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Personaje: Axel Blaze/ Gouenji Shuuya.
Ambientado en: línea original.
Advertencia: nop.
Indicación: nombres en europeo.

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Dicen que aquello que más nos gusta es de lo que más conservamos memorias en nuestra mente

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Dicen que aquello que más nos gusta es de lo que más conservamos memorias en nuestra mente. En mi caso, sin duda alguna, todos y cada uno de esos recuerdos serían en lo referido al fútbol. Este deporte siempre ha estado presente en mi familia, de una forma u otra. Por mucho que mi madre quisiera que tanto mi hermano como yo lo esquiváramos, él acabó por llamarnos.

Para todo el mundo, Mark Evans era el sinónimo de fútbol. Todo el mundo podía verlo en el patio del instituto corriendo de un lado para otro con un balón debajo del brazo. Para mí, era quién me había animado a intentar seguir con la tradición de nuestro abuelo, con su estela futbolística. No era que yo fuera pesimista, simplemente llegaba a pensar que no sería capaz de igual el nombre de David Evans. El abuelo fue uno de los mejores porteros de todo Japón, ¿Qué podíamos hacer nosotros bajo su sombra?

Mark jugaba de portero desde el primer momento en el que habíamos tenido un balón de fútbol en casa. Él era el que más se parecía al abuelo, físicamente hablando, y según mamá también en carácter. Él quería ser tan buen portero como el abuelo, y como su hermana melliza, me vi en la obligación de ayudarlo a cumplir su meta. Si él era el portero, yo podía manejarme en cualquiera de las restantes posiciones. Me daba igual donde jugar, y eso era algo que a mi hermano le gustaba mucho de mí. Mi facilidad para atacar y defender, eso sin duda lo entusiasmaba.

Al principio el equipo no tenía ni siquiera los jugadores necesarios para tomarse como un equipo, de hecho, por eso no teníamos el campo de fútbol a nuestra disposición. Sin embargo, eso no nos paraba en absoluto. Mi hermano y yo hacíamos de mentores del equipo de primaria del instituto. Él paraba los tiros y yo les enseñaba a intentar ser lo más versátiles posibles. No era un entrenamiento que se esperaran, pero para nosotros servía de igual modo.

Contra todo pronóstico, se nos puso un partido contra nada más y nada menos que la Royal Academy, el equipo que llevaba cuarenta años sin perder el Torneo de Fútbol Frontier. Mi hermano se lo tomó con alegría, como era usual en él, pero había algo en aquello que me hacía desconfiar. Sobre todo, porque había sido luego de que un chico de pelo rubio en forma de pincho y ojos obsidiana se apuntara en nuestro Instituto. Eso me hizo desconfiar. Quizás el comandante de la Royal estaba interesado en aquel chico tan misterioso.

Reunir los jugadores necesarios fue una verdadera lata, al menos para mí. Entre Silvia y yo hicimos un cartel más o menos decente, y mi hermano corría por todos lados buscando interesados. Me sorprendí levemente al ver aparecer a Nathan Swift, del equipo de atletismo, con el dorsal número dos. Ni siquiera me esforcé en ocultar mi sorpresa, y lo supe por como Kevin estaba intentando no reírse de mí.

Inazuma Eleven One Shots ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora