Dulces Mentiras

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Subo cada escalón de las escaleras de emergencia, recibiendo el aire por las pequeñas rendijas que se encuentran ahí, dando la vista de las casas de al rededor. Veo la puerta de emergencia. Suspiro. 

Al entrar ahí puede que termine aceptando el trato que me ofreció o puede que le diga que no acepto nada de lo que me dijo. La abro lentamente, cuidando que al elevar mi pie no se cruce entre mi vestido.Observo primero el helipuerto y posteriormente a él. 

Con su traje azul marino, su camiseta blanca desabotonada de los primeros botones. Caminado hacía mi con dos copas de Champagne, el aire le mueve su melena rubia, sus ojos azules me ven con detenimiento. 

<< Estas acabada, Abby >> pienso al sentir como mis piernas tiemblan y mis manos comienzan a temblar. Pase lo que pase, no debes de sentirte avergonzada por nada de lo que digas, hagas o eres. 

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