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Mis manos comienzan a sudar por los pensamientos de arruinar las cosas y lo complicado que es pensar en como mi abuela pudo arreglar una cita para mi mucho antes de yo tener tiempo para salir a buscar a un chico; sé que soy joven, pero es complicado ver como personas mayores se preocupan más por mi estado sentimental que yo. El aroma varonil de Hasse ha sido sustituido por el mi cita, mi respiración se vuelve agitada. 

<< Pensándolo bien, no necesito de un hombre en mi vida, soy lo suficientemente poderosa para poder llegar a convertirme en un gran ser humano... será mejor que me vaya antes de que me vea >> pienso tomando mi bolso y saco, incluso olvidando ir a pagar la bebida que ingerimos Hasse y yo. 

Una voz varonil me detiene ante mi escape, —La mayoría de las chicas salen corriendo tras conocerme, no antes —cierro mis ojos —, pero entiendo si te tienes que ir

—Sí, no, bueno sí, pero no —no puedo carburar una buena respuesta —Soy Renée —le estiro mi mano siendo lo más formal posible 

—Soy Sunghoon, encantando de poder conocerte al fin 

Mis nervios siguen siendo evidentes y por una extraña razón no me había sentando otra vez, aún seguía con mis cosas en la mano como si estuviera esperando que me soltará de la mano para salir corriendo. Respiro profundo y trato de calmarme —Solo ignoremos el hecho de que me iba a ir, ¿quieres encargar algo?

Trato de ver su rostro de manera simulada, sus ojos tienen forma de una almendra; teniendo un buen tamaño para su afilada nariz y esos labios gruesos. Su cabello es igual de lacio y oscuro que el mío. Esas grandes enormes manos sostienen el menú, hace muecas tratando de decidir que elegir, lo cual solo me provoca risa.

—La verdad no tengo hambre, por los nervios no me da apetito

Asiento dejando el menú a un costado de mi —Tampoco tengo apetito 
No había podido comer nada para poder tener ganas de comer con él —¿Quieres encargar aunque sea un postre o algo para beber? 

Solicitamos al mesero un té de durazno para mi y una cerveza para él. 

—¿Cómo es que conoces a mi abuela?
Esa pregunta me persigue desde aquel fin de semana donde solo mando un mensaje con la fecha, lugar y nombre del susodicho. 

Le da un sorbo a su cerveza —En realidad soy su abogado, estaba hablando con ella y entre charla comento que quería presentarme a su nieta porque sentía que teníamos mucho en común

—¿Cómo que cosas?

—Solo se trataba que a los dos no nos gusta la toronja, lo cual para ella resulto ser que eramos iguales —se ríe —sabes, no soy bueno con las citas... me pongo un tanto nervioso; mi nov— se detiene —mi ex novia solía hacer las cosas que parecían tan sencillas, sé que no es bueno hablar de anteriores parejas en una cita, pero es solo lo que se me ocurrió

—Tranquilo, entiendo —juego con mi vaso —¿hace cuanto que eres su contador?

Se muerde los labios —Hace un mes que comenzamos a trabajar juntos para ver lo de una multa de transito—suspira —¿a qué te dedicas tu?

—Soy escritora y actualmente trabajo en la editorial Xianguerotti— me detengo —antes de que preguntes, no, nunca he escrito algo sobre "anteriores relaciones" o "gente cercana a mi" no tengo idea porque todos hacen esa pregunta cuando menciono que soy escritora, a veces la inspiración no viene de la gente que te rodea

Asiente inclinando su cabeza hacia un lado —de igual manera, si llegas a escribir sobre mi —sonríe —quisiera que mi papel lo interpretará Lorenzo Zurzolo, sé que no soy italiano, pero ese chico esta muy lindo

Suelto una carcajada enorme —¿Cuál ha sido tu caso más complicado?

—El de tu abuela —reímos —en realidad todos tienen su peculiaridad de ser complicados, desde conseguir algunas pistas, cuestionamientos verdaderos y hasta llegar al juzgado —le da otro trago a su cerveza —el chico que estaba antes aquí... ¿quién era?

Acomodo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja tratando de darme tiempo para pensar en que pudiera decirle quien era —Es un amigo que vino para asegurarse de que no eras un asesino serial o un amigo de la edad de mi abuela —sus hombros se relajan —tenía mucho que no salía a una cita

—Ni yo, es raro como uno a veces encuentra personas sin siquiera planearlo —baja la vista

Llegaban y se iban las personas que estaban en las otras mesas, pero nosotros seguíamos ahí. Charlando de sus experiencias como abogado y como en ocasiones yo llegue a tener problemas por poner ciertas escenas complicadas en mis libros y que a la gente no le agradaba. A pesar de no haber ingerido alimento alguno, me sentía satisfecha de esta cita. 

De reojo veo mi reloj, lo cual ya marcaba las casi doce de la noche —Tengo que retirarme, Sunghoon—solo puedo escuchar decir un "¡Oh!" —mañana tengo que trabajar y comenzar a planear una fiesta de celebración para la empresa

Antes de que comenzará a buscar las llaves de mi carro me detuvo —quisiera que nos volviéramos a ver, Renée— suspiro —tengo que salir este fin de semana por un caso en Guatemala, pero te prometo que la siguiente semana estaré disponible por si quisieras repetir lo de esta tarde, solo que con un poco más de tiempo para llevarte a mis lugares favoritos de Italia

Me muerdo mis labios —Me encantaría, pero estaré ocupada —su frente se tensiona —porque estaré contigo esos días 

—¿The Office
No puedo evitar sonreír por ese pequeño guiño a una de mis series favoritas

The Office, entonces... —mi vista va de sus ojos a sus mejillas rojas —me encantaría tener esa segunda cita con usted, abogado

Trato de darle dinero para que pague, pero con su palma me impide dejarle los billetes. Presionada por todavía llegar y comenzar a organizar mi día de mañana me retiro con una sonrisa en mi rostro. 

Salgo a la entrada del restaurante, le entrego mi boleto a uno de los trabajadores de ahí para pudiera buscar mi automóvil. Segundos después llega enfrente de mi, bajando de este quien fuera mi perdición por muchos años. 

—¡Feliz cumpleaños, Renée!

No puedo creer lo que estoy viendo. Mi corazón se acelera con solo escuchar su voz.

Paso saliva con dificultad —Hyunjin, ¿qué haces aquí?

—Como te prometí hace unos años, que iba a estar en tu cumpleaños número 24, así que aquí me tienes

Sus ojos café no dejan de verme y esa sonrisa, esa estúpida sonrisa que aún sigue debilitando mis piernas. 

—Solo será una noche, Renée, solo una

—¿Porqué lo dices?

Se acerca a mi, a pesar de considerarme una mujer alta y de utilizar zapatillas con tacón, él era mucho más alto que yo, provocando que levantará mi cabeza para verlo mejor —Tengo que volver al ejercito, así que si me lo permites me encantaría pasar estos días que puedo contigo y recordar viejos momentos

Giro mi cabeza deseando con todas mis fuerzas que no estuviera Sunghoon atrás de nosotros viendo toda esta escena, lo cual para mi buena suerte no estaba ahí. 

Olvidando mi pasado y todo lo que pudo haber pasado, tomo la mano de Hyunjin y me subo a mi camioneta, la cual él manejaría para llevarme a nuestro próximo destino. 

Dulces MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora