Dulce Maldicion

Siete

Mostrándome al mundo.

Harry se había quedado solo en su habitación luego de la conversación que lo convenció de tener el valor de mostrarse tal y como era ahora, pero mientras estaba parado frente a espejo, pensó que muchos podrían tenerle miedo. Su nueva palidez, las ojeras y los colmillos, le daban una apariencia exótica, pero en medio de la oscuridad, Harry infundía un miedo terrible a quien lo viera. Sin embargo, Harry jamás le haría daño a nadie, tampoco asustaria a propósito con su condición. Debía aceptar que tenía miedo de lo que fueran a pensar de él. Si lo iban a aceptar nuevamente, si sus amigos estarían para él luego de verlo. Con un suspiro Harry se sentó en el suelo frente al espejo que continuaba con los bordes blanco, así como cada parte de la habitación. No había tenido tiempo de pensar ni siquiera en desempacar sus cosas del baúl o de acomodar algo siquiera.

- Debería ocupar mi mente en algo - Harry hablo en voz alta, pensando que definitivamente tenia que distraerse.

Lo que resto del día Harry se ocupó de decorar y acomodar su habitación, cambiando constantemente el color de las sábanas ya que no le gustaba ninguno. Para cuando se sentó en la cama a descansar las frazadas eran de color negro y las sábanas de color gris plomo, la parte inferior de las paredes estaban pintadas de color azul oscuro casi negro y la parte superior era blanca, los muebles eran de roble oscuro. Solo había una cama King Size con dos mesitas de luz a cada lado, una cómoda con un armario y un escritorio, no olvidando el espejo de cuerpo entero que estaba en una esquina. Harry miro el gran ventanal que tenía junto a la cama, podía ver gran parte del lago negro y se veía el cielo despejado sin una nube. Deseaba pasar el resto de su vida acostado en esa cama mirando aquel paisaje, pero no podía y Severus se lo hizo saber.

A las 7 de la tarde Severus subió a la torre Lunaria a buscar a sus alumnos, hasta que los 4 se graduarán él era el encargado de velar por la salud y comodidad de los adolecentes. Cuando entro a la sala, encontro a Milenah bailando y por más que ella lo vio no se detuvo. Tymothee estaba recostado en un sillón leyendo, y Severus notó el gran cambio en la apariencia del adolescente.

- Señor Chalamet, me gustaría saber que significa el cambio en su apariencia - el castaño se sobresaltó al escuchar la voz de su profesor tan cerca.

- Eh... decidí no esconder más mi verdadera condición - Tymothee cerro el libro y se sentó en el sillón, mirando a su profesor espero una respuesta.

- ¿Madame Pomfey lo sabe? - ante el asentimiento del castaño, Severus solo asintió conforme con la respuesta - Necesito que todos vengan a cenar y me digan quienes van a mostrar su criatura diariamente, el Director quiere anunciarlo a los demas alumnos, no queremos causar sustos a nadie, mucho menos a los primeros año - dijo Severus rodando los ojos.

Tymothee asintió y se levanto, paso junto a Milenah que lo tomo de ambas manos y lo hizo girar sobre si mismo antes de dejarlo ir, sonriendo toco dos puertas y luego volvió a sentarse en su lugar, esta vez esquivando a Milenah que quería agarrarlo para bailar. Pero el que no se salvo de las garras de Milenah fue Draco, que apenas salió de su habitación fue girado sobre si mismo y luego pegado al cuerpo de la sucubo para bailar algo parecido al vals. Draco estuvo apunto de apartarse pero decidió disfrutar ese pequeño momento y siguió a la azabache en su baile haciéndola girar esta vez a ella sobre si misma.

Severus miro divertido la escena, nunca había tenido la oportunidad de ver a Draco tan relajado y también le gustó la sonrisa tímida que Harry le daba a la pareja que estaba bailando. Pero solo tenía un rato antes de tener que bajar a informarle al director lo que sus alumnos habían decidido.

- Muy divertido el asunto, pero necesito saber si todos van a mostrar su condición al colegio o van a ocultarla - Cuando Severus dijo eso, se hizo un silencio profundo en la habitación, mostrando que definitivamente la delicadeza no era algo para Severus.