Capítulo 8

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Entramos en mi cuarto, por una vez me alegro de ser algo maniático del orden. Todo está bastante organizado.

- Ahí tienes el armario, sírvete tú misma.- le digo con voz temblorosa, ¿por qué te tiembla la voz Hugo? ¿qué cojones te pasa?
- Gracias, bonita habitación, es más grande que la de Sam.- dice mientras se acerca al armario- de verdad, prefiero que me des tú la sudadera, me parece que invado tu privacidad...
- No seas tonta- me acerco a ella, me mira con cara inocente. – como si fuese tu armario, yo voy a cogerme esto y me meto al baño, aprovecha, husmea todo lo que quieras y ponte cómoda.- cojo un pantalón corto y una camiseta y me voy al baño dejándola sola.

¿Qué me impone que Eva esté sola en mi habitación? Si ¿Qué me da igual? También, no la veo la típica loca que vaya a rebuscar entre mis cajones. La ducha me revitaliza, después del caos de esta mañana, de forzar a mi cerebro para poder recordar algo, siento que ya soy persona. Vuelvo a mi habitación y golpeo en la puerta, no quiero pillar a Eva a medio vestir, aunque he sido más lento para darle más tiempo. Su voz me invita a pasar y la observo, está sentada en mi cama, ojeando una libreta que estaba encima de ella abierta. Está más preciosa incluso que antes, se ha puesto una sudadera a rayas y ha cogido un pantalón largo de deporte.

- Espero que no te importe, pero estaré más cómoda para estar en el sofá- me dice sonriéndome con dulzura.
- Para nada, estás preciosa- me mira ruborizada y yo me pongo nervioso, no he pensado lo que he dicho- veo que has encontrado mi diario secreto...- se asusta y yo no puedo evitar soltar una carcajada cuando veo que lo deja con rapidez encima de la cama.- tranquila es broma, son pequeño retales...
- ¿son canciones?- le afirmo con la cabeza que así es.- ¿tuyas?- vuelvo a afirmar y es en ese momento donde las tornas giran y soy yo el que se ruboriza.- lo poco que he ojeado me parece una maravilla. Y ¿cantas?
- Si, bueno, lo intento, es un hobby, pero nada serio. ¿cúal has ojeado que te ha gustado? Porque algunas son verdaderas patochadas sin sentido...
- Ésta, me parecen muy interesantes los versos- me tiende la libreta y me quiero morir, justo esa, solo tengo cuatro frases, pero que me delatan.- te confieso que he empezado a leerla por el título.
- ¡Sirena!- decimos ambos a la vez.
- ¿Podrías cantármelos?- su mirada suplicante me desarma.
- Me encantaría, pero cuando la haya avanzado más, solo son cuatro frases mal escritas...
- Te tomo la palabra, espero que la cumplas- y me sonríe- ¿en qué te has inspirado?- en ti, Eva, en ti, y sin saber que eras nadadora te describí como una sirena, porque desde que te ví en Paladium, me sentí atraído por ti, como los marineros en un mar de dudas.
- En nada en especial, me surgió así, sin más- le miento, no puedo reconocer que ella es mi musa.
- Mmm, entiendo... -me dice sonrojada- la verdad me estás sorprendiendo, no eres como aparentas... eres, incluso mejor- me sonrojo aún más al escuchar sus palabras. Su mirada desprende verdad, me tiene atrapado e inconscientemente me acerco a ella, siento el impulso de besarla, de sentir el calor que emanan sus labios. Cierro los ojos y me dejo llevar, acaricio su mejilla y cierro los ojos, pero ya cuando nuestros labios se rozan, ella se levanta ágilmente dejándome como un estúpido sentado en la cama- esto...creo...que es mejor que bajemos ya.... – mierda, ¿qué coño acaba de pasar? ¿me ha hecho una cobra? Eso me ha dolido, nadie, en años me ha hecho una cobra.
- Si, será mejor, vete bajando, voy a guardar esto y ya voy- le digo en un tono seco, sin ganas, por mi ahora mismo no bajo a ver la película, no me apetece compartir espacio con ella. Acabo de quedar como un gilipollas. No la miro, solo centro mi mirada en el suelo, no quiero que vea mi rabia, y ella se va sin decir nada más.

Me siento un idiota, nunca he llegado a sentirme así con alguien. No con alguien con quien apenas he hablado más de media hora. ¿qué cojones me pasa? Desde...desde ella, ella, esa a la que no nombro, me juré que esto no me pasaría, pero ¿por qué con Eva no puedo remediarlo? ¿Por qué me siento así? ¡¡Mierda!!.

Me siento en la cama, con mis codos apoyados en las piernas y escondiendo mis manos en mi cara cuando escucho que golpean mi puerta, no quiero enfrentarme a la situación, quiero buscar una excusa que me haga desaparecer, pero lo veo imposible, ¿cómo voy a desaparecer de mi propia casa un domingo cuando uno de mis mejores amigos está aquí? Argh....

- He sabido que ha pasado algo entre estas cuatro pareces cuando Eva ha llegado al salón- la voz de Flavio me hace alzar la mirada y contemplar como entra y se sienta a mi lado- ¿Hugo? ¿Qué ha pasado?
- Nada.- miento. Mi orgullo me puede.
- ¿Nada? Me encantaría creerte, pero ver a Eva aparecer en el salón con la cara descolocada y pidiéndole a Sam hablar a solas, me dice lo contrario- yo suspiro pero no me salen las palabras, soy incapaz de hablar- Entiendo que no quieras decirlo, pero sabes que puedes contar conmigo- y le agradezco, no me presiona, solo se acerca y me abraza mientras que yo suelto toda la rabia en un suspiro. Quizás es el momento de dejar salir un poco de lo que siento, quizás es el momento de confiar en alguien, en alguien como Flavio.
- Lo reconozco, algo me pasa con Eva- suelto de repente pero Flavio no me pregunta, me escucha y me relaja.
- Entiendo. Yo estoy perdido con Sam, me gusta mucho- le miro con cara de pillo, sé que me habla de lo suyo para que me relaje.- Venga, vamos a bajar, sea lo que sea que ha pasado aquí, aquí se queda.
- Bufff, no quiero verla tío- le digo pero él me niega con la cabeza.
- Huir de los problemas no es una solución factible, solo hace que se agrande todo y sea más difícil todo. Venga, ayuda a tu amigo a conquistar a una rubia muy parlanchina.
- ¡¡¡Pero si ya la tienes en el bote!!!- le digo mientras me levanto.

Volvemos al salón pero nos encontramos con Sam solitaria, me mira, pensé que me fulminaría pero se acerca a mí y me abraza.
- Algo me dice que tú tampoco estás cómodo, después hablamos.
- No hay nada de qué hablar- le digo mientras me aparto de ella y me siento en el sofá cogiendo una manta.
- ¡Esto no queda aquí señorito!.- ahora si me fulmina con la mirada.
- ¿Y Eva?- pregunta Flavio mirándome.
- Se ha ido- no me lo puedo creer, ella también ha huido de la situación, así que me levanto sin escuchar nada más, es mejor dejar a la pareja sola para que se vayan conociendo mejor- Hugo, no me escuchas, ha ido al baño, así que siéntate ahora mismo y olvida lo que haya pasado en tu habitación que os ha molestado a los dos. Deja tu ego a un lado y disfruta ‪de la tarde‬ con nosotros.- le miro despectivamente, Sam me conoce más de lo que me gustaría, me aterra pensar que para ella soy tan transparente.
- Vale, creo que ya entiendo que ha podido pasar. – suelta Flavio mientras se sienta en el sofá. Le fulmino con la mirada mientras Eva entra en el salón de nuevo sentándose a mi lado. No nos miramos, estamos expectantes a nuestros amigos, y ellos ante la presión nos comentan la película que vamos a ver mientras esperamos que llegue la cena.

La cena llega minutos después y no me queda otra que dirigirle la palabra a Eva, ya que compartimos arroz. Ella me responde nerviosa, no está cómoda, y no entiendo por qué, el damnificado aquí soy yo, ha herido mi orgullo de fuckboy. Al terminar, Sam y Flavio se encargan de recoger los cubiertos y se van a la cocina dejándonos solos, apuesto lo que sea a que lo han hecho a posta. El silencio me resulta muy incómodo, además, por mucho que me haya jodido que rechazara mi beso, las ansias por saber más de ella pueden conmigo.

- No quería herir tu ego- suelta de repente dejándome sin palabras y es ahí cuando volvemos a cruzar nuestras miradas de nuevo- ¿borramos los últimos minutos en tu cuarto? ....por fis...- su tono dulce, su mirada de perdón y el puchero que crea con sus labios me hacen romper mi muro de orgullo y afirmar con mi cabeza que está bien, que no pasa nada. Ella se abalanza sobre mí y me abraza fuerte, noto como suspira mientras mantiene su cabeza escondida en mi pecho y ahí me rindo, ahí es cuando digo ¡¡Hugo estás perdido!!

La luz en mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora