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Changbin les repartió a todos unas cervezas para beber mientras cocinaban, y Felix colocó algo de música en un pequeño reproductor que tenía Minho por ahí, por lo que el ambiente rápidamente se volvió ameno.

La casa se sentía completamente distinta cuando había gente ahí para darle vida. Minho se encontró a sí mismo relajándose y riéndose de todo, conversando con tranquilidad mientras cortaba un poco de pollo. A su lado, Jisung estaba cocinando ya la carne en un sartén, mientras que sus amigos preparaban las ensaladas.

Era fácil imaginarse que una situación como esa ocurriera con mayor frecuencia. Con Changbin y Felix siendo unos románticos irremediables entre ellos, se sentía como si Jisung y él fueran otra pareja más en su hogar. Casi se corta el dedo por andar distraído con el pensamiento, y se sonrojó cuando Jisung le frunció el ceño.

-Ten cuidado, sunbae -lo regañó mientras revolvía la carne, y él no se contuvo de rodarle los ojos.

-Soy un experto, no necesitas preocuparte por mí.

Esta vez fue el turno de Jisung de poner los ojos en blanco, y Minho le sonrió juguetonamente mientras lo empujaba sin fuerza con el codo, burlesco y sintiendo que le ardían las orejas. ¿En qué demonios estaba pensando cuando Jisung estaba justo al lado suyo?

Aquello fue suficiente para que dejara de soñar despierto y pudiera parar de llenarse la cabeza con tonterías. Se concentró en lo suyo mientras Felix les contaba de su ajetreada semana, y pronto estuvieron todos sentados en la mesa del comedor, con el pecoso y Changbin frente a él. Lo que lo dejaba, una vez más, sentado al lado de Jisung.

Minho fue muy consciente de esto último, como lo era cada vez que estaba cerca de él. No quería disfrutar demasiado de su compañía en una situación tan cotidiana como esa, porque una parte de su mente le decía que sería muy fácil acostumbrarse a ese tipo de cosas con Jisung. El escucharlo hablar más de lo normal y sentirse orgulloso de aquello, el sonreír cada vez que reía, y escuchar atentamente cada palabra suya para tener algo que decirle de vuelta. No tendría que ser así.

Y sabía que sería difícil para él si empezaba a creer que podía tener más de lo que ya tenía. Él no quería eso. No quería esos pensamientos. No quería esos sentimientos. No quería nada que significara un problema para él en el futuro. Y que Jisung estuviera disfrutando de su sexo casual, mientras él se ilusionaba con la idea de algo más, prometía ser un problema muy, muy grande.

Le sentó como anillo al dedo el que sus amigos propusieran ver una película en el salón. Se había retraído peleando infinitamente consigo mismo, y tratar de aplastar sus emociones para detener lo que fuera que estaba pasando en su pecho era, sinceramente, agotador. Se seguía diciendo que era el entusiasmo del secretismo, de lo prohibido, pero su subconsciente no parecía conforme con esa explicación. Minho, y su delgada línea de raciocinio, sí.

Se quedó solo en la cocina con la excusa de lavar los trastes sucios, balbuceando algo sobre que sus gatos buscaban las sobras y que podrían enfermar si las comían. Todo con tal de tener un minuto más para calmarse a sí mismo y a su acelerado corazón, que no se había recuperado aún del pequeño contacto visual que estableció con Jisung segundos atrás.

No entendía porqué estaba tan nervioso. Antes parecía estar bien, incluso en su cuarto a solas con Jisung había tenido más compostura que en ese momento. No lo entendía.

Para cuando volvió al salón, un poco más calmado después de haber entrado en contacto con agua fría, vio a sus amigos acomodados en el sofá, ya familiarizados con el lugar. En cambio, Jisung estaba sentado rígidamente en uno de los sillones individuales mientras trataba de llamar la atención de uno de sus gatos, que se paseaban por aquí y por allá sin hacerle caso a nadie.

Dirty Dancing || MINSUNG (RESUBIENDO/EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora