Masamune x OC Completo (Ikemen Sengoku)

Interludio

Tan pronto como abrí los ojos, Ieyasu me reprochó.

-Has estado causando problemas para todos.

Parpadeé varias veces.

-Ha habido un gran revuelo con tu secuestro. Además, has estado inconsciente durante casi todo el día.

Me pasó un cuenco con comida.

-Gracias, Iyesau.

-No lo he hecho yo.

Miró al vacío.

-Masamune nunca habría vuelto con las manos vacías después de haber descubierto a Yukimura y al espía.

Recordé el momento en el que Yukimura me tiró a un lado para que no resultase herida.

-Masamune no para por nada ni nadie. Eso es lo que lo hace grandioso y temible a la vez. No puedes esperar a que cambie su forma de vivir su vida, o hacer su trabajo. Sus principios son inamovibles.

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(Mitsuhide y Masamune)

-Pareces totalmente abatido hoy.

-¿Eso es lo que parezco?

-¿Tanto te cuesta pensar que dejaste a Yukimura libre?

-En parte...

Miró hacia abajo.

-Ella quitó mi mano a un lado. Se interpuso entre Kogo y yo mientras ellos dos pudieron escapar. Y me gritó, diciendo que no podía entender por qué trataba de matar a nuestros enemigos.

Hizo una pausa.

-Debí de haber parado a Yukimura antes de que lograra escapar incluso si eso significaba matar a Yukiji.

Mitsuhide sonrió.

-¿Y esperabas que ella supiera todo eso? Yukiji no es un guerrero. Nunca ha tenido en sus manos una espada, ni ha estado en el campo de batalla. Estoy seguro de que no tiene ni idea de cuánto valor tiene la información que Kogo pudo facilitarle a Yukimura.

Miró de reojo a Masamune.

-Pero todos hemos visto la muerte de una forma u otra. Y ella no quiere que nadie muera. Así que, puede que por eso, le sea imposible comprenderte.

-Puede entender que nunca antes haya estado implicada en una guerra antes. Por eso necesita saber que, si continúa así, la matarán.

-Quizá sea así. ¿Pero qué es lo que te molesta? ¿No eres tú el que siempre dice... si es tu hora de morir, hazlo con convicción? ¿Qué te molesta tanto de una estúpida mujer como ella?

-Cuando me gritó... comenzó a llorar.

-Te molesta no poder entenderla. Lo que significa que quieres saber qué pasa por su cabeza.

Mitsuhide parecía complacido.

-No te pega estar preocupado, Masamune. ¿Por qué no seguir como hasta ahora sin que nada ni nadie se convierta en un obstáculo como siempre has hecho?

-¿Por qué, de hecho?

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Ese día Masamune no apareció en el salón de Nobunaga. Cuando la reunión se acabó le pedí un favor a Mitsuhide.

-¿En serio?

-¡Por favor! No quiero que otros tengan que preocuparse por mí.

-Te enseñaré.

-No se lo digas a nadie.

-Está bien.

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En la siguiente reunión se nombró a Masamune.

-Está con los heridos en el campo base.

Era el bosque donde me había enseñado a sus hombres.

-Yukiji, ve allí y ayuda a los heridos._ me ordenó Mitsuhide.

-Pero...

-Es una orden. Coge un caballo y ve lo antes posible.