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Sentir que estás cayendo no es una sensación agradable, o por lo menos para Draco era así . Se había tirado en un arrebato de furia, sin pensarlo mucho, y ahora se daba cuenta de lo idiota que había sido. Podrían haber huido a pie, controlando las hemorragias de Jia sin necesidad del numerito que había montado. Locasta no podía usar la magia a diestra y siniestra, y estaba seguro de que cualquiera de ellos podría haberle destrozado con unos pocos puñetazos, pero solo pensó en su tranquilidad, algo que echaba de menos y esperaba encontrar en el más allá.

Pero, como no, la suerte no estaba de su lado, y enseguida notó una fuerza tirar de él hacia arriba, alguien estaba usando un hechizo para elevarlo. Era raro, la magia que lo rodeaba no era agresiva, o por lo menos él no la notaba así. Era cálido, agradable, le relajaba hasta el punto de que no notaba ningún dolor en su cuerpo. No le quedaba ninguna preocupación, se sentía como en si estuviera tumbado en una esponjosa nube.

Sin embargo, no duró mucho. En unos segundos, aquella fuerza desapareció y cayó de culo en la fría y mojada piedra del puente  segundos antes había saltado. Estaba confundido, pero primero miró a sus amigos. Tenían lágrimas en la cara, seguro que por la idea de su muerte, pero había otra cosa. Miraban directamente a algo detrás de él, donde se supondría que estaba Locasta.

Draco giró la cabeza, confundido, pero ese nivel de confusión no fue nada al ver la escena que estaba teniendo lugar.

-¿Will?

Su amigo estaba allí, al lado de Locasta, vestido con un traje negro y una capa granate, a conjunto con el traje de la mujer. El chico le miraba sin reaccionar, pero Draco notó que sujetaba una varita en su mano derecha.

-¿Qué-

-¿Will?-preguntó jocosa la mujer-¿Ese nombre te has puesto?

-Fue el primero que se me ocurrió-respondió él sin más.

-Vaya, con el nombre precioso que tienes y vas y te pones Will, en fin-dijo ella suspirando teatreramente.

Draco no podía articular palabra, pero miró a Maxon instintivamente, sabía que él estaría peor, y no se confundió. Las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas, pero parecía mucho más enfadado que triste.

-¿Qué significa esto?-preguntó Harry-¡Will!

-Ese no es mi nombre, como bien habéis oído-respondió él sin mostrar ninguna emoción-Me llamo Jules Pokeby, no William Shelby.

Draco se sentía de nuevo en una nube, pero esta vez estaba sentado en el puente. Todo había pasado tan rápido y tan de repente que su cerebro no estaba asimilando nada, y se sentía mareado. Además, la humedad y niebla del lugar habían calado profundamente en él, así que notaba el frío entrar en sus huesos, haciéndole tiritar, aunque puede que eso fuera una escusa y realmente solo estuviese aterrado.

-¿Pokeby?-preguntó Hermione con un débil hilo de voz-¿Eres...eres-

-Sí, soy el segundo hijo de Locasta.

Silencio. Nadie dijo nada, solo se miraban entre ellos sin articular palabra alguna, tampoco se movían. Estaban tan impresionados que apenas podían asimilar que aquello estaba pasando de verdad, nadie se había preparado para algo así.

-No...no puede ser-dijo Draco incrédulo-Venga, Will, déjate de bromas, ¿eh? Ven aquí, vamos a darle una paliza a esa señora y volvamos a la universidad, todavía hay muchas fiestas a las que tenemos que ir.

El moreno no se movió, ni siquiera un milímetro, solo miró al rubio con indiferencia.

-¿Te parece una broma?-respondió simplemente.

Monachopsis // HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora