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Personaje: Hiroto Kira (Xavier Schiller).
Ambientada en: Orion no Kikuin
Advertencia: 50/50
Nota: Nombres de personajes en japonés.

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Caminaba junto a Anna-chan en dirección al entrenamiento cuando los escuché

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Caminaba junto a Anna-chan en dirección al entrenamiento cuando los escuché. No era nada nuevo; Haizaki y Hiroto se pasaban los entrenamientos discutiendo, a veces parecían un matrimonio en crisis.

Mi amiga me miró de reojo cuando solté un suspiro y comencé a atar mi cabellera rubia. Le guiñé un ojo y fue su turno de suspirar. Sin duda alguna me estaba vigilando, y, siendo honestos, hacía bien.

Yuuto estaba de brazos cruzados, aparentemente prestando atención a la discusión. Los dos peligrises se reclamaban el uno al otro, echándose la culpa a la cara de que uno interfería en el camino del otro.

Endou trotó hacia mí, comenzando a hablar como si tuviera complejo de coche de carreras. Sólo atiné a entender que quería que le lanzase tiros. Me limité a sacudir la mano en dirección a la de ojos azules, quien sonreía divertida, a modo de despedida.

Haciendo caso a lo que mi amigo de pelo castaño me había pedido, comencé a lanzarle tiros. Todavía era capaz de escuchar la discusión de ambos delanteros. Ahora Tatsuya se había acercado a ellos para tratar de calmarlos, pero ambos lo habían empujado e ignorado totalmente.

Tanto Endou como Asuto —se había unido a nuestro entrenamiento— se dieron cuenta de cómo me daba un tick en el ojo derecho. El de pelo castaño sabía que era un claro indicio de que estaba perdiendo la paciencia. El pelinegro se limitaba a mirarme preocupado.

Recibí el pase de Asuto y, harta, lancé el balón al aire. Salté, di varios giros y chuté el balón. El tiro voló hacia los dos peligrises y los golpeó en el estómago, mandándolos al suelo, para luego explotar. Aterricé, apartándome el pelo de la cara, mientras la mitad del equipo me miraba sorprendido.

—¿¡Cuál es tu problema?! —me gritaron a la vez.

Me llevé dos dedos al puente de la nariz y lo apreté, mientras me acercaba a ellos. El de capa se giró y me miró.

—Vosotros sois mi problema. —sentencié, mientras me miraban desde el suelo. —Me tenéis harta. Estoy hasta la mismísima de vuestras discusiones de niños pequeños. —me crucé de brazos. —M da igual quién interfiera a quién, pero es una estupidez y una completa pérdida de tiempo. No estáis en la Seishou ni en la Eisei, sino en Inazuma Japan. ¿Entendéis eso? —no pude evitar elevar una ceja. —Estáis en el mismo equipo, panda de llorones, así que dejad de pelearos como si fuerais niños pequeños a los que le han quitado las piruletas. —los miré seria. —Lo que vais a hacer es mantener los picos cerrados y combinar toda esa estupidez que tenéis. Dejaréis de quejaros. ¿Estamos? —los apunté con un dedo. —Porque la próxima vez, no tendré tanta piedad y os estamparé contra la pared de un balonazo.

Inazuma Eleven One Shots ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora