*Capítulo 17

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El camino se volvió silencioso. Los cuatro autos blindados partieron de la torre más alta de Borasek, siguiendo un patrón invasor hacia el target principal. No se expondrían tan en crudo, tenían un «as» bajo la manga que formaba parte de aquel atraco. Un superpoder. Una característica singular del hardware en los androides, que usarían para disimular sus apariencias y mezclarse entre la humanidad.

Como androides, eran visiblemente identificados por la pequeña luz LED azulina ubicada en el lado derecho de la sien artificial. Sin embargo... una de las particularidades de los divergentes era que, con una autonomía propia totalmente ejecutada en sus propios sistemas, podían actuar liberalmente sin restricciones. Es decir, que podían camuflar aquella lucecita delatadora como quisiesen, pasando desapercibidos ante el ojo destructivo de la sociedad.

Jungkook divisó el cruce de carreteras donde se separarían del otro grupo; cada uno dirigiéndose a su propio destino. Giró el volante hacia el lado derecho, mientras que el pelotón del ojimiel HSK260 tomaba el camino izquierdo. Cerró los ojos por un momento, susurrándole entre las profundidades del Shpion:

«Cuídate, Hoseok»

Le murmuró cuando sus caminos se dividieron.

Llegaron y se estacionaron en un callejón que dividía dos edificios por un par de metros. Dejaron los autos estratégicamente escondidos y se alistaron antes de ingresar a la instalación. Los cuatro iban vestidos con un uniforme semi-profesional, que ocultarían cubriéndose con sacos de tela fina sobre el cuerpo. Portaban una apariencia moderna y elegante para las circunstancias. Jacob se le acercó al último segundo, plantándose con una postura firme.

"No tienen que sonar las alarmas del edificio" Jacob habló para el grupo "Podrían alertar a todo el personal de seguridad. Son demasiados..."

Jungkook se cubrió las muñecas con un pequeño comunicador digital con forma de reloj. La derecha de su propio equipo y la izquierda del segundo equipo. 

Namjoon se había encargado de dejarles lo justo y necesario antes de partir. Haciéndose con una mercancía especializada para la contienda, abasteciéndoles con todo tipo de armamento y prendas de protección. Connor, uno de los divergentes con los que iban, había soltado un comentario chistoso cuando se estaban terminando de cambiar muy temprano por la mañana, recordando su pasado como parte de la milicia militar del país. «Es como volver a los viejos tiempos...», había dicho.

Jungkook escuchó las palabras de Jacob. 

"Entiendo. No estamos en condiciones de amedrentarnos contra todo el mundo. Hagamos un trabajo limpio, nadie tiene por qué salir herido" dictaminó muy serio, mirándoles a los ojos "¿De acuerdo? Tratemos de hacer esto lo más pacífico posible, no le demos más razones para buscar una venganza poco justificada"

Del callejón se acercó Markus, otro divergente de alto rango que despertó en las peores circunstancias, pero que aprendió a vivir con ello. Él se encargó de revisar el camino que tomarían por la trastienda de la torre SM. El reloj estaba punto de marcar las nueve en punto, siendo el momento perfecto para las noticias matutinas de las que, literalmente, toda la ciudad siempre estaba al pendiente.

"Es hora... no hay nadie por este lado" Markus les dijo despacio "El camino está libre..."

Jungkook, Connor, Jacob y Markus se escabulleron por la propiedad de las instalaciones. Saltaron una valla eléctrica que fue muy sencilla de desinstalar para el dueño del Shpion y atravesaron el estacionamiento trasero hasta llegar a una de las puertas de seguridad que los llevaría hasta el interior del edificio. Mientras que Connor se empezó a encargar de desarmar uno de los siete candados que protegía tal entrada, —una medida de protección moderna de primer nivel—, Jungkook se concentró en proyectarse hacia el primer equipo por medio de su poder, encontrándose dentro de un par de cámaras de seguridad del segundo objetivo. Las instalaciones YG.

My Human. {Taekook}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora