ʜᴏᴛᴛᴇʀ ᴛʜᴀɴ ғɪʀᴇ - ᴡᴀʀʀᴇɴ ᴘᴇᴀᴄᴇ

𝐨𝐧𝐞

𝐅𝐢𝐫𝐬𝐭 𝐝𝐚𝐲.

Las mañanas movidas no eran las favoritas de Emma, pero era de esperarse al ser un primer día de escuela. La jóven preparó la mesa para el desayuno junto a su padre, mientras su madre confirmaba una cita con una clienta, las bienes raíces nunca llamaron su atención por mucho que sus padres le hablaran acerca de heredar el negocio familiar.

Al menos les quedaba su otro negocio, uno que Emma sí estaba dispuesta a tomar y así seguir el camino de sus padres.

El camino de los héroes.

– ¿Por qué tarda tanto? – Su madre colgó el teléfono y llamó a su segundo hijo desde las escaleras, sin recibir respuesta.

– Debió haberse quedado dormido, querida.

– Ese chico... ¿Podrías ir a despertarlo Emma? Por favor...

– Claro.

La joven dejó la mesa preparada y subió las escaleras camino a la habitación de su hermano, cuando estuvo frente a la puerta tocó dos veces y entró sin esperar una respuesta, encontrando al chico levantando pesas, o haciendo el intento.

Emma sonrió y se apoyó en el marco de la puerta, esperando a que su hermano notara su presencia. Cuando vió que estaba muy concentrado en lo suyo habló para llamar la atención.

– ¿Sabías que ese truco ya no funciona conmigo? – Will levantó la vista y suspiró con alivio, dejando las pesas en su soporte para sentarse en la silla.

– Creí que era mamá o papá...

Emma le dió una breve mirada al suelo, comprendiendo su miedo. Will era su hermano menor y el único en la familia que no poseía un super poder, esto siendo un dato muy importante y ajeno al conocimiento de sus padres, quienes piensan que Will heredó la super fuerza de su padre. Su hermana supo esto desde que eran muy pequeños, Emma no era una chica fácil de engañar y cuando se enteró Will le rogó que no dijera nada, aunque como hermana, no podía evitar utilizar aquella información en contra del menor de vez en cuando.

Al menos ella había corrido con la suerte de heredar el poder de un familiar lejano, pudiendo manipular la estructura molecular de los objetos a su gusto.

Básicamente puede convertir cosas en otras cosas y cambiar su forma.

– ¿Nervioso por tu primer día en la secundaria?

– Mentiría si dijera que no... – Will se levantó de la silla y se lanzó a la cama, Emma dió un par de pasos hasta su posición, tomando asiento junto al chico.

– No quiero darte falsas esperanzas. Si no tienes un poder te irá mal ¿Cuál es tu plan, genio?

– No lo sé, ya se me ocurrirá algo... – El padre de los chicos los llamó desde el piso de abajo y ambos se dirigieron a la cocina. Emma vió a la amiga de Will, Layla, sentada en el comedor y la saludó con una sonrisa para sentarse junto a ella seguida de su hermano, mientras su madre ponía un plato frente a cada uno menos a la recién llegada, quien se había negado a comer cualquier alimento proveniente de los animales.

– No puedo creer que ya vayan a ir a la escuela de héroes. Pareciera apenas ayer que ambos se bañaban juntos. – La mujer sonrió conmovida mirando a ambos chicos, Emma se cubrió la boca con la mano evitando escupir la comida cuando una risa amenazó con salir de su garganta.