Dulce Maldicion

Catorce

Unión.

Severus suspiro mientras se pasaba las manos por la cara, estaba cansado, y no era para menos. Aparte de sus molestos alumnos que susurraban a sus espaldas, importandoles poco las miradas mortales que Severus le daba, estaban los adultos. A eso de las 5 de la tarde habían empezado a llegar cartas y cartas de padres, diciéndole lo indecente que era al estar con un alumno, que aunque no era menor, seguía siendo su alumno. Aparte de eso había recibido una carta oficial de la Junta de Gobernadores y ahora tenía que presentarse con buenos motivos si no quería pasar unos buenos años en Azkaban.

El ojinegro se trono los huesos del cuello y luego lo apoyo en el respaldo de donde estaba sentado, quería acostarse a dormir o aunque fuera a relajarse en el sillón de su sala. Pero aparte de contestar una carta de Lucius, tenia que recibir a dos personas que, o querían cortarle las bolas, o venían a "hablar amablemente" con él. Y tenía la certeza de que seguro sería lo primero. Y por si fuera poco ahora tenia una reunión con Dumbledore y después la cena, en donde todas las miradas iban que estar sobre él, y seguramente sobre Harry. Sinceramente solo quería quedarse encerrado en sus habitaciones, total nadie iba a extrañarlo. Pero tenía responsabilidades, y debía dar la cara ante los problemas.

Y por si no fuera poco, Severus aún no había visto la edición de la tarde del Profeta, donde relataban con muchas exageraciones lo que había pasado, lo que traeria una ola más exagerada de murmullos y chismes dentro del colegio.

Del otro lado del castillo Harry estaba subiendo las escaleras de la torre Lunaria, se sentía cansado y solo quería dormir. Y no ayudaba la inmensa cantidad de cartas que había recibido mientras salía de su última clase, aparte de que habia pasado vergüenza al ser perseguido por una bandada de lechuzas, ahora tenia una carta del ministro de magia y una de la Junta de Gobernadores, citandolo para que diera explicaciones de la situación. Solo esperaba que su atrevimiento no le causara problemas a Severus, era lo único que le importaba en esos momentos.

Cuando entro en la sala común, fue recibido por los aplausos sarcásticos de Draco y los sinceros de Milenah y Tymothee, realmente quería pegarle a los tres. Pero solo pasó junto a Draco, no sin antes darle un tingazo en la frente, se sacó los zapatos y se recostó en el sillón con la cabeza en el regazo de Milenah, que como mamá gallina comenzó a acariciar su cabello para tranquilizarlo. Un fuerte suspiro salió de la boca de Harry, realmente necesitaba mimos en ese momentos.

- No sabía que eras exhibicionista - y aunque le dio una mirada al rubio que lo hubiera mandado al más allá si esta matará, poco le importo a Draco que levanto las dos piernas de Harry para sentarse y luego ponerlas sobre su regazo.

Tymothee se sentó frente a ellos, mirando como Harry intentaba llevar su pie a la cara del rubio, ya que este seguía molestandolo.

- ¿Como te fue con la profesora Hooch? - El castaño intentó distraerlos del tema que estaba en boca de todo el colegio y por la cara de Harry, él se veía bastante agradecido por no hablar de lo que había pasado en el Comedor.

- Diría que bien, si no fuese porque ella también hizo una escena cuando le dije que quería dejar el equipo, pero al final termino respetando mi decisión - Tymothee inclino la cabeza hacia un lado.

- Eso es bueno, ahora los cuatro tendremos tiempo libre luego de las clases - Harry miro raro a Tymothee, ¿Había dicho los cuatro?

- Pero Draco juega en el equipo de Quiddich de Slytherin - Harry seguia sin entender del todo, y para cuando se dio cuenta Draco ya lo había afirmado.

- Deje el equipo, y no pienses que fue por ti, Potter - aclaro Draco al ver la cara del ojiverde - Tengo que cuidar mi salud - los tres presentes no entendieron las palabras del rubio.