Max piensa muy bien si hará bien en llevar a la joven Moreno. No solo su rostro y cuerpo no encajan, sino también su apellido con la gran empresa. Saca su teléfono para poder teclear nuevamente el número que le han dado.
Pudiera ser algo riesgoso, solo que prefiere mil veces que sea alguien que no llegue a ser una competencia para su crecimiento en Xian a que sea alguien como Hasse.
—¿Aló?
Dice con una voz ronca, tratando de impresionar a la otra persona
—¿Abby, verdad? Soy Max, me acabas de dar tu número —escucha la risa de ella —sé que suena todo acelerado lo que te diré, pero vamos mejor a la oficina y puedas tener esa entrevista que tanto deseas—¿En verdad, Max? —suena emocionada —Claro, claro, con mucho gusto. ¿A que hora lo veo allá?
—A las cuatro ve a la misma dirección que fuiste a dejar tu currículum, previamente hablaré con la dueña para que te dé una oportunidad, sirve que vas y te cambias tu blusa por una limpia. Tengo que retirarme, te veo en unas horas más, cariño
La gran emoción de poder tener una entrevista con quien fuera la mujer que tanto admira la invade de una gran emoción. Al llegar a la oficina del director le pide salir temprano e ir a arreglarse para su entrevista. Cosa que termina aceptando su jefe, no sin antes darle un gran abrazo y agradecerle por todo el apoyo que le brindo, sabiendo que sea a donde vaya podrá demostrar el gran potencial que tiene sin importar su físico.
Toma sus cosas, camina por toda la escuela, desde las áreas verdes, comedores, aulas hasta llegar a la salida. Siente como esta contento su corazón, al parecer todas las cosas se han ido solucionado en su vida.
Tras esperar diez minutos al autobús urbano y llegar a su casa, se da una ducha para poderse quitar el sueño de una vez por todas, saliendo con su pijama puesta, comienza a ver que ponerse.
—Humm— se muerde los labios al observar su ropa en su ropero mientras escucha Little Things, repitiéndola una y otra vez. Toma una blusa rosa con líneas de cafés, se pone unos jeans negros y saca esas zapatillas negras que solo usa para cosas formales.
Se ve al espejo, dando una sonrisa. Tomando su mochila y salir nuevamente con suficiente tiempo hacia la editorial.
En el camino, pone esas viejas canciones que siempre escucha, imaginando como estará en unos días yendo al mejor trabajo del mundo.
Tras pasar una hora y media, por fin llega a la zona donde se encuentran las empresas más exclusivas de todo Farlens, se baja para continuar con su camino a pie. Observa como muchas personas llegan con lujosos carros, otros tantos caminan con sus mascotas hablando de negocios.
Pareciera que fuera otro lugar esa zona.
Llega por fin. Levanta su vista hacia la enorme X.
—Ha llegado tu momento, Abby, tu gran oportunidad para demostrar quien eres
Dice antes de ingresar a la recepción, la esbelta mujer le da acceso a uno de los elevadores para que llegue al piso principal.La decoración es tan perfecta, incluso que el propio elevador tiene un diseño único. Al abrirse las puertas, camina hacia el lado izquierdo, observando una mini recepción atendida por otra joven bella.
—Debes de ser la chica que espera Max, ¿verdad? —asiente —toma asiento, ya le informo.
Se levanta de su asiento para ir hasta la oficina que comparte con otras dos personas, además del gran Hasse, que al verlo trata de jugar con su cabello para hacerse notar, solo que lo único que logro en él es que se volteara hacía el otro lado para continuar con una llamada que tenía en su teléfono privado
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Dulces Mentiras
RomanceLa vida de Abby Moreno se vería interrumpida tras obtener el puesto que tanto deseaba en la editorial Xiangherotti, llevando a conocer a dos apuestos chicos que sin imaginar le traerían una serie de problemas por su conocimiento. No odias tu cuerpo...