De vuelta a casa

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-¡Yukiji! ¿Me oyes?

Sentí todo mi cuerpo lleno de dolor.

-¿Ieyasu?_mi voz no era más que un susurro. 

Alcé la mano derecha. Alguien la cogió y me apretó la mano.

-¿Qué se supone que hacías allí? ¡Eres peor que ese cabeza hueca!

¿Cabeza hueca? ¡Masamune! Mis lágrimas se derramaban por las mejillas y la vista volvía a nublarse al sentir un pinchazo en la nuca.

-Yukiji... Tienes que intentar seguir despierta, ¿vale?.

Solo podía pensar en él.

-Masamune_ dije con un susurro.

Sentí un dolor tan agudo que mi cuerpo reaccionó desmayándose.

-¡Yukiji!

______

Desperté entre escalofríos y dolores. Intenté recostarme pero una mano me lo impidió.

-Será mejor que descanses y no hagas esfuerzos.

Abrí los ojos. Estábamos dentro del castillo Azuchi.

-Hideyoshi...

-La nota que le dejaste a Nobunaga... Si hubiera sido por mí, no te hubiera dejado marchar.

-No quería desobedecerle. Solo quería proteger a Masamune...

-"Creo que está enamorada de Masamune", esas fueron sus palabras cuando la leyó._ Hideyoshi me miró._ Veo que tenía razón.

-¿Dónde está? ¿Está bien?

-Se recupera de sus heridas._ me quitó el sudor con un pequeño trapo._ Que no es poco.

Al rememorar nuestro último momento juntos mis ojos se llenaron de lágrimas.

-Cuando nos separamos estaba a punto de morir en mis manos.

-De no haber llamado a Ieyasu a tiempo habría muerto. Así que, le salvaste la vida.

La puerta se deslizó y entró Ieyasu.

-¿Has despertado? Eso es bueno, llevabas unos días en los que no conseguíamos bajarte la fiebre._ me ofreció un cuenco de bambú con un líquido.

Hideyoshi me ayudó a incorporarme un poco y lo bebí.

-Ieyasu, gracias por todo. ¿Conseguiste salvar a Masamune?

-Hemos conseguido que no se desangrara. Está fuera de peligro pero, esta herida tardará en curarse.

-Necesito verle.

Negó con la cabeza.

-No estás en condiciones de levantarte, todavía no.

Hideyoshi me tumbó.

-Arriesgaste tu vida al ir allí.

Sentí un pinchazo en el pecho.

-Solo quería protegerle. Sabía que estaba herido y aún así... fue a luchar contra Kenshin... Si no me hubiera interpuesto le habría matado.

-¿Kenshin?_ susurró Hideyoshi.

-¿Te enfrentaste a Kenshin? Sois tal para cual_ Ieyasu frunció el ceño.

Ladeé la cabeza.

-¿Enfrentarme No... Intenté distraerle. Masamune iba a morir...

Sentí de nuevo un pinchazo en la sien.

-Shuu. No te fuerces._ susurró Ieyasu._ Mañana te llevaré hasta Masamune, así que prométeme que descansarás.

___

Al día siguiente....

Ieyasu cumplió con su promesa. Me advirtió de que estaba fuera de peligro pero todavía no había recobrado la consciencia. Al deslizar la puerta corredera pude verle tumbado en el futón. Me adentré en la habitación con cuidado como siquiera que siguiese durmiendo para no perturbar su recuperación.

-Vosotros dos sois la pareja perfecta._ dijo._ A los dos se os da bien hacernos preocupar a los demás.

Cerró la puerta sonriendo.

El silencio nos envolvió a ambos. Date tenía algo más de color que cuando le dejé en el campo de batalla para buscar ayuda, sin duda la herida había sido más grave de lo que quizá el esperaba. Pero al menos ahora estaba a salvo en Azuchi. Estaba conmigo.

Me arrodillé a su lado y le quité parte del flequillo que caía sobre su cara. No podía parar de pensar en lo afortunada que era por tenerle a mi lado. Solo quería seguir tocándole para sentir la vida que corría a través de sus venas.

A pesar del dolor me agaché y le besé en la frente.

-Te quiero._ susurré.

Me eché a su lado y le abracé.

El tiempo pasó, hasta que oí los pasos de alguien. Era Ieyasu, venía a comprobar los vendajes y el estado de la herida.

-Vamos._ me cogió de la mano._ Aunque no quieras reconocerlo también estás herida, y necesitas reposo.

De nuevo me llevó a mi habitación. Solo que ahora estaba algo más tranquila al haberle visto.

Masamune x OC Completo (Ikemen Sengoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora