TRES

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KyungSoo hizo una reverencia.—Buenas tardes. 

—Un gusto conocerlo, me parece que la descripción de usted no le hace justicia de ningún modo.—dijo el hombre de manera coqueta. KyungSoo noto ese tono en particular que solía utilizar el joven Park solo con el, sonrojándose al entender que solía significar. —No se enoje, no me refería a que fuera feo, al contrario, es mas bonito de lo que dicen, jamas pensé que unos ojos fueran tan lindos y brillantes.—termino de decir dejando aun más rojo al príncipe, mientras que el profesor seguía confundiendo aquel rojo color con furia, el príncipe KyungSoo no cabía en su traje por el nerviosísimo que le causo el maestro. 

Aquel maestro tenia una figura opacada por holgadas prendas que se veían gastadas, su cabello era castaño y su piel estaba tostada, KyungSoo noto que se ponía nervioso, y al pensar que quizá le había hecho una mala seña se disculpo de inmediato. 

—No fue mi intención, yo no estaba molesto ni lo estoy, quizá debí sonrojarme debido a los halagos, no estoy acostumbrado a ellos—dijo de manera suave mientras doblaba su manga derecha tímidamente. 

—Usted no es quien debe disculparse—sonrió el hombre—Debería disculpar a todos aquellos que no le dicen halagos al verle, eso es una verdadera ofensa.—sentenció el hombre antes de tomar las manos del príncipe. KyungSoo ya más calmado por la sonrisa del hombre asintió y se dejo llevar por él mismo, tomando su clase con tal placer que no pensó que algún día fuera a disfrutar tanto de aprender un simple vals olvidando completamente para qué era. La música y los pasos que hacia el hombre le decían que aquel debía ser un príncipe, pues nadie que antes hubiera bailado con él, tenia tanto talento. 

—¿Puedo hacerle una pregunta?—cuestiono tímido. JongIn asintió. —¿Es usted un príncipe?—aquello puso tímido al chico que de pronto oculto entre sus manos su pequeño rostro. KyungSoo se avergonzó de ser tan imprudente. 

—Déjeme aclarar algo, yo jamas doy mis palabras para que me sean devueltas. Por favor, si aquello fue un halago a mi forma de bailar, le debo advertir que espero que sea porque su corazón así lo quizo y no por amabilidad y responsabilidad para con mis palabras.—dijo. KyungSoo se vio intimidado al ver su forma de hablar tan distinguida, no cabía duda, el era un príncipe.—Pero no, no lo soy, soy un simple campesino dotado de un talento natural con el baile.—sonrió tímido. KyungSoo asintió, y temiendo cometer otro error, salió de ahí. 

Por parte de JongIn, se agradeció mentalmente por haber escogido tan buen trabajo. 

—Por ahora.—sonrió feliz por él mismo. 

KyungSoo quería ir a decirle a su madre, pero su criada le detuvo. —Príncipe KyungSoo, ha llegado una carta para usted del príncipe Byun, es urgente.—le dijo entregándosela. KyungSoo la tomo olvidando todo y fue a su habitación a leer lo que aquella carta decía. 

"A mi fiel amigo; 

Mi estimado KyungSoo, querido amigo, me gustaría saber si puedo contar contigo en estos últimos seis meses, mi reino esta pasando por una crisis debido a las deudas que tenemos con el reino de los Huang, a pesar de mi amistad con el príncipe Huang este no es capaz de detener a su padre el los ataques, por lo que me atrevo a pedirte que por favor aceptes mi presencia en tu castillo, mi padre ha enviado una carta a tus padres donde explica mas a detalle. 

Espero no ser una molestia. 

Tu buen amigo, Byun BaekHyun"

Aquella carta le pareció innecesaria considerando que sus padres ya estarían informados, pero conociendo a su mejor amigo, sabia a la perfección que no podía quedarse de brazos cruzados cuando algo así sucedía y siempre debía ser el primero en enterarse por parte de su mejor amigo de cualquier cosa. Cerro la carta sonriendo por la modestia de su amigo y se pregunto porque el hijo de los Huang no podía hacer nada, debía ser por su estado de alfa, pues normalmente los omegas solían tener mas voz y voto en el reino que un alfa, así que entendió de inmediato y quizo ir con sus padres de inmediato a ver si podían hacer algo al respecto. Se horrorizó al escuchar antes de entrar a la sala donde sus padres hablaban en relación a la carta sobre sus planes, esperando haber malentendido todo por solo escuchar un poco.

—Byun es un buen chico, pero los Huang solo siguen ordenes. Una lastima por el príncipe Byun, nuestro pequeño KyungSoo deberá consolarlo después. 

—¿De qué hablan, padres?—cuestiono KyungSoo entrando al salón, sus padres sonrieron.

—Los Byun nos han informado sobre la situación que viven, y considerando que tu buen amigo Byun vendrá por medio año a vivir con nosotros, pensamos que te vendría muy bien compañía ajena a Park por ahora.—KyungSoo asintió, pues a veces tener al joven Park como única compañía le daba ganas de golpearlo. A veces lo hacia, pero siempre se excusaba con que había tropezado. 

—Bueno, hablando de Park, el joven príncipe llegara en dos horas, ve a lavarte y regresa con tus mejores ropas KyungSoo.—mando su padre. Este obedeció con cansancio y desapareció en su cuarto mientras pensaba que tan malo podría ser no casarse con el joven Park. 


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