—KyungSoo, por dios, pero ¿Estas seguro?—preguntó BaekHyun luego de que sus padres le aceptaran la petición, ambos reyes estaban extrañados de que llevara al joven Bae en lugar de a su prometido, aunque el ya estaba en la lista de invitados, pero no se opusieron, pues nada evitaba lo que planeaban. Sin embargo, KyungSoo brillaba de felicidad, imaginándose el elegante baile que tendría en compañía de JongIn, su maestro, aquello le revolvía el estomago y le daba colores a sus mejillas, pero BaekHyun, su amigo, esperaba una respuesta segura esta vez, no solo una atención a ella, si no una conclusión.
—Así es, estoy decidido, le daré las gracias al joven Park.—sentencio seguro de si mismo, su mejor amigo celebro con el entonces y se decidió a ayudarlo a encontrar su mejor traje para esa noche tan especial, luego de hacerlo, BaekHyun comenzó a recordar que había un pequeño detalle.
—KyungSoo—llamo, este lo miro.—El no debe tener ningún traje presentable, un buen sastre deberá encargarse de hacerlo, pero debes mandarlo a hacer mañana mismo.—apresuro sus palabras, el azabache sonrió.
—¿Crees que sería muy imprudente de mi parte mandar a hacernos trajes de pareja?—BaekHyun abrió sus ojos de asombro, estaba asustado al respecto de lo dicho. —Es... ¿Tan mala idea es?—BaekHyun no dijo nada, no estaba consiente de los sentimientos del afortunado, pero creía que antes de emocionar más a su amigo, debía considerar los sentimientos ajenos.
—KyungSoo, estas apresurando demasiado esto, sugiero que mejor solo invites al maestro a esa boda, en ella, declararas tus sentimientos sobre el, pero mantente fuerte considerando que puede haber un si y un no.—opino. KyungSoo asintió un tanto desconcertado. Estaba actuando justo como no debía, apresurándose a los hechos y siempre viendo que estos serian tal y como el esperaba aunque esta vez poco dependía de el, sin embargo por su mente paso la arrogante idea de que jamas nadie le rechazaría, no solo por su belleza aclamada por varios, si no por la posición que el podría brindarle a cualquiera. Sin embargo, aquello ademas de ser ególatra con él mismo, contradecía aquello que había estado buscando, apreciaba su posición, pero nada le gustaría más que ser amado por lo que era.
Aquella noche durmió intranquilo, por su mente pasaba la idea de qué JongIn le rechazara, pero también esa de que lo aceptara solo por ciertas cosas que poseía. Rodando en sus finas sabanas de seda, regalo de su mejor amigo extranjero, se imaginaba los peores escenarios, y se dio cuenta de que quizá si podría depender de el la respuesta que le daría JongIn. No necesitaba nada más que tratarlo con el evidente amor que comenzaba a surcar su pecho para que este se contaminara de él.
A la mañana siguiente, sin levantar a su amigo, bajo con sus ropas del día anterior y corto los mejores claveles rosas que encontró, mirándoles con admiración por lo hermoso de su tono rosado, sonrió y los dejo en el salón de baile si que nadie le viera, seria muy imprudente que alguien mas allá de su amigo se enterara de sus sentimientos antes de ser correspondidos. Un príncipe siempre debía anunciar a todos su amor por su pareja hasta que esta ultima, le correspondiera.
Sin embargo, no esperaba ver a JongIn en este mismo salón con su criada, no hablando para su malestar.
—Principe KyungSoo.—escamo apenada la joven criada, apartándoselos de inmediato del maestro, quien no menos apenado que ella, bajo la cabeza de inmediato.—Déjeme explicarle...
—¿Por qué debería escucharte?—cuestiono sin dejar ver su repentina tristeza, sonando amable y ocasionando que JongIn levantara la mirada, KyungSoo dejo los claveles en el piano que había un poco lejos.—No diré nada, este sin cuidado sobre ello. Pero sean mas precavidos, mi madre, la reina Do, no será muy amable al ver a dos alfas de ese modo.—Se excuso. Sin embargo, su insolente sirvienta pregunto sobre los claveles.
—Principe Do, son sus flores favoritas...—menciono la chica, aquello despertó el interés de JongIn, quien miro a KyungSoo, este estaba apenado de pronto.—¿Para que traerlas a este olvidado lugar donde nada lucirán?—cuestiono tomándolas de nuevo con sumo cuidado. KyungSoo, totalmente entumecido de tristeza, sin verse con más fuerzas para seguir manteniendo su postura relajada, pensó que lo mejor seria irse de inmediato. La criada, parada a un lado de JongIn, sostenía los claveles. KyungSoo camino hasta ella con una sonrisa.
—Tienes razón, los llevare al salón principal. Toma este.—dio uno a JongIn, quien sorprendido lo tomo.—Debes dárselo a una persona que ames mucho, estos claveles son para mi un tesoro, así que serás la afortunada.—Dijo esto ultimo a su criada, sintiendo como su bestia interior se retorcía de dolor, aquello tenia dos significados.
KyungSoo, alertado, se fue de inmediato de ahí.
—KyungSoo, ¡KyungSoo espera!—grito la profunda voz de Chanyeol sorprendiéndolo. KyungSoo, asustado aun más, expresándolo en su rostro, siguió su huida y apreto los claveles contra su pecho. ChanYeol comprendió porque la huida. Aquel aroma de pepino con piña llegaba a sus fosas nasales como un tímido beso de su amado, e ignorando la parte de la razón que le decía que se fuera, siguió este olor como un perro a su dueño.
JongIn en la sala, olía el clavel, sintiendo que había hecho algo mal, KyungSoo ni siquiera lo miro a los ojos. La criada que hace poco se le había declarado y robado un beso luego de su rechazo, se había ido del salón por petición de JongIn, dejando a este intranquilo, y sabiendo de ante mano que aquel día KyungSoo no estaría con él.
ESTÁS LEYENDO
« YOURSELF » Omegaverse
FantasíaKyungSoo Do nació bajo la estrella de la bondad y la luz, siendo la proeza más grande del reino, más tarde, la desgracia de los mismos. El amor puede ser un elixir de placer y alegrías, pero dependerá de quien te lo de, el efecto que surtirá en ti...