Feo |Ereri|

40

Epílogo.
Leer las nota final ;;;

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"La apertura a una nueva
etapa."

Estaba temblando, se aferra con mucho cuidado a la bufanda que su padre le ha comprado y espera pacientemente. Vislumbra a lo lejos como los otros niños corrían emocionados a ver a sus padres y siente una pequeña presión en su pecho, él también quería estar así con sus padres. 

Pese a su pequeña edad comprende que ellos están muy ocupados, su papá Levi tenía que atender algunos pacientes y su papá Eren tenía que atender los asuntos de la empresa familiar. 

Sus grandes ojos verdosos observan el familiar coche, aprieta las correas de la mochila y espera sinceramente que no sea la tía Ymir.

No es que no la quiera, solo que ese día en particular se sentía muy triste. 

Una cabellera castaña y unos ojos verdes iguales a los suyos le hacen entender que es su papá Eren quien a venido a verlo, no evita la sonrisa que surca su rostro y corre para ser cargado. 

—Daiki, ¿Cómo te fue en la escuela?—pregunta, dejando un pequeño beso en la frente de su hijo. 

—¡Mal!

—¿Y eso, cariño?

—Por que extraño a Hana.

—Tu hermana esta enferma, es por eso que no ha venido a la escuela.—le dice con suavidad, para luego ponerlo en el asiento del copiloto, asegurando los cinturones y que todo este en orden.

—¿Y por que yo tuve que venir? ¿No me podía quedar junto a Hana?

—Tu no estas enfermo. —le recordó.

—Pero me sentí triste. —asegura como si aquello fuera una enfermedad terminal.

Eren suelta un suspiro, sabe que los mellizos son demasiado unidos pero tampoco era bueno que los dos estén enfermos.

—Debes esperar hasta que Hana se recupere, ya luego podrán jugar juntos.—enciende el motor y conduce a la dirección memorizada. 

—¿Papá Levi la curará, verdad?

—Tu papi  la esta cuidando muy bien, no te preocupes Daiki. 

Llegan a casa bastante rápido, o al menos así lo noto Daiki, apenas llegan al estacionamiento y se retira los cinturones con algo de dificultad para salir corriendo a la sala. Eren solo lo observa totalmente divertido, agarrando la mochila que ha quedado olvidado en el coche, antes de seguir con tranquilidad los pasos de su hijo. 

Se detiene brevemente para observar el jardín, no había brillantes árboles ni flores hermosas debido al invierno, tan solo una brisa helada. E inevitablemente recuerda que en  un día así falleció Gisell. 

Físicamente agotada, enfermiza y sin muchas ganas de seguir. Al principio, luego de su boda, parecía que ella se había recuperado, entonces le dejo la empresa a él mientras ella se iba a buscar a Ymir. Cuando regreso ella estaba embarazada e Ymir la acompañaba recuperada con una prótesis nueva y bastante mejor que la última vez que la vio. 

No pregunto mucho, quería darle su espacio, pero conociendo a su prima quizás no le diría nada del por qué o quién había sido. Ymir incluso negó saber algo, a ella también le sorprendía el estado de Gisell. 

El embarazo resulto ser de alto riesgo. No había muchas esperanzas de vida debido al historial clínico que se había hecho Gisell a lo largo de los años.