirección y sus ojos se encontraron. Lejos de sentirse avergonzada o intimidada, sonrió a sabiendas y guiñó un ojo antes de soltar su maleta y retirar su calurosa campera negra.

Soyeon- sí, ella tenía un nombre aunque no pudiese ser pronunciado- se sintió a salvo y decidió que podía tener un día normal en medio del desastre que representaba su vida.  

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Hola, Nevies! 

Para los que no me conocen, varios deben estar acá por (G)-IDLE Latinoamérica- La Grupa, soy Ali. Esta es una historia que originalmente subí y actualicé en ese lugar pero, como Facebook es una mierda y baneó el grupo, decidí postear todo acá. 

Los que ya saben qué va a suceder eviten hacer spoilers en los comentarios, de todas formas aviso que puede que extienda algunos capítulos, en Facebook intentaba hacerlos cortos pero acá tengo libertad de explayarme tanto como quiera sin que resulte tedioso. 

No sé qué tan periódicas serán las actualizaciones, todo depende de qué tanto tiempo tenga para reeditar los capítulos, supongo que podría llegar a subir una por semana, los Domingos, como hacía en el grupo. Subí este segundo cap rápido porque no me pareció que hiciera falta agregarle nada, algunos serán más cortos o largos, todo depende de lo que crea necesario incluir para un mejor desarrollo de la historia.

Si son nuevos bienvenidos a este drama, si están acá para releer sepan que los amo y agradezco mucho su apoyo, varios me habían pedido que subiera la historia acá, así que espero que vuelvan a disfrutarla mucho. 

Nos vemos la próxima! 

No day but TodayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora