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El resto de la noche pasó como un borrón. Todos estaban pasados de tragos, y el reloj marcaba las cuatro de la mañana cuando decidieron que ya era momento de marcharse.

Mingi, quien había desaparecido por horas, volvió a ellos hecho un desastre de cabello desordenado y chupetones en el cuello. No se tenía que ser un genio para adivinar en qué se había metido, y fue cuando lo vio llegar que Yunho decidió que ya tenían que finalizar el festejo.

Se pusieron de acuerdo para todos dormir en la casa de Mingi esa noche, que quedaba como a unas dos cuadras de ahí, por lo que salieron del club en condiciones deplorables después de eternas discusiones para convencer a los más tercos de abandonar la fiesta. Felix, Mingi y Chan se llevaron el premio esa noche por ser los más borrachos de todos.

Él estaba bien. Al menos lo suficiente para caminar por su cuenta. No había bebido mucho después de su reflexivo momento de soledad en la terraza, y fue más fácil pasarlo bien cuando su mente estaba menos cargada que cuando llegó.

En ese momento podía decir sin dudar que se había divertido, muy a pesar de todo, y tratar su tensión con Jisung fue mucho más fácil cuando sus amigos estaban increíblemente borrachos y lo hacían reír con todo tipo de ocurrencias. Había sabido actuar normal con el menor gracias a eso, e incluso habían podido hablar casualmente en medio de cada baile, como si las palabras que Minho dijo más temprano no estuvieran dando vueltas en sus miradas cada vez que sus ojos se encontraban.

-Ugh, si Mingi vomita yo también -murmuró Jisung a su lado, abrazándose al cuerpo a su lado para cubrirse del frío.

-Dijiste que no estabas tan borracho -lo acusó Minho, haciendo malabares para quitarse la chaqueta y tendérsela al menor, quien se las arregló para ponérsela sin dejar de caminar mientras le regalaba una sonrisa agradecida.

-No lo estoy, pero empiezo a pensar que comprar papas fritas en el carro de la esquina fue una mala idea.

-¿No será que mezclar tanto alcohol te revolvió el estómago? -Changbin se unió apenas a la conversación, batallando con el adormecido Felix que se resbalaba por su espalda mientras lo cargaba.

-Estoy seguro de que no bebí tanto. Gracias.

Minho rodó los ojos ante la terquedad de Jisung, pero se mantuvo atento a su estado durante el resto del camino, preocupado de que se enfermara de repente y decidiera vomitarle encima.

Esa debería ser la menor de sus preocupaciones, si consideraba que entre los dos llevaban abrazados a un Chan que con suerte podía caminar derecho sin tropezarse con sus propios pies. Su hyung no había dejado de parlotear sobre la explicación científica de los efectos del alcohol en la sangre desde que se puso a discutir con otro borracho del club sobre el tema, y Minho consideraba que eso era mejor que cargarlo en su espalda como lo hacía Changbin con Felix, y definitivamente mucho mejor que correr detrás de un hiperactivo Mingi que amenazaba con estrellarse contra los postes de luz cada dos segundos.

Eso no lo hacía más agradable, claro, pero no parecía tan terrible.

-¿Saben? -dijo Chan de repente, su cabeza caída hacia el frente mientras arrastraba las palabras... y los pies- Ustedes son muy buenos amigos, ¿lo sabían? ¿Se los había dicho? Son los mejores, en serio, chicos.

-Como tú digas, campeón -murmuró Minho, cansado de llevarlo apoyado en su hombro. Estaba seguro de que su hyung no estaba ni haciendo el esfuerzo de caminar solo y se estaba cargando en ellos, porque le pesaba un montón.

¿Tanto le costaba a Yunho encontrar las llaves de la casa en los pantalones de Mingi?

Trató a toda costa de parecer normal frente a los demás, pero su nuevo silencio con Jisung gritaba lo que era obvio para ambos. Estaban de vuelta en la casa en la que se habían conocido, la expresión reservada en el rostro contrario le dio a entender que no era el único batallando con los recuerdos en ese momento.

Dirty Dancing || MINSUNG (RESUBIENDO/EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora