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Según habían calculado, llegarían a Resa en un máximo de dos días, pero podía quedarse en menos, ya que todos estaban tan ansiosos por llegar que andaban mucho más rápido que antes. Iban hablando de cualquier cosa mientras los tres magos estaban alerta, siempre preparados para el posible ataque.

-Yo solo digo que tendríamos que haber traído algo de hierba-dijo la pelirroja entre jadeos por el esfuerzo físico que estaban haciendo-podríamos haber pasado unas buenas noches en Hogwarts.

-Por Dios, has visto a esta gente sacar todo tipo de paridas con hechizos, seguro que si nos hace falta son capaces de conseguirnos algo de maría-dijo Maxon jadeando también.

-¿Podéis callaros?-se quejó Will-Ahora solo puedo pensar en fumarme un porro mientras escucho Lágrimas de sangre y veo el atardecer en el campus.

-Will, voy a llorar-sollozó Jia-quiero una tarde así ya.

-¿Os parece normal hablar de esto en esta situación?-preguntó Draco con las cejas alzadas-Estamos en peligro de muerte, buscando a un mago para pedirle sangre y llevamos horas andando, pero lo único en lo que pensáis es en drogas y rap.

-Vaya, don optimista happy flower le llamaban-se quejó el de heterocromía-Perdón por intentar no llorar.

Jia y Maxon empezaron a reír desviando la mirada ante los amenazantes ojos de su amigo rubio, que miraba a Will como si se estuviera aguantando las ganas de darle un puñetazo.

Es más, estaba a punto de hacerlo, pero un grito le hizo parar en seco.

-¡Silencio!-dijo Harry mirando algún punto entre los enormes árboles que los rodeaban y sacando su varita.

Hermione y Ron se pusieron a su lado imitando sus acciones. Los tres tenían unas miradas serias y salvajes, posiciones de batalla y hasta el último músculo de sus cuerpos completamente tenso. Los cuatro restantes se habían callado enseguida y observaban algo asustados la situación, nerviosos porque no escuchaban nada excepto el viento arrastrando algunas hojas y sus propias respiraciones.

Pero entonces, un objeto llegó hasta Draco a una velocidad que les hizo imposible detenerlo. El rubio salió disparado hacía atrás después de recibir el impacto y se estampó contra un gran tronco, perdiendo la respiración por el golpe durante unos segundos.

-¡Draco!-gritaron todos a la vez intentando llegar hasta él.

Sin embargo, del objeto lanzado empezaron a salir pequeños trozos que se alinearon haciendo un círculo alrededor del chico. Sonó un clic, y de repente, una bola de luz se formó donde antes habían estado esos objetos.

Los demás ya no podían ver al rubio y entrecerraban los ojos por la cegadora luz que provenía de aquella esfera.

-Mierda, mierda, mierda-mascullaba el de gafas-¡Hermione! ¿Qué es esto?

-Parece un campo energético, una especie de jaula de poder mágico-respondió ella completamente alarmada y confundida-No había visto nunca una, pero creo que leí algo hace tiempo...

Harry chascó la lengua y volvió a centrar su atención en aquella bola de luz, pero sintió como su nerviosismo crecía cuando reparó en algo. Estaba disminuyendo, cada vez teniendo un diámetro menor.

-Chicos... ¿soy el único que ve que cada vez es más pequeña?-preguntó el pelirrojo.

-No es una jaula-murmuró la morena-Es...es un teletra... ¡Es un teletransportador!¡Se lo van a llevar!

El de gafas abrió los ojos aterrorizado, no sabían qué hacer y se estaban llevando al rubio delante de sus ojos. Entonces, se le ocurrió algo, la persona que había lanzado este hechizo debía de estar por ahí, y si la encontraban, podrían anularlo.

Monachopsis // HarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora