Monachopsis // Harco

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-¿Estamos listos?-dijo estirándose la castaña-Vamos, casi lo tenemos

-Sí-suspiró Ron-Por fin

Draco sonrió ante el cansancio de todos. La verdad era que él estaba igual, pero no podían relajarse cuando Eliphas podía estar a escasos kilómetros.

Así, se pusieron en marcha. Preguntaron en el pueblo, pero nadie les supo decir dónde se encontraba. Parecía que no se había juntado mucho con los habitantes de Resa, ya que ninguno lo conocía, solo les sonaba el nombre.

Entonces, optaron por el lugar más previsible, el espeso bosque que recorría toda la cima. Si se quisiera esconder, probablemente estaría ahí. Para llegar, tenían que cruzar todo el pueblo, y cuando ya casi estaban al borde del bosque, un hombre les paró con una expresión llena de preocupación.

-¡No podéis entrar ahí, forasteros!-exclamó él alzando los brazos-¡Es un bosque maldito!

El hombre pareció confundido por no recibir una escandalizada reacción por parte de los jóvenes, que solo cerraron los ojos y suspiraron.

-No se preocupe, señor-dijo Hermione-Literalmente nos hemos criado al lado de uno

-No lo entendéis, allí desaparecen personas-continuó alarmado-Antes, muchos de nuestros niños se metían ahí para jugar, pero no todos volvían. Esos árboles secuestran sus almas y devoran sus cuerpos.

-Genial, parece divertido-murmuró Maxon-¿Por qué todo tiene que ser mágico o estar maldito?

-Quizás es porque estamos en el mundo mágico, no sé, llámame loca-respondió irónica la pelirroja

-No es para tomárselo a broma-interrumpió el hombre con un tono grave-Hemos perdido a hijos, nietos, amigos... Todos presas de esos malditos árboles. Se puede escuchar como te llaman, te atraen para matarte.

-Lo entendemos, señor-dijo Hermione-Pero necesitamos pasar. Somos magos bastante fuertes, nos las arreglaremos.

El hombre suspiró y negó con la cabeza

-Que no se vaya diciendo que yo no avisé

Dicho esto, se fue, dejando a los jóvenes solos y algo nerviosos por la supuesta sed de sangre de aquel bosque.

-Bueno-dijo Harry arrastrando la palabra-Es hora de hacer senderismo

-Is hiri di hicir sindirismi-dijo Ron entrecerrando los ojos y burlándose de su amigo, pero fue de los primeros en adentrarse entre los árboles, enseguida seguido de los demás.

Caminaron por la espesura de aquel lugar, que era totalmente silvestre por la ausencia de humanos. No había senderos que facilitaran la subida, ya bastante empinada y con un suelo irregular.

-Normal que este sitio esté maldito, yo ya me he cagado en su existencia trescientas veces-dijo entre jadeos Jia

Empezaron a reír ante sus palabras, pero ella seguía seria

-No me hace gracia, voy a acabar escupiendo un pulmón

-Jia, cállate por favor, si me río no puedo seguir-pidió Draco entre jadeos

La pelirroja se calló y continuaron andando en silencio, más o menos. Se escuchaba solo el crujido de las hojas y los palos bajo sus pies, además de el de algunos animales que pasaban por ahí.

De repente, un grito de la pelirroja, que iba la última, les hizo darse la vuelta alarmados. Pero, para su sorpresa, Jia ya no estaba ahí.

-¿Jia?-preguntó Will, que era el más cercano al lugar donde segundos antes había estado la chica