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Tomo mi saco negro y me lo pongo para poder salir atrás de Renée. 

En algún momento de mi vida también pensaba en quedarme con ella y poder tener aquello que de niños soñamos. Ser felices con la mujer que amamos, pero como ella comenta creo que fue lo mejor para los dos. 

—Tu y yo somos nuestras almas gemelas, Ren— voltea a verme sin saber lo que acaba de escuchar—, pero no somos el amor de nuestra vida que cada uno de nosotros necesitamos

Suspira bajando la mirada. No sabía que necesitaba tener esta charla con ella para poder liberarme de todos los sentimientos que en mi mente y corazón me atormentaban. 

—Así es, Hasse, así es— toma mi mano para apresurarme a caminar hacia el elevador. Presiona el botón de "recepción" y en unos cuantos segundos las puertas metálicas se abren nuevamente. 

Pasamos por los reguiletes; despidiéndonos de la recepcionista del edificio; para luego tomar el elevador que esta en la parte de afuera y el cual nos lleva al estacionamiento. 

—¿A dónde vas? —me jala nuevamente hacia su auto —no pienses que te dejaré ir en esa motocicleta, yo te llevo

Sonrío —veo que tu sueño se cumplió —me ve de reojo —recuerdo que dibujabas siempre y revisabas precios de una Jeep azul marino, nunca pensé que pudieras comprarla; por como son tus padres y más que nada tu, de tener miedo cuando llueve

—Decidí darme ese pequeño capricho —presiona el botón desbloqueando el seguro de las puertas. Nos subimos a su vehículo y antes de arrancar me da una gran sonrisa —prepárate para el Renéemovil 

—No-no no le llames así a esta hermosura —se ríe —hay que dejarlo sin ningún nombre

Niega su cabeza mientras enciende su carro comenzando avanzar hacia la salida del estacionamiento. 

Nos quedamos callados escuchando la música que ponen en su estación favorita. Recargo mi cabeza en el asiento, pensando en los pendientes de mañana y en como tengo que ir a la junta con Ulec a pesar de que siga en Balí, debo de juntarme con él para ir determinando como van las cosas entre mi madre y mi hermana. 

Eso lo debe de hacer ella, pero al parecer no confían tanto en ella, por lo que me pide esta asamblea extraordinaria. 

Bostezo 

—Ya estas viejo — la veo de reojo —ya tienes sueño y apenas va comenzando el día — trata de no reírse. Su cabello lacio se mueve por el aire que entra por su ventana. —Llegamos —entra a un restaurante que tiene como una glorieta para dejar los vehículos y el personal de estacionamiento pueda llevarlo a un buen lugar. 

Descendemos del carro,  caminando hacia la entrada, donde una bella joven con vestido negro, cabello rizado y una corona de flores en su cabello nos pregunta sobre si teníamos reservada una mesa.

Continuamos entrando por un pasillo como si fuera una cueva, al interior hay una cascada de nuestro lado izquierdo haciendo fresco el lugar. El bar se encuentra justo en medio de todas las mesas.

—¿En dónde te cito tu cita?

—En Sancoy, dice que es su lugar favorito... toma asiento conmigo y si llega solo te vas o dices que eres mi hermano para que no piense que tu y yo tengamos algo

Presiono mis labios —, por ni no tengo problema... pero digamos, que somos completamente diferentes como para poder decirle eso

Suspira —Solo di que me viste y dijiste hola— llega con nosotros uno de los meseros, a quien le pedimos agua mineralizada —seguimos teniendo los mismos gustos; ¿que harás para la fiesta?

Volteo los ojos —La verdad no he pensado en eso, Alexa quiere que sea diferente a la de otros años, como las fiestas que hacen los famosos, pero en lo personal no me gustaría... comentaba de hacer una noche de casino, ya sabes; con tragafuegos y toda la cosa, pero voy a desistir de esa idea

—Y ¿qué tiene de malo solo una fiesta con vestidos y trajes? —levanto mis hombros —creo que sería menos costoso para la empresa si solo piden una cena tres tiempos, contratan a una banda...

—No, One Direction no— se ríe —, sabes que tengo comunicación con los chicos y que puedo darte boletos, pero no me gustaría que pensarán ellos que solo somos amigos por conveniencia 

—Bueno, pero algo así, así pudiera lucir mi mejor vesti... —guarda silencio, su mirada dejo de ver todo el establecimiento para concentrarse en alguien detrás de mi.

Giro mi cuerpo para ver de quien se trata. << Wow >> pienso al verlo.

Parece un muñeco de Barbie combinado con un Max Steel. Es un chico alto (no sé si tan alto como yo, pero lo suficientemente alto como para que Renée pueda utilizar sus tacones y aún así verse de estatura pequeña), trae puesto un traje negro, su cabello es lacio negro y sus ojos color avellana un poco rasgados. 

—¿Él es tu cita? —susurro —Renée, esta vez te superaste en todo sentido, me siento ser mal ser el chico con el que antes salías de él

—Cállate, ni siquiera sé si vayamos a conectar como amigos y tu diciendo esas cosas —me golpea —, estoy nerviosa

Tomo su mano y por un instante deja de verlo para verme, en su mirada puedo notar lo emocionada que esta y tal vez; esperando que si puedan tener esa "conexión" que tanto busca.

—Todo saldrá bien— sonrió —y si no llegas a sentir eso, debes de estar consciente de que no eres la del problema, es a veces que no has encontrado al indicado

—Gracias, Hasse, me siento más tranquila ahora, creo que puedes irte y dejarme con mi cita

Bajo la cabeza riendo, le doy un beso en sus manos y camino hacia la salida sacando mi teléfono para pedir un taxi hacia la empresa para recoger mi vehículo e ir a un bar a cenar o algo por el estilo. 

<< Espero que te vaya bien en tu cita, Renée >> 

Veo como aquel joven se sienta en la que fuera mi silla y se presentan.



Dulces MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora