Doce

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Llamándo la atención.

Si bien lo que Harry quería hacer era ir hacia la mesa de profesores y arrancar la cabeza de aquella mujer descarada, no pudo, fue arrastrado por Draco a la mesa de Slytherin mientras gruñia por lo bajo y mostraba sus colmillos. Fue sentado junto al rubio, pero su vista jamas se despegó de Severus y aquella mujer, quería levantarse y apartar a la castaña que ahora estaba acercando sus labios a la oreja de Severus para susurrarle algo. Gruño más fuerte si fue posible.

- Deberías calmarte - su antebrazo fue jalado por Draco para que le prestara atención, y se obligó a despegar la mirada para darle una mirada furiosa al rubio y si bien él retrocedió levemente al ver la furia el ojiverde, no se dejó amedrentar y también le gruño por lo bajo mientras sentía su parte Vela burbujear bajo su piel. Realmente el ojiverde iba a sacarlo de quicio.

- Podrían calmarse ambos, la idea es no llamar la atención - Tymothee se sentó junto a Harry mientras clavaba un tenedor en un pedazo de pollo para luego servirlo en el plato del ojiverde. Y aunque recibió dos miradas enojadas el simplemente rodo los ojos mientras seguía sirviendo comida en los tres platos.

- ¿Quien es ella? - y aunque Harry quiso decir "Quien es esa perra", se controló un poco mientras seguía mirando a los dos profesores en la mesa alta.

- Escuche que es la nueva profesora de Encantamientos, el profesor Flitwick tiene para por lo menos dos meses así que encontraron una reemplazante - Harry gruño por la respuesta del ojigris y clavó con furia su tenedor en el pollo que Tymothee le había servido.

- Oye, tranquilo, el profesor Snape la está ignorando, no te preocupes - pero no le preocupaba lo que fuera hacer Severus, le importaba las garras que esa perra quería poner sobre SU pareja, él no iba a permitir algo como aquello.

Y sin que Draco o Tymothee pudieran detenerlo se acercó a la mesa de profesores hasta estar frente a Severus, que lo miraba pidiendo ayuda pero estaba serio como siempre, aparentando que no le molestaba tener casi sobre él a la mujer.

- Profesor Snape, si no está ocupado me gustaría hablar con usted en este momento - Harry pudo ver como las uñas de la profesora se agarraron levemente al antebrazo de Severus cuando dijo eso, tuvo ganas de gruñirle y mostrarle sus colmillos pero se contuvo y solo frunció el ceño, pero lo mirada que Severus le dio supuso que sus ojos estaban levemente rojos.

- Señor Potter, fue toda una sorpresa para el mundo magico saber su nueva condición, espero no tener que castigarlo por conductas indebidas - esta vez Harry no pudo evitar gruñir levemente ante las palabras de la mujer.

- Profesor - Harry ignoro a la mujer y volvió a dirigirse a Severus.

- Claro, señor Potter, charlemos afuera - Severus gentilmente saco la mano de la profesora mientras se levantaba, después de todo seguía siendo una dama y no iba a tratarla mal.

- Profesora Stewart que tenga buen provecho, la veo mañana - y aunque la castaña frunció levemente sus labios tintados de rojo asintio.

- Buenas noches, Severus - y Harry tuvo ganas de matarla por decir el nombre de su pareja, pero el mayor solo le puso una mano en la espalda y lo condujo hacia afuera del Comedor, ambos caminaron hacia las mazmorras y Harry no le pareció mal, quería privacidad para lo que iba a hacer.

Cuando entraron al despacho de Severus, Harry se dio vuelta y acorraló al mayor contra la puerta cerrada, si bien Harry era notablemente menor en altura, eso no impedía que Severus se sintiera levemente intimidado por el vampiro. Pero no le tenia miedo, más bien se sentía inquieto porque no sabía que haría el chico. Pero Harry no hizo nada violento, ni comenzó a gritar ni se abalanzó sobre Severus, solo apoyó su cabeza en el pecho del ojinegro y paso sus brazos por la cintura del mayor. Severus al principio no supo que hacer, pero luego coloco sus brazos alrededor del menor y puso su barbilla sobre la cabeza alborotada.

Dulce MaldicionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora