VEINTE

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LuHan, quien tenia la intención de que su mejor amigo destacara en su forma de pedirle a KyungSoo casarse, no dejaría que su boda se centrara en ellos, por lo que su baile fue el mas increíble que pudo haber, gracias a que SeHun y el eran increíbles en eso, su baile se sintió igual de bueno, y fue aun mejor debido a que pidió lanzaran pétalos de rosa al final de este, mientras que la gente se había emocionado con el baile anterior por la futura boda, en este lo habían sentido por la magnificencia del baile en general. LuHan estaba satisfecho, y SeHun aun mas, terminado con un dulce beso su presentación, dejando el salón para el baile general. Zhang fue llenado muy rápido de muchas proposiciones para bailar con aquellos alfas, pero él se negó rotundamente a todo, diciendo la cosa más sorprendente de la noche. 

—Lo siento, pero he encontrado a mi otra mitad.—decía, los alfas rápidamente se pusieron atentos a aquel afortunado, aunque en el salón solo había un alfa que valía la pena para ellos, y era el joven príncipe Huang, y este ya estaba sonriéndole embelesado a otro omega, cosa que los ponía indispuestos, pensando que quizá el emperador decía aquello solo para alejarlos. Su sorpresa fue verlo acercarse al hermano alfa de los Kim, quien se vio poco sorprendido al verlo acercarse. 

Los murmullos eran de todos por igual, incluso de los omegas en el podio que ya estaban haciendo bastante ruido al respecto. Aquello de que Kim no se sorprendiera para nada de ser el afortunado al que Zhang le pido el baile, los puso en alerta. 

—Mi lobo me ha dicho ya lo que deseas, y me temo que ese lobo tenga que ocuparme a mi.—sonrió Kim. Zhang rio del mismo modo, pero Kim se levanto orgulloso y fue al centro del salón, despreocupado por el asombro solo para ellos, quienes comenzaron a bailar luego de que los músicos se recompusieran de su asombro, SeHun se vio inmediatamente molesto, pensando que quizá Myeon lo fuera usar también a el, pensando los problemas que ocasionaría aquello, sorprendiéndose cuando JongIn hablo. 

—Si no me equivoco, tanto el alfa Kim y el emperador Zhang son los últimos,—paro un poco al recordar que no eran los últimos, pero oficialmente si.—en mantener las características antiguas de los alfas y omegas, por lo que sus lobos debieron haber conectado.—afirmo muy seguro, aquello conmociono a todo aquel que le escucho, especialmente a los escandalosos omegas que se encargaron de esparcir aquello por el salón entero. 

—Al fin lo notaron.—se burlo Kim, quien sosteniendo las manos del emperador Zhang, sonrió con ternura y verdadero cariño por primera vez en su vida. Este le sonrió del mismo modo pero se colocó serio al momento.

—Quiero que sepas que por mas cariño que me generes, no quiero que me faltes, y necesito saber porque JongIn es tu hijo.—aquello desconcertó a Kim, pero asintió, el jamas se alejaría de su otra mitad por mas beneficioso que aquello le fuera, pues sin conocer del todo a Zhang, sabia que indefinidamente seria feliz, aquello se lo aseguraba su lobo que rebozaba de felicidad en compañía del ajeno.

—Espero que no me odies después de saber mi historia.—respondió tímido. Zhang negó.

—Mientras no la repitas, antes de mi, estoy dispuesto a perdonarte todo.—aseguro mientras se apegaban mas, y al saber la derrota asegurada de todos los alfas, el salón volvió a llenarse de bailarines disfrutando la hermosa boda hasta que fuera la hora de irse, no sin antes probar los deliciosos postres que solo los Oh podían crear. 

Era evidente que lo más especial de los Oh era su comida, pero aun seguían sin responder a muchas dudas de los mismos.

Por otro lado, KyungSoo y JongIn estaba alejados de todo eso como siempre, perdiéndose después del baile de los Oh, en el jardín trasero, admirando el atardecer tan encantador con el cual el día cerraba. KyungSoo recargo su cabeza en el hombro de JongIn, quien acogió con un abrazo, dejando al joven príncipe Do recostado sobre su pecho, pues estaban sentados en el pasto. JongIn sonrió, estaba feliz de ver a KyungSoo feliz a pesar de que él lo estuviera pasando mal. 

—JongIn, siempre supe que eras un príncipe.—sonrió KyungSoo al decírtelo, JongIn lo miro y dejando un beso en sus labios, negó.

—No lo soy, me creo insuficiente para alguien como tu.—dijo completamente anestesiado por el calor ajeno. KyungSoo sonrió pegándose aun más a él. 

—No sabia que eras amigo de LuHan.—dijo KyungSoo de nuevo. JongIn sonrió con suficiencia. 

—Hay muchas cosas que no sabes de mí...—atino a decir de modo melancólico, KyungSoo se repuso y mirándolo a los ojos, rogando, le pidió.

—Por favor dímelo, se que no sabemos nada sobre el otro aun, pero estoy seguro que incluso después de saberlo, nuestros sentimientos no cambiaran.—afirmo toando las manos de JongIn con cariño y amor, pegándolas a su pecho, aquello causo en el castaño una corriente eléctrica que el interpreto como lastima por los sentimientos del bajo. 

Aquello volvía a JongIn el ser mas tonto del planeta luego del rey Kim, pues el lobo de JongIn estaba despertándose levemente ante cada estimulo de KyungSoo. 

« YOURSELF » OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora