Capítulo 7

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- Ey, dormilón, despierta, creo que es hora de que vuelvas a tu casa- ¿quién cojones me habla?- oye, en serio, son ‪las cuatro de la tarde‬, arriba.
- ¿Perdona?- abro los ojos y vislumbro a una rubia de pelo corto con unos ojos verdes desnuda a mi lado en la cama. Observo a mi alrededor y estoy en una habitación completamente desconocida.- ¿dónde estoy?
- Puff...lo que me faltaba, serás guapo pero otro error en mi vida- me dice enfadada- nos conocimos anoche en el after, nos liamos y después de que yo te saciase, tu a mí me dejaste con las ganas nombrando a una tal Eva, supongo que será la cornuda que tienes por novia, así que por favor, no me jodas más el domingo y largo.
- Joderr...no recuerdo nada, lo siento si te he ofendido, no era mi intención.
- Me imagino pero no estoy de humor, quizás en otra ocasión puedas compensarme o ¿quizás ahora?- me dice intentado acariciarme el pecho con mirada seductora.
- Esto...mi amigo- le digo mirando a mi miembro- no suele funcionar de resaca, lo siento.
- Pues perfecto. Me voy a duchar, no quiero verte cuando salga.

Y nada más entrar en su baño busqué mi ropa y abandoné aquella casa, intentando llamar a alguno de los chicos para que me ayude a rehacer mi noche. Solo me coge Javi.

- Tío, ¿qué cojones hice ayer?- le digo sobresaltado.
- Buenas tardes a ti también- su voz suena adormilada- ayer nos pasamos todos con el alcohol. Vente a casa e intentamos recomponer la noche, que están aquí también Rafa y Flavio. Jesús viene en camino.
- Me tienes ahí antes de lo que piensas.- le digo justo antes de colgar- Tengo una necesidad brutal de saber que hice ayer.

Recuerdo que tras la visita inesperada de Eva en casa, llegaron éstos y nos pusimos a beber y cenar riéndonos. Los cabrones llegaron tarde para que, según palabras textuales de ellos, "entiendas cómo se siente cuando esperas a alguien". Después nos fuimos a trabajar, sí que éstos consumieron más chupitos de los habituales pero yo no, nunca bebo si estoy detrás de la barra. Las chicas no vinieron hasta Palladium, y ¡coño! es cierto, Sam me mandó una foto. Las casualidades de la vida, Mai es amiga de Anne y ayer estaban todas juntas en su casa. Supongo que irían a la disco de enfrente incitadas por Maialen. Vuelvo a revisar la foto mientras espero que el ascensor me deje delante de la puerta del piso de Javi. Y no puedo evitarlo, mi mirada solo se centra en una persona, una persona que no sale tan alegre como en la foto del viernes, si sale sonriente pero con una mirada triste. Una persona que me genera la necesidad de abrazarla entre mis brazos.

- Tio, buenas tardes, pasa, que menudo panorama tenemos montado dentro- me dice Javi al abrirme la puerta.
- ¿Qué liamos ayer tio? He despertado con una rubia que no sabía ni cómo se llamaba- avanzo en su casa hasta que veo a Rafa con los ojos rojos y peor aspecto que nunca.- ¿Rafa? ¿Qué ha pasado tío?
- Pero tío, es cierto eso de que no te acuerdas de nada eh- dice Jesús pasándome un vaso de agua y un ibuprofeno.- procedamos a juntar nuestras lagunas...

Y así nos pasamos la tarde del domingo, intentando unir los trozos que cada uno retenía en su memoria. Javi, el menos perjudicado no tenía lagunas, porque apenas cerramos Palladium se marchó a casa. Jesús estuvo un rato, mientras hacíamos rondas de chupitos, pero la presencia de Nía le cortaba y a la hora ya se habían ido.

Yo estaba equivocado, es cierto que las chicas no habían venido, pero si las habíamos visto, en un local más pequeño con música ochentera, de hecho hicieron muy buenas migas con Nía. Rafa, el más damnificado de todos, se encontró con su ex. Ésta lo estaba dando todo con su compañero de piso y se enzarzaron a golpetazo limpio en el local, pelea que nos afectó a todos, por una parte consiguiendo asustar a las chicas, que se marcharon enfadadas. Que te echen de un sitio por liarla no es agradable, y ellas no tenían culpa de nada. Sam parece que le dijo un par de palabras mal sonantes a Flavio, cuando la noche iba bien entre ellos.

Y yo, no recuerdo nada, pero según los chicos bailé con Eva, parece ser que ayer no se marchó temprano a casa. Pero Marta apareció y nos interrumpió, mi memoria es traicionera, ni recuerdo a Marta, y los chicos solos nos vieron hablar y como Eva se marchaba corriendo tras las palabras de ella. Parece que fui en su búsqueda, pero pasó la pelea y ayudé a mi amigo. Según Flavio ella me miraba horrorizada y se marchó con ojos vidriosos como los de Sam. Y del cabreo, les dejé, me fui a otro garito y suponemos que empecé a beber más y la frustración y la rabia la quise desgastar con la rubia de esta mañana.

- Menuda mierda ‪de noche‬ tío- dije yo tras recomponer y procesar toda la información
- Díselo a mi estómago- dice Rafa levantándose la camiseta donde se pueden apreciar unos incipientes moratones.
- Para una vez que conozco a alguien- se lamenta Fla.
- Bueno hermano, eso no hay problema, Sam vive conmigo, habrá más ocasiones de conoceros y hablaré con ella- le digo para animarle, es cierto que él apenas se enrolla con tías, y Sam le había hecho tilín de verdad.
- La verdad es que no os puedo dejar solos- apunta Javi, que no podía dejar de reírse nerviosamente. Le entiendo, desde fuera el panorama es otro, estar involucrado no es tan gracioso.- Fla tu don't worry, a la rubia la conquistas, como dice Hugo tienes oportunidades. Rafa, tu a otra cosa, estabas con quien no te merece, y Hugo, reconócenos de una vez que esa castaña te hace sentir algo, no te digo amor, pero algo, lo que sea....- le miro fulminante y sin piedad.
- Eso hermano, no pasa nada por reconocer que algo te despierta, más allá de las ganas de tirártela...- dice Jesús.
- ¡Qué sabréis vosotros!- les digo nervioso.- solo me pone bastante, no me hace sentir mierdas de esas que decís, estáis fatal.

Dicho eso me levanto para irme a mi casa, Flavio me acompaña hasta el portal. Le veo preocupado y no me gusta, es un chico tranquilo, que siempre está para los demás.

- Ey tío, no te ralles, mira, si quieres le mando un mensaje a Sam y le digo que os veaís para pedirle perdón o hablar- le digo lo que se me ocurre justo al salir del ascensor.
- No sé si será buena idea, pero por intentarlo.
- Pues venga espera que le escribo un mensaje y a ver que nos dice.

{Mensaje de Hugo} Mensaje enviado ‪a las 18:34‬: Sam, oye, alguien está rallado y quiere hablar contigo. Y por si acaso, aprovecho y te pido perdón, que hoy soy como Dory apenas recuerdo nada.
{Mensaje de Sam} Mensaje recibido ‪a las 18:36‬: Buenos días borracho. No me extraña que no te acuerdes de nada, ayer te bebías hasta el agua de los floreros. Vente por casa, y hablamos, y tráete al gafitas, que mientras yo hablo con él, tú puedes intentar aclararle a una amiga mía, esa que si te gusta aunque digas que no, lo que pasó ayer.
{Mensaje de Hugo} Mensaje enviado ‪a las 18:39‬: Gracias Sam. Ahora vamos. ¡¡Que no me gusta!! Y lo llevo jodido, ni me acuerdo de haberos visto....
{Mensaje de Sam} Mensaje recibido ‪a las 18:41‬: Engáñate lo que quieras. Os esperamos aquí.

- Vamos a mi casa- le suelto a Flavio que me mira indeciso- Sam dice que quiere hablar contigo y que nos espera en casa junto a Eva.
- Gracias tio- me responde sonriente. - ¿pero como estás tú?.
- ¿yo?- le miro sin entender a que se refiere- yo estoy de puta madre.

A los veinte minutos estamos ya en el ascensor. La respiración agitada de Flavio me hace saber que está muy nervioso, pero es que la mía va igual o más rápida que la de él. ¿Qué le digo a Eva? ¿Qué pensará de mí? ¿Qué coño pasó con Marta ayer? Ya era tarde para darle vueltas a preguntas que no tenían respuesta, ya estábamos cruzando el umbral de la puerta bajo la atenta mirada de la rubia.

- Buenos días de dormingo dormilones- dice Sam con un tono agradable que relajó a mi amigo- tú al salón, gafitas conmigo- el tono que usa es cariñoso, lo que hace que Flavio suelte una sonrisa tímida mientras se acerca a ella y se van a su habitación dejándome solo.

Me acerco al salón y la veo, está sentada, mirando el móvil y no se percata de mi presencia. Está preciosa, lleva el pelo suelto ligeramente ondeado, un vestido que le queda como un guante y su perfil es precioso.

- Hola...-le digo con voz bajita mientras me acerco y observo como ella suelta un respingo- perdón, no quería asustarte- le digo viendo como me sonríe, una sonrisa tímida pero sin ápice de enfado.
- Hola, ven, no muerdo.-me dice señalando el sofá, justo a su lado. Me siento mientras la miro.- ¿Cómo estás? ¿Muchas resaca?- su tono de voz preocupado y tranquilo me hace soltar un suspiro, un suspiro de tranquilidad, quizás ayer la jodiese, pero no muestra estar enfadada, todo lo contrario.
- Bueno, he tenido despertares mejores- le digo finalmente, aunque evito mirarle a la cara. Nunca me ha preocupado que una chica piense que soy un fiestas, un vive la vida, pero con ella es diferente.
- Entiendo, ayer ibas un poco perjudicado de más- me dice riéndose, veo que quiere romper la atmosfera de incomodidad que existe a mi alrededor- todos tenemos días así.- le miro incrédulo- sí, no me mires así, ahora no bebo, pero aquí donde me ves, hay una época de Eva que está guardada bajo llave.
- ¿en serio? No te creo- le digo dándole un empujoncillo porque se pone roja y deja de mirarme, fijándose en el suelo.
- Si, son épocas, la mía fue caótica y malísima, no solo para mi, sino para los que estaban cerca. Sam la pobre me ha aguantado mucho....pero bueno, no quiero hablar de eso. Respecto a ayer...¿recuerdas algo?...
- Te mentiría pero soy incapaz- que estás diciendo Hugo, nunca has tenido problemas para mentir a una chica, que te pasa con ella por dios- pero no recuerdo nada de nada, ni siquiera haberos visto.
- Ajá- su tono suena decepcionado- bueno, no hay mucho que recordar, nos vimos, hablamos un poco y luego me fui, que estaba cansada.
- ¿Eva?- le miro y ella me observa dudosa- ¿qué te dijo Marta? No recuerdo nada, pero llevo dos horas haciendo acopio de información con los chicos...sé que bailamos y apareció Marta y tu te fuiste...
- Ah, bueno, vino a presentarse. Y obvio quería dejaros vuestro tiempo, apenas os véis y es normal que quisiera pasar tiempo contigo.
- ¿Pasar tiempo conmigo?- le digo sin entender nada- no te sigo Eva...
- Hombre, todos queremos pasar tiempo con nuestras parejas, es normal- abro los ojos estupefacto- es una chica muy simpática...
- ¡¡Para, para, para!! ¿Marta y yo?- le digo y ella asiente- No, Marta y yo no somos pareja, es mi compañera de trabajo- Eva abre los ojos sorprendida- entre ella y yo no hay nada.
- Ah, ella dijo...-pero la corto.
- Dios, no me lo puedo creer. A ver, Marta y yo nos liamos, pero solo fue una noche, nada más. Además, los chicos me dijeron que te vieron irte triste....lo siento si tengo algo que ver....
- Hugo, no es eso. Además es tu vida, no me tienes que dar explicaciones. Me fui porque os quería dejar solos. Además, Marta a mi ya me conocía y nuestro encuentro no fue agradable.
- ¿Cómo puede ser? Acabas de llegar a la ciudad.
- El mundo es un pañuelo. La hermana de Marta es de mi equipo- la miro sin entender nada y ella sonríe.- lo siento, te explico. Yo hago natación, natación sincronizada. Llevo desde los 7 años, y pertenezco a un equipo en Coruña. Elisa, la hermana de Marta también. Marta también es de Coruña, pero hace años que no la veía, desde que se mudó para estudiar. Elisa y yo siempre hemos estado muy unidas, de hecho era mi pareja en el dúo. Ahora, las cosas no van muy bien, he dejado el equipo al venirme para aquí, bueno, más bien he cambiado a uno de aquí y Elisa no me habla. Ayer Marta, bueno, aparte de decirme que es tu novia, no me dijo muy buenas palabras por estar de fiesta... apenas salgo porque tengo una rutina bastante estricta de entrenamientos, madrugo todos los días porque tengo entrenamiento antes de ir a clase, no bebo y cuido la dieta para estar en el mejor nivel y digamos que sus palabras...bueno.....me rallé....- la miro sin parpadear, transmite desasosiego y en un impulso la abrazo, no puedo remediarlo, me dan ganas de cuidarla, de protegerla. Su cara queda escondida en mi pecho y suelta un suspiro, un suspiro de confort, de tranquilidad que hace que todo mi cuerpo se erice. Mis manos se deslizan en pequeñas caricias por su espalda.- gracias y perdón por darte la tabarra...- me dice casi en un suspiro.
- No me des las gracias pequeña- le susurro yo también mientras con una mano le alzo su cara para mirarnos fijamente a los ojos y ahí me pierdo en ese azul que me tiene loco, ese azul que no sale de mi mente ni ‪de noche‬, ni de día.- si me necesitas, aquí estoy.- y ella esboza una sonrisa mientras sus ojos se achinan, volviendo a esconder su cabeza en mí, pero esta vez cerca de mi cuello.
- No eres tan malo como aparentas- me dice dulcemente- ¡¡y qué bien hueles!!- soy incapaz de contener una carcajada y volvemos a mirarnos a los ojos. Cuando nuestras miradas se cruzan no existe nada más a nuestro alrededor, estamos en una burbuja, nuestra burbuja.
- ¡¡Eva María!!- la voz estridente de Sam acercándose al salón nos hace separarnos. Eva se sonroja, como si estuviese haciendo alguna niñatada- te quedas a cenar y vemos una película.
- Sam...no sé...
- No era una pregunta Eva, es una afirmación. Hugo, tu amigo se queda, ¿nos haces compañía?
- Eh- miro desconcertado a Flavio quién me lanza una mirada suplicante pidiendo que me apunte a la iniciativa de Sam- venga, pero siempre que pidamos comida china.
- ¿comida china?- me pregunta Sam mientras veo que Eva me mira.
- Es un adicto al arroz frito, eso si, no le dejéis escoger peli, porque tiene un gusto pésimo.- fulmino a Fla tras sus palabras.
- Bueno, Eva tampoco escogerá película, porque tiene un gusto un poco vintage por así decirlo....
- ¡¡Ten amigas para esto!!!- resopla Eva- pero me apunto al arroz chino- dice sonriéndome.
- Perfecto, vosotros llamad al chino mientras Fla y yo miramos película.- dice Sam sentándose con Flavio en el otro sofá mientras que veo que éste escribe en el móvil.
- Voy a por la cartera para hacer el pedido- le digo a Eva mientras ella me afirma con la cabeza.

Me acerco a la entrada, siempre que entro dejo mi cartera, las llaves y en ocasiones el teléfono en el aparador que tenemos. Observo que la pantalla de mi móvil está encendida y me apresuro por si alguien me está llamando pero es un mensaje. Un mensaje de Flavio.

{Mensaje de Flavio} Mensaje recibido ‪a las 20:04‬: Gracias por seguir la idea y por hacer que Sam y yo hablásemos. Todo va sobre ruedas, eso sí, por favor, quédate en ese sofá con Eva.

Sonrío al leer el mensaje. Aunque él no lo sepa, prefiero la compañía de Eva en el sofá que la de Sam o él. Guardo el móvil en el bolsillo y me doy la vuelta encontrándome con Eva de pleno.

- ¿Necesitas algo?- le digo preocupado ya que parece nerviosa.
- Esto, me da vergüenza pedírtelo, pero....
- Ahora el que se está asustando soy yo- le digo sonriendo y ella rie.
- Me dejarías una sudadera, tengo algo de frio y no he traido chaqueta...
- Oh, claro sin problema. Acompáñame a mi habitación y escoges tú la que quieras.
- No hace falta, la que me dejes me valdrá sin problema.
- Ya, pero, bueno, creo que esos dos que están escogiendo película agradecerán que les dejemos solos un ratito, ¿no crees?- y ella mira hacia el salón observando la cara de tonta que tiene Sam escuchando a Flavio leer la sinopsis de una de las películas.- además así yo también aprovecho y me ducho y cambio de ropa.
- Entiendo, llevas el mismo modelito de ayer, no has dormido en casa- me dice algo ¿decepcionada? O eso me parece.
- Si, bueno...- me pongo nervioso y me rasco el pelo- me quedé en casa de un amigo.
- Hugo, no tienes que darme explicaciones- me dice riendo.
- Venga vamos a por esa sudadera o pronto serás como Olaf, estás tiritando- le digo mientras le cojo la mano y la dirijo a mi habitación.

La luz en mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora