Un par de cervezas después y con el estómago lleno, Jesús y yo nos dirigimos hacia Palladium mientras los chicos comenzaban su primera ronda en casa. Los entendíamos bien, las copas no estaban baratas y es lógico que se bebiesen una antes en casa.
- Venga, desembucha, ¿qué ha pasado con la castaña?- las palabras de Jesús me sorprenden.
- ¿Qué? Nada- le digo yo sin darle importancia.
- Venga ya, se nota a leguas que estás algo mosqueado... Es más, ¿no te estará pasando algo con ella no?
- ¡¡Pero qué dices loco!! Si no siquiera sé su nombre.
- No hace falta saberse el nombre de alguien que te atrae macho- me dice mientras entramos al local.
- ¡¡Déjate de tonterías por favor, y vamos al lío!!- apresuro mi paso dejándole atrás para evitar más interrogatorios.
No me gusta cómo me siento, pero menos me gusta cómo me están viendo los demás. Estoy incómodo, es un terreno pantanoso y no encuentro nada a lo que agarrarme y salir a flote como he hecho siempre desde ella. Esa de quién hui, esa que me partió en dos y me demostró que no vale la pena enamorarse, esa que no quiero ni pronunciar su nombre.
Dos horas y media después la gente no para de agolparse en la barra, Rafa ya va bastante borracho, Flavio está más sonriente de lo habitual y de Sam y sus amigas no hay ni rastro. Quizás han bebido demasiado en casa y no les ha apetecido bajar. Pero la rubia parece que me lee la mente, justo mi móvil vibra cuando pienso en ella y veo que tengo un mensaje suyo. Aprovechando que ahora no hay nadie sin copa le echo un vistazo rápido.
{Mensaje de Sam} Mensaje recibido a las 02:30: No me busques tanto entre la gente, a veces sé esconderme bien.
Me río ante sus ocurrencias. Me habrá visto, es cierto que de vez en cuando miro a la pista para ver si la veo. Sam es una chica que llama la atención, y hoy no la he localizado pero sé que está aquí, está jugando conmigo.
{Mensaje de Hugo} Mensaje enviado a las 02:32: Anda, déjate ver, que tengo aquí a mis amigos y quieren conocerte. Les he hablado maravillas de ti (nótese la ironía en mis palabras)
Estoy de espaldas a la barra dejando el móvil cuando una voz tras de mi me hace tensarme y ponerme en guardia.
- ¡¡Rubiales!! ¿Me podrías servir un zumo de piña?
Me giro y la veo, sus ojos chocan con los míos y ella baja la mirada a la barra a la vez que se ríe tímidamente.
- Por supuesto, para eso estamos... - es la mía, tengo que saber cómo se llama- para eso estamos ojazos.- observo como sus mejillas adquieren un color rojo y se vuelve a reír.
- Mejor llámame por mi nombre, supongo que Sam ya te lo habrá dicho- negativo ojazos, si tú supieras el juego que se trae tu amiga...
- Sinceramente no, no me lo ha dicho.
- Ah, ya veo- veo cómo se siente algo decepcionada, quizás esperaba que le hubiese preguntado a la rubia por ella, quizás he llamado su atención.
- Sam es muy vacilona, no me ha querido decir vuestros nombres. A Anajú y Anne porque las conocí antes, sino seguiría diciendo las amigas de Sam.
- Ah, entiendo. ¡Esta Sam, es única!.
- Ni que lo digas- ambos sonreímos ante ese comentario- venga que te pongo tu zumo de piña, pero por fis, dime tu nombre.
- Me llamo Eva- me dice riéndose- yo sí me sé el tuyo, aunque me ha parecido más gracioso llamarte rubiales.
- ¡¡Mírala ella que graciosa la niña!!- le digo y veo que sonríe de nuevo pero enseguida me esquiva la mirada. Es muy tímida, pero preciosa. – Aquí tienes, a este zumito, invito yo.
- Eh...pero....¿por qué?- me dice algo nerviosa.
- Porque fuiste tú la que invitó ayer, y hoy me toca a mí- me mira sin entenderme.- el chupito...
- Ah, eso, bueno, yo no bebo alcohol, creí que te gustaría, Sam me dijo que eres bastante "festeiro".
- ¿Festeiro?- creo entenderle pero no sé a qué se refiere.
- Ah, fiestero, perdona, soy gallega, y a veces meto palabras en mi lengua materna.
- Entiendo, algo me decía que tu acento no era madrileño como el mío- le digo riéndome.
- ¿Madrileño? En serio eres de Madrid, pero si pareces andaluz.- rompo a reír ante su comentario- venga ya, me estabas vacilando. Jo, no te metas conmigo- y ahí me pierdo, me pone un puchero que me hace olvidarme de todo, de donde estoy, de que hago aquí.- ¿Hugo? ¿estás bien?
- Eh, sí sí. Perdona, soy bastante vacilón, efectivamente soy de Andalucía, soy de Córdoba.
- Mira si al final te vas a parecer a Sam con eso de ser vacilón, aunque por el físico también podríais decir que sois hermanos. Entiendo, ¿y hace mucho que estás aquí?
- Uff, ¿Sam como hermana? Miedeteeee- ella vuelve a sonreírme y me siento afortunado. - Digamos que un par de años ya...
- Siento interrumpir, ¿Hugo puedes ir hasta el almacén a por otro barril de cerveza?- la voz de Jesús irrumpe como un cubo de agua fría. No quiero romper esa conversación, esa conexión, ese buen rollo que se percibe, quiero saber más de ella, conocerla.
- ¡¡Ay sí!! Perdón, que estás trabajando y estoy metiendo las narices donde no me llaman.- dice toda agobiada Eva- Os dejo trabajar, hablamos en otra ocasión rubiales.- y nada más decir eso, se va, la sigo con la mirada y localizo por fin a Sam, que me mira, alza su cerveza y me guiña el ojo sonriendo.
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La luz en mi oscuridad
FanfictionMi mundo es la noche, desde siempre me he sentido ave nocturna. De pequeño estaba más enérgico por la noche que por el día, mi madre siempre me lo ha repetido, era dormilón por el día y demonio por la noche. A medida que fui creciendo esto se acentu...