CINCO

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Aquella noche, en la cena, los reyes Do se disponían a cuestionar a su hijo. El joven Park había salido muy emocionado del palacio al verse complacido con la nueva actitud de KyungSoo, pero el instinto de su madre gritaba porque nadie puede enamorarse de un día para otro y mucho menos ser mas agradable del mismo modo, por lo que después de pedir que llevaran el postre, la reina Do hablo primero.

—KyungSoo, no sabes lo feliz que esta el joven Park con tu nueva actitud, el esta mas que encantado, incluso estábamos pensando en adelantar la boda...—aquella mención horrorizo a KyungSoo y decidió interrumpir a su madre de forma cortes.

—Yo estoy emocionado de ver a BaekHyung, madre, no lo malinterpreten.—mintió. Los reyes se miraron decepcionados pero asintieron, el joven Do al verlos de ese modo decidió proseguir buscando reconfortarlos.—Pero hago mi mejor esfuerzo por aprender a apreciar al joven Park, se que no hay nadie mas afortunado que yo por poder tener a alguien como el a mi lado.—aclaro. Su padre se vio satisfecho, y aunque su madre seguía pensando sobre ello, tampoco dijo nada y acepto lo dicho. KyungSoo aquel día se fue a dormir feliz, mañana llegaría su mejor amigo y podría pasar el triple de tiempo con JongIn mientras dejaba al joven Park con su amigo. Estaba tranquilo, aun quedaban cinco días para su cumpleaños, y menos de tres semanas para ir a la boda de LuHan, pero antes de dormir se pregunto que tan correcto sería invitar al joven Bae a esta. 

A la mañana siguiente KyungSoo se veía mucho más alegre, sus padres, conociendo aquella actitud de su hijo que solía ser seria, tímida y poco risueña, se sorprendieron al verlo conversar amablemente y con risas con las alfas de limpieza. 

—Pero bueno, nuestro pequeño KyungSoo amaneció de maravilla ¿no es así?—pregunto alegremente la reina a su esposo mientras entraban al salón. KyungSoo se sonrojo un poco pero sonrió a sus padres. Tras el leve asentimiento de su padre, les dio los buenos días y los siguió al jardín donde desayunarían.

—Disculpen padres míos, deseo pedirles un pequeño favor.—hablo de forma tímida, los reyes aun mas asombrados de esto, pues su hijo rara vez les hablaba con tal pena, asintieron dispuestos a complacerle si se podía. —Me gustaría pedirles horas extra con el maestro Bae,—sus padres le miraron confundidos. KyungSoo sabia que se negarían si no daba una razón lo suficientemente fuerte para lo contrario.—El joven Park me habla muy emocionado de poder aprender algún el idioma ingles, y nada me haría mas que ser yo quien se lo enseñe.—continuo diciendo.—El maestro Bae posee el conocimiento que yo no, así que es el mas indicado para ello.

Los reyes Do, especialmente la reina, aceptaron de inmediato ante tal argumento, sin embargo, la duda cruzo por la mente de la señora Do, pues su pequeño estaba pasando mucho tiempo con aquel maestro, cosa que le daba igual a su esposo, pues no tenia intuición ni forma de leer a su hijo, pero la reina si, y notaba como su hijo estaba buscando mas tiempo con aquel, lo que daba igual a menos tiempo con el joven Park a pesar de que según hacia todo por el. 

Nadie en la familia de los Do había casado con alguien que no fuera de un rango similar o superior, pero su hijo ya no tenia a nadie por encima de él. 

—Principe KyungSoo—llamo la criada de este,—es hora de su clase de baile.—KyungSoo trato de parecer cansado para no hacer dudar a sus padres y se fue.

Cuando entro a la casa, su padre dijo;—Nuestro pequeño esta enamorado del joven Park, pero es muy orgulloso para admitirlo ahora.—y su esposa, aunque en desacuerdo, asintió. 

Dentro del salón de baile, el maestro Bae se estiraba hasta que la entrada de KyungSoo lo distrajo.—Buenos días, espero haya descansado la noche de ayer.—sonrió. KyungSoo despidió a su criada y sonrió de vuelta.

—Claro que si, estaba emocionado porque mis padres han aceptado que me enseñe ingles.—dijo tímido. El maestro lo miro asombrado.

—Eso es genial. Lastima que sea al revés. Por ahora déjeme enseñarle este nuevo compás.—extendió su mano hacia KyungSoo con galantería y timidez, el príncipe se sintió nervioso de pronto pero tomo la mano que le era ofrecida, y el maestro JongIn comenzó a moverlo a su antojo. 

JongIn sostenía con su mano derecha la cadera del príncipe y con la mano izquierda la mano de este mismo, la música que salía del salón consiguiente los movía por el suelo como el agua del rio a las hojas, y KyungSoo estaba encantado, el toque suave que el otro le ofrecía era tan relajante para el, a la ultima vuelta, el joven JongIn apreso aun más su cuerpo al del príncipe y este, completamente sonrojado, tropezó con sus propios pies. 

—¡Oh por dios!—exclamo preocupado el joven Bae.—¿Se ha lastimado? ¿Le ha pasado algo grave?—cuestiono mientras le ayudaba a recostarse para que el mismo lo revisara. Mientras lo examinaba, KyungSoo se asombro de que supiera hacerlo. 

—¿Es usted un medico también?—pregunto maravillado. El joven Bae negó.

—No es mi profesión, pero debido a la situación de mi madre debo saber como ayudarla en caso de ser necesario. 

—Es usted alguien increíble, es apuesto, es amable, es de buen corazón... ademas de que no se le ve ningún defecto aparente.—decía KyungSoo embelesado. 

JongIn rio, —Puedo decir lo mismo de usted, príncipe. Pero lastimosamente yo sí tengo defectos, y muy desgraciados para todo lo que me dice.—KyungSoo abrió los ojos y reincorporándose le pregunto que cuales eran esos defectos pero JongIn solo sé sonrió.—Si se los digo, puedo arruinarle la felicidad a una persona que no lo merece. 

« YOURSELF » OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora