Capítulo 15

422 26 8
                                    


A pesar de intentar conciliar el sueño no soy capaz. Los recuerdos de hace años asolan mis pensamientos, estoy nervioso a la par que ansioso por terminar todo. No sé como reaccionaré al verla, que me pedirá el cuerpo, son ya casi tres años sin saber nada de ella, desde aquella noche, donde descubrí que el amor está sobrevalorado, que no existe, que todo son ilusiones que te ciegan y te hacen ser un idiota integral.

El despertador me saca de mis pensamientos y me levanto cual resorte, no aguanto más tumbado, la incertidumbre me está matando.

- Hu, ¡qué raro tú tan temprano!- me dice Mai cuando entro en la cocina a servirme un café bien cargado.
- Buenos días a ti también- ella se ríe por mi mal humor mañanero- Tengo que ir hasta casa, me espera un día largo...
- Oh- veo que se asusta- ¿todo bien?- me dice preocupada.
- Sí, solo unos trámites que tengo que cerrar.
- Ah, pensé que pasaba algo, no tienes buena cara- ¡si tu supieras! pienso para mi mientras sorbo mi café.

Desayuno en tranquilidad, y aunque no he quedado hasta las cuatro, decido coger el coche y arrancar cuanto antes hacia Córdoba. Durante el viaje mi mente viaja entre dos pares de ojos muy peculiares, los azules de mi sirena y los verdes esmeralda de ella. Esos ojos me cautivaron y fueron mi perdición, me convirtieron en quién soy ahora.

Sin apenas darme cuenta aparco delante de la peluquería de mi madre, es mediodía, el madrugón me ha hecho llegar mucho antes de lo esperado y necesito un abrazo reparador de esos que tienen nombre propio.

- Hola, podría haber sitio para un corte de pelo rápido- digo nada más atravesar la puerta y ver a mi madre limpiando la zona donde acaba de atender a una señora
- ¡¡Hugo!!- deja caer la escoba y corre hacia mí- ¡Pero cariño mío, que sorpresa más grande! ¿Qué haces tú por aquí?- y llega ese abrazo, ese que me reinicia, que me da la energía para afrontar lo que está por venir. Tras unos minutos donde me recargo con la energía de mi madre me separo de ella para mirarla a los ojos.
- Es el día de poner punto y final- su expresión empática me hace saber que estoy tomando la decisión correcta- necesito avanzar, creo que es la hora...- mi madre no me contesta, solo me sonríe diciéndome todo sin palabras y la vuelvo a abrazar.

Miro el reloj por cuarta vez en el tiempo que llevo aquí sentado esperando, pero aún marca ‪las 15:55‬, mi inquietud me hizo venirme antes de tiempo, quiero terminar todo pero me conozco, ella me desarmaba, no sé si lo seguirá haciendo, si seguirá teniendo ese poder sobre mí. Aunque lo intento mis piernas no paran de moverse, con ese nerviosismo que me caracteriza y ya no me quedan uñas, me las he mordido todas.

El replique de las campanas de la iglesia me hace voltear la cabeza hacia el campanario, cuando vuelvo mi vista al frente mi corazón se detiene al verla caminar hacia mí. Estos tres años le han sentado bien, sigue delgada pero más tonificada, y su cabello, ése que me hipnotizó por su tono tan diferente al resto, está más largo y ondulado, lo lleva suelto, y la brisa se lo ondea.

Cuando nuestras miradas se cruzan me sonríe, esa sonrisa que me engañó durante años, esa sonrisa inocente y dulce que hace que caigas en sus redes como una abeja a la miel. Yo no le devuelvo la sonrisa y ella frunce el ceño en respuesta. Me levanto cuando estamos a apenas dos metros de distancia y ella acelera el paso para lanzarse a mí. No me esperaba ese recibimiento, no lo quería, porque sé lo que puede provocar en mí. Intento no corresponderle el abrazo pero de manera involuntaria mi cuerpo lo hace, como si anhelara tenerla en brazos. Sigue oliendo igual, dulce y enigmática y algo en mí se despierta.

- Te he echado mucho de menos, Hu.- me dice susurrando en mi oído consiguiendo que me estremezca y ella se ría- y algo me dice que tú a mí también.
- Ho...hola- ¡¡qué diablos me pasa!!,no vengo a volver a ser ese idiota que está para ella en todo momento- creo que te equivocas- la suelto y la observo serio, mientras ella frunce de nuevo el ceño.
- Oh, perdona- y ahí están, sus tácticas, aparentar ser inocente para que yo me ponga a su favor, hacerse la víctima para conseguir su objetivo.- no era mi intención incomodar, pero es cierto- baja su mirada y se agarra el pelo fingiendo estar nerviosa- pero es cierto Hugo, te he echado muchísimo de menos, me ha costado mucho seguir sin ti.
- ¡¡Venga ya Andrea!! Si nunca te he importado en absoluto- le digo enfadado aunque mi cuerpo no lo muestra, va por libre.
- Cree lo que quieras, pero tú me has importado mucho, tú...- le cortó, no puedo seguir con sus mentiras.
- Para importante tanto no te acordabas de mí mientras te tirabas a Sergio ¿no?- se queda callada pero algo en ella me sorprende, veo sus ojos cristalizarse, algo que nunca, pero nunca ha dejado ver.
- Estás en tu derecho de pensar eso, pero ¿puedo pedirte algo?- su voz no suena impositiva como antiguamente, es más, suena muy baja, está nerviosa y varias lágrimas se escapan de sus ojos. Le indico con la cabeza que siga- ¿Tienes un momento y te explico todo? Llevo tres años deseando poder hacerlo, te llamé, te escribí, fui a la peluquería de tu madre e incluso viajé a tu ciudad después de enterarme que ya no vivías aquí porque te mereces una explicación- las lágrimas brotan sin cesar de sus ojos verdes, esos que me enamoraron por primera vez. Esos que me hicieron pedazos también por primera vez.
- A eso he venido, quiero, y deseo, poner un punto final- veo que ella tiembla al escuchar lo que digo, pero le indico que vayamos a un sitio más tranquilo para hablar, las escaleras de delante de una iglesia no son muy cómodas para ello.

Caminamos un poco hasta un pequeño parque donde nos sentamos en un banco. Yo no hablo, la miro sorprendido, en los meses que estuvimos juntos nunca dejó que la viese así de desarmada, de vulnerable, siempre había dicho que llorar es de débiles.

- Mis sentimientos por ti no han cambiado Hu- me dice, le dejo que se explique pero sus ojos no abandonan los míos como solíamos hacer cuando pasábamos tiempo juntos- Es cierto que me acosté con Sergio, pero no porque tú no me importaras en absoluto, es más, estaba y sigo enamorada de ti. Y antes de que digas nada, te explico, Sergio y yo ya habíamos estado juntos antes de que nosotros nos conociéramos, habíamos roto todo nuestro contacto- está nerviosa, no para de mover sus manos y su voz sale atropellada por lo que le agarro la mano para que se tranquilice y ella me lanza una sonrisa sincera- cuando nos encontramos un día por la calle y supo que yo estaba en otra relación me chantajeó.
- ¿Cómo?- me he quedado atónito esto no me lo esperaba.
- Me da vergüenza decirlo pero te perdí por no haberlo hecho en su momento así que ya no creo que me puedas juzgar más, eres el único que no lo sabe todavía... Tenía un vídeo íntimo mío, ese vídeo es de hace años, de antes de que tú te cruzaras en mi vida, se lo había enviado, era tonta e ingenua y él me lo había pedido.
- ¿Qué clase de video?- le pregunto pausadamente- no quiero que me malinterpretes pero no entiendo que un video y acostarse con él tengan algo que ver.
- En ese video solo salía yo, dándome placer, se lo mandé una noche que le echaba de menos. Hay más videos, de los dos teniendo sexo, pero el peor era en el que salgo sola, porque está grabado en la iglesia...- ella baja la cabeza pero no se calla- en el altar, me pidió que cumpliese una de sus fantasías y como una estúpida lo hice. Me amenazó con que lo haría público, primero mandándoselo a mi familia, y sabes lo religiosos que ellos son, eso sería una deshonra y después seguiría por la facultad y por el trabajo. Quería arruinarme la vida.
- ¿Por qué no me dijiste nada?- le digo mirándola con cariño, puedo llegar a entender lo que debió pasar por su cabeza, su familia siempre ha estado muy ligada a la iglesia, su madre era catequista y su padre la mano derecha del párroco, que no era otro que su tío, y aunque ella no era tan creyente cumplía con todos los festejos y celebraciones que eran importantes para ellos.
- Tenía miedo de tu reacción. Me conociste saliendo de la iglesia, mi vida era sencilla, siempre me llamabas mi ángel, ¿cómo te hubiese sentado ver que era más un diablo?- no sé qué responder por lo que ella sigue- Llegué a un trato con él, acompañarlo a una reunión de trabajo en aquel hotel donde nos encontraste, haríamos el paripé delante de sus jefes como pareja feliz pero no era así, me encerró en la habitación y me medio obligó a acostarme con él si quería que borrase el video.
- ¿Qué hizo qué? Eso es denunciable Andre, ¿lo sabes no?- le digo todo preocupado y sintiéndome culpable por no haberla escuchado.
- No lo es Hu- me dice seria- no me negué, accedí, quería acabar con él, cerrar todo de una vez y centrarme en nosotros, pero no sabía que él me la estaba jugando....- la abracé, no podía decirle nada pero esto cambiaba completamente mi versión de la historia.- Hu, ¿Cómo te enteraste de que estaba en esa habitación?.
- Andre, ¿en serio quieres saberlo?- le digo mientras la separo y observo que sus ojos lucen más verdes que nunca.
- Lo necesito, quiero cerrar página, he tenido que ir a psicólogos para superar la ansiedad que me generó, además, que no todo acabó ahí...
- ¿Qué quieres decir?
- Siguió acechándome, siguió chantajeando y acabé por confesar a mi padre, él me ayudó e hizo lo posible para alejarlo de mí, pero tenemos un vínculo.
- ¿Pero cómo vas a tener un vínculo con alguien así?
- Me ha quitado a lo mejor que se cruzó por mi vida- me mira sonriendo entendiendo que se refiere a mí- pero a su vez me ha dado a lo mejor de ella, mi ángel, mi pequeño- la miro asombrado- cumplió tres años la semana pasada, se llama Enzo, luego si quieres, me encantaría que lo conocieses.
- Me encantaría- le digo sin pensarlo- esto es demasiada información, tengo que procesarla.
- Lo entiendo, te parece si vamos hasta mi casa y le conoces y luego me explicas como acabaste en aquella habitación.
- Vale- nos levantamos a la par del banco y ella me agarra la mano como hace años hacíamos, me resulta confortante y familiar y no se la rechazo.

Callejeamos hasta llegar a su barrio, me asombra ver que vive en la zona donde siempre comentábamos que formaríamos nuestro hogar. Su casa es pequeñita pero acogedora. Al entrar el olor a canela me embriaga, y observo que hay movimiento dentro de la casa.

- Mami, estoy en casa- dice al cerrar la puerta- pero no vengo sola.
- ¡Qué poco has tardado!- dice su madre saliendo de la cocina- Oh, Hugo, que alegría volver a verte- me dice Carmela abrazándome.- Estos años te han sentado muy bien, estás mucho más guapetón.
- Gracias Carmela, usted está increíblemente joven- siempre le ha gustado que la adulen, espero que siga siendo así.
- ¡¡Como me conoces jovenzuelo, pero ahora ya soy abuela!!.

Nada más decir eso un chiquitín aparece detrás de ella, con el pelo rizado y los ojos marrones. Se parece muchísimo a Andrea pero parece muy tímido.

- Enzo, ven, mira, este es Hugo, un amigo de mami- le dice mientras lo coge en brazos.
- Hola pequeñín- pero no obtengo respuesta.
- Es muy miedoso pero poco a poco se irá soltando.- le sonrío entendiéndole.
- Hija, vamos a ir a dar una vuelta al parque, os dejamos solos- dice Carmela mientras coge a Enzo y le pone un abrigo.- Divertiros mucho en nuestra ausencia- veo como me guiña el ojo.
- Ay dios mio, mamá. Adiós cariño- ambos nos despedimos y una vez solos no dirigimos al sofá – siempre le has gustado, si fuese más joven la tendrías como un moscardón detrás de ti.
- Es un encanto de mujer. Bueno, creo que es hora de contar mi versión de los hechos.

Ya acomodado en el sofá, espero que Andrea regrese con un par de coca-colas mientras cojo el teléfono y observo que tengo un mensaje en el móvil, hace que sonría de manera inconsciente cuando observo que es una foto de Mai comentándome que las chicas han ocupado todo el salón, que no me asuste a mi vuelta. Pero no es ese el motivo de mi sonrisa, sino de la sirena que sale con la boca llena y con cara de circunstancia, está claro que no le dio tiempo a posar en la foto.

- Aquí tienes- Andrea me saca de mis pensamientos, por lo que bloqueo el teléfono pero no le contesto a Mai- adelante, explícame tu versión.
- Por donde empiezo- le digo tragando saliva, conociendo su versión no me siento muy a gusto con los pasos que he dado desde entonces.- digamos que yo llevaba dos semanas recibiendo mensajes de un número desconocido hablándome fatal de ti- veo que ella entorna la mirada- no le di importancia, de hecho ni los contestaba, confiaba en ti, hasta ese momento. Ese día, tú tenías planes y me enviaron un video donde se te veía besándote con un chico, no lo reconocí porque él estaba de espaldas. Pero aun así confiaba en ti y respondí con un simple, confío en ella. Lo que no esperaba es que me llegase un mensaje con unas indicaciones y el número de la habitación. No iba a ir, de hecho no me fiaba, pero mi madre me notó algo en la cara y me preguntó, obviamente no le conté que desconfiaba de ti, pero me animó a ir al hotel. No fui solo, no me fiaba, me acompañó Marta, siempre ha estado ahí, en las buenas y en las malas.
- Marta es un amor de niña- me dice con la voz entrecortada- ahora entiendo como sabias donde estaba.
- Me dejó una llave en recepción, por eso entré. Mi mundo se derrumbó y gracias que Marta estaba allí, porque yo solo tenía ganas de pegarle a alguien, me sentí un idiota, un estúpido enamorado que había confiado su corazón a alguien que no le importaba lo más mínimo y ahora me duele pensar que no te di la opción de explicarte, por eso, te pido perdón, por no escuchar antes de actuar.
- No me tienes que pedir perdón, la idiota en esta situación fui solo yo.-me dice llorando por lo que no puedo evitar abrazarla.- debería haberte contado todo cuando estaba pasando, hacerte partícipe y quizás las cosas no hubiesen pasado de esta manera- me dice susurrando abrazada a mi pecho.

Alentado por su vulnerabilidad alzo su cara para secarle las lágrimas y le lanzo una sonrisa cómplice y cercana que ella me devuelve, ahí es cuando me doy cuenta de que tiene ese brillo en los ojos que recordé cada noche antes de dormir. No consigo despegar mi mirada de la suya, hemos creado una esfera como tiempo atrás y sin pensarlo nos dejamos llevar y nos fundimos en un beso que llevo añorando desde aquella noche en esa fatídica habitación.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 05, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La luz en mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora