Día 18: Ciego
...
Con ojos llorosos veía a la distancia a su amado esposo, desde aquel terrible accidente se había distanciado de ella y eso la estaba matando lentamente por dentro.
Cada vez que intentaba hacer un acercamiento, la cortaba en seco y le pedía que lo dejara solo, pero él no podía entender que, por que lo amaba, no podía dejarlo en su estado, no era lastima o pena, jamás se le pasaría sentir eso hacia Sesshomaru, pues sabía que lo perdería para siempre.
Hacia tres meses cuando paso, regresaban de visitar a los padres de su esposo cuando un camión con un conductor ebrio los embistió, Sesshomaru en un fuerte acto reflejo cubrió su cuerpo con el suyo. Estuvo en coma un mes entero y para cuando despertó se enteró de la terrible noticia, su esposo, su amado Sesshomaru había quedado ciego, tuvo varias fracturas, nada que no se recompondría con algo de tiempo y reposo, pero su vista jamás la recuperaría; gracias al valiente acto de Sesshomaru ella había salido ilesa, solo algunos hematomas menores.
Aunque sin saberlo, aparte de salvarla su vida, había salvado la de su hija no nacida. De aquel día en que Sesshomaru despertó del coma, habían pasado dos meses, por lo que tenía ya seis meses de embarazo y aún no había sido capaz de contarle a su amado que sería papá, si no lo sabía desde antes es porque siempre se alejaba de ella, lo cual la mataba.
Veía atónita el rostro de Sesshomaru, quien se veía impasible como costumbre.
– ¿D-divorcio? Pero ¿Por qué? Acaso ¿Hice algo mal? –Lagrimas empezaron a bajar por sus mejillas, retuvo un sollozo con el dorso de su mano.
–Hn, debido a mi condición es mejor que nos alejemos, no pretendo ser la carga de nadie y menos aún recibir compasión. –Esas palabras la destruyeron, no quería creer que Sesshomaru, el hombre que, a pesar de ser de pocas palabras, le había prometido la eternidad juntos, el padre de su bebé, le estaba pidiendo el divorcio.
Poso su mano libre en su abultado vientre, sintiendo los inquietos movimientos de su pequeña, si tan solo Sesshomaru comprendiera que su amor por él jamás le permitiría dejarlo, no le estaría diciendo tan terribles palabras.
Decidida a evitar que ambos sufrieran por una separación innecesaria, se levantó de su asiento dirigiéndose a donde se encontraba el platinado, tomo su mano tensa y la poso en su vientre, el lugar donde reposaba su mano recibió una pequeña pero fuerte patada. Sintió en el momento como el cuerpo de Sesshomaru se tensaba.
Los gruesos hombros del ojidorado temblaron levemente.
– ¿Cuánto?
–Seis meses.
–En el accidente...
–Nos salvaste a las dos, planeaba decírtelo cuando regresáramos, pero entonces paso el choque y quedaste en coma... Luego te alejaste de mí y no encontraba como decírtelo.
Sesshomaru se levantó bruscamente de la silla y apreso el cuerpo de su mujer.
–No puedo dejarte, no podría dejarlas. –Sus palabras la aliviaron.
–Te amo, Sessh.
–Y yo también.
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Universos Infinitos
RomanceSu amor era como un pequeño infinito, con su propio universo para disfrutar de el.