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"El infierno no se compara con 
toda tu envidia."
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-Joernay-

Cuando amaneció los pájaros no estaban cantando ni mucho menos el sol estaba resplandeciente.

Llovía, era una lluvia suave pero intrigante debido a la época del año, como si los dioses quisieran advertirles que los días negros estaban más cerca de lo que imaginaban.

Una llamada telefónica fue el principio.

—¿Cómo se encuentra ahora? —ella se hallaba sentada en su cama, sin un ápice de alteración o desesperación. —Ya veo... sí, tomaré un avión, o el jet, lo más rápido que pueda, muchas gracias por avisarme y por cuidar del abuelo Mina. —su ceño se frunce al escuchar lo último que le tiene que informar la secretaria de su abuelo. —Pues dile a Frieda que se joda, así de simple, de nuevo, muchas gracias por todo Mina. —y lanza su teléfono lejos de su campo de visión.

Su respiración se acelera y unas lágrimas se quieren asomar por sus ojos.

—Por favor... tú no abuelo, tú aun no nos puedes dejar...

De verdad quería llorar como una niña, pero no podía, no era el momento. Se levantó y con toda la seguridad de una líder hizo unas cuántas llamadas más, debía partir pronto.

El baño relaja un poco las tensiones de su cuerpo, el hambre se le ha ido y en su mente solo hay un objetivo.

Tiene todo listo, pero hay una duda que le está carcomiendo desde hace ya unos minutos.

—¿Gisell, puedo pasar? —la voz de Cristha se hace presente, la mencionada suelta un perezoso "Sí" y la puerta se abre dejando pasar a una contrariada rubia.

—Son apenas las siete de la mañana y hoy no me toca hacer el desayuno a mí. —dice, esperando que lo que sea que Cristha quiera hablar tenga relación con eso.

—Eso lo sé, tú... ¿Conoces al chico que está durmiendo con Eren?

—¿Te refieres a Levi? Pues sí, lo conozco desde hace unos días.

—¿Ellos son... algo?

—Ah, Cristha, si vienes a defender al pobre de Armin mejor ni lo intentes, deja que Eren tome sus decisiones. Pero aquí entre nos prefiero a Levi.

—¡Le está siendo infiel! —la pequeña rubia se escandaliza, mueve sus manos y trata de mirar con enojo a su prima, ¿Acaso ella no ve la gravedad del asunto?

—¿Y eso nos debe afectar por...?—gira los ojos, ya se estaba montando un drama en el cual no quería ser participe.

—¿Acaso no piensas en los sentimientos de Armin? —se acerca a ella, enojada y decepcionada de su familiar.

—Oh, claro que lo hago, pero también pienso en los sentimientos de Eren.

—¿A qué te refieres? —su mirada se suaviza para dar paso a una confundida.

—¿Nunca te ha parecido rara toda su relación con Armin?

—Se aman, Gisell. —titubea, pero aun así se mantiene firme a su decisión.

—Pues vaya manera de amarse, ¿No crees? Ah, de alguna manera se parece al amor que tú le tienes a Ymir. —una sonrisa burlona se le escapa, disfruta ver como esos azules ojos se encienden enojados y como su menudo cuerpo comienza a temblar.

—No te atrevas...

—Taaan falso. —alarga la "a" y esquiva, gracias a sus reflejos adquiridos por su practica con la espada, el sencillo cojín que su prima le había aventado con toda su furia.

Feo |Ereri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora