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—Chupar una polla es un arte—¿Lo era? Goodman, realmente estaba aturdido; sabía que debía reaccionar pero no podía. Menudo problema tenía.

Con su rostro hundido en medio de las piernas del basquetbolista, jadeó, cuando este último, paseó de manera descarada el glande de su duro pene por toda la longitud de sus labios, para posteriormente golpear su miembro contra sus mejillas, sonriendo morbosamente ante su acción.

Estaba realmente loco. Él estaba tan asquerosamente loco por hacer aquello, y es que era un error, un muy grave error, que no tenía justificación alguna.

Cyrus, era un ángel, alguien demasiado puro. Tan casto, que su verga dolía de sólo pensarlo. No debía excitarlo como lo hacía aquella verdad. No debía incitarlo a corromperlo como verdaderamente lo hacía. Tenía que detenerse, pero no quería.

Tomó su miembro con firmeza y se atrevió una vez más, a recorrer aquellos dulces labios de muñeca de porcelana.

Los ojos color miel del Goodman brillaron.

Él no estaba realmente interesado en el sexo, en nada que se relacionase con este, pero aún así él no era capaz de desobedecer alguna palabra de Thelonius.

Sus rodillas dolían, y es que el basquetbolista lo había tenido de rodillas toda la bendita mañana, en forma de castigo, porque según él, los ojos de Cyrus no debían mirarlo como si quisieran chuparle la polla,y por sobre todas las cosas, él no debía excitarse ante la idea de que aquel de religión judía se ahogara con su verga. Y es que todo era culpa de Cyrus, pese a que este, alegase que en verdad jamás había hecho nada para tentarlo. Pero Thelonius estaba negado a creer una sola de sus palabras, porque Cyrus era una puta,con ojos, cara y boca de puta, y es que de no ser así, él no estaría tan tentado a pecar como lo hacía.

Los ojos verdes de Thelonius se curvaron en una cínica sonrisa. 

Cyrus era un chico estúpido, con grandes aspiraciones, que iban mucho más allá de lo que alguien como él se podría merecer; quería ir a la universidad, forma una bonita familia y tener una gran casa, es decir, ser alguien común, alguien normal, y podría ser todo menos eso.
Era una puta, con dos agujeros que servirían para su disfrute, por ende no debía ir más allá de su nefasta naturaleza. Tenía que dejarse ser.

Tomó su rostro con ambas manos. Era hermoso, tan ridículamente hermoso como sólo una mujer debía serlo. Era incluso más atractivo que una mujer.

Tendría que haber nacido con vagina. Porque no había nacido para dar placer sino para recibirlo. Había nacido para ocupar el lugar de una mujer en la cama.

Debió haber nacido con una vagina goteante, lista para ser follada.

—Abre la boca.

Con su rostro, siendo sostenido por él, Cyrus obedeció, entonces una perfecta "O" se formó en sus labios, y Thelonius penetró su boca de una sola estocada, obligándolo a reprimir cada arcada sentida, puesto que no tenía permitido decepcionarlo.

Entonces las voraces penetraciones no se detuvieron y continuaron su curso, llenado la sala de un sonido por demás morboso, que se formaba cada vez que aquel pene, arremetía duro contra su garganta.

Sus cabellos fueron tironeados con fuerza hacia atrás, dejando a la vista sus hinchados labios de prostituta. Y con toda rudeza Thelonius penetró una vez más su jodida boca con su pene, llenando la misma con su semen, obligado a Cyrus a tragarse cada gota, sin desperdiciar nada.

El basquetbolista le hizo lamer su verga, hasta dejarla limpia para después guardarla en su pantalón.

—Me corrí bastante 

Admitió, el de ojos verdes, observado como aún escurría un poco de su esperma por la comisura de los labios de Cyrus, claro que el chico de inmediato se limpió la boca al notarlo, ¿Thelonius lo castigaría? Se preguntó, ya que había sido su error dejar escapar aquellas últimas gotas de semen.

—Si tuvieras útero, podría fácilmente preñarte con algunas de mis corridas.

Cyrus bajó la mirada y se sonrojó, ¿A TJ le gustaría más si él fuera mujer? Probablemente.

—¿Tus rodillas duelen?

Preguntó, lamiéndose los labios.

—Un poco,—mintió, en realidad dolían mucho, incluso estaban rojas y ya había sufrido varios calambres por la posición en la cual permanecía.

—Ajá—lo observó—ponte de pie.

Y es que quería verlas,una vez que fue obedecido, le pidió a Cyrus que se quitará los pantalones y sin más lamió y besó sus rodillas, robándole suspiros al chico.

…..

—¿Dónde está Cyrus?

Preguntó Jonah a su amiga. Y es que Amber había dicho que estaría con él, pero ahora que llegaba a la casa de la rubia y no lo veía por ningúna parte se extrañó un poco, ya que el chico judío era nuevo en aquel lugar y no conocía mucho, es más su círculo de amistades se limitaba a su ex novia, Amber, su actual novia Andi y la mejor amiga de esta, Buffy.

Cyrus era nuevo en la ciudad, con sus padres recientemente divorciados y una autoestima lo suficientemente baja, como para ser presa fácil para cualquier persona mal intencionada con ganas de aprovecharse de él.

Era un chico tan jodidamente frágil, que a sus 16 años, no sabía ni siquiera si era gay o heterosexual. Un cristal tan fácil de romper. El más mínimo daño y quedaba jodido de por vida.

—Està en casa del vecino—confesó Amber, volviendo a ver su revista de moda, sobre el cómodo sofá del living—y no vayas a importunar, que hace a penas un momento que se fue con TJ.

Mentira, ella estaba mintiendo, ella y Thelonius eran unos benditos hijos de puta, que tenían por juguete al chico judío.

Ella en una ocasión mientras había visto a TJ quitarle la virginidad a Cyrus, se había masturbado hasta llegar al exquisito orgasmo, producto de los gritos de placer y dolor que emitía el más jóven, mientras el basquetbolista se hundía en él.

Había sido casi una vil violación, en donde no demoro mucho en convencer al pobre chico de que sólo se había tratado de un acto de amor y Cyrus estaba tan necesitado de amor que cedió ante el engaño, dejando que Thelonius se obsesionara con él. Y es que Cyrus era benditamente fascinate.

—¿Por qué no estás con ellos?

Preguntó un tanto inquieto Jonah, quién a pesar de ser un gran despistado, no le gustaba nada la forma en que Thelonius trataba a Cyrus, como si fuera una chica. Y es que si bien, el chico era un tanto débil, no era justificable el trato que recibía por parte del basquetbolista.

—Porque son aburridos—volvio a mentir—pero tranquilo, Cyrus ya regresará.

Con su cuerpo impregnado de la escencia de Thelonius, tan lleno de él, que apenas y podría caminar normal, imaginó.

Muñeco de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora