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—¿Y bien? —el pelinegro alzó una ceja y sacó un suspiró cansado de sus labios. Sus brazos nunca dejaron de estar unidos, así como su mirada en ese joven. —¿Te quedarás toda la noche impidiéndome el paso?

El rubio soltó una pequeña y coqueta sonrisa, bajó una de sus manos que tocaban su mejilla para cruzar su brazo con la otra a la altura de su pecho, igualando al otro hombre. Admiró ese ceño fruncido y volvió a reír ¿Quién se creía este hombre con los cabellos negros?

Todo un misterio; frío como hielo con esos ojos pequeños y obscuros, labios rojizos por solo unos escasos besos, que llegaba a resaltar con esa piel pálida. Daba un poco de miedo verlo por lo duro que parecía físicamente, pero algo le hacía no parar de ser atrapado por esa aura obscura. No, en realidad no. Dentro de ese hombre también había un calor abrasador, algo cálido y amable.

¡Dios!

En su vida se había involucrado con varias personas, pero nadie como ese hombre. Frío y cálido a la vez.

Este hombre debía ser el conocido Min Yoongi; el hombre de nadie.

¡Maldita sea! Sus mejillas se encendieron por ello. La sola mención le hizo calentarse como un horno, porque sus labios habían estado sobre aquellos hace unos largos minutos.

—No, solo hasta que los dejes en paz. —dijo comprensible y esperaba que ese hombre pelinegro también lo fuera.

—Mira, no sé quién eres. Necesito ver que Taehyung esté bien... No es buen momento, las cartas tienen que estar bien jugadas para que esto no se salga de las manos. Los reporteros deben de estar preguntándose sobre la solitaria velada de Jeon... El señor Kim debió ver. Mierda... espero que nada pase. Es algo complejo de explicar y dudo que me comprendas.

—Si, no lo hago. —dijo sinceramente el rubio. —Pero, de algo estoy seguro, como amigo de los dos... —vio al hombre observarlo con ojos penetrantes como si lo que acababa de decir no era para nada real. — Necesitan arreglarlo. Podemos ayudarlos, no decidir sobre ellos... si Taehyung no quiere verlo de verdad y menos arreglar el asunto con Jungkook, él se lo dirá... por el contrario si lo acepta debemos  dejarlos solos. Creo que ha sido suficiente. ¿No crees?

Yoongi negó que el hombre rubio tuviera razón, así que con sus dedos revolvió sus peinados cabellos y miró alrededor mucho más frustrado. —Eres una molestia... —se giró para ir a la recepción u otra habitación para auxiliar al castaño por si algo salía mal.

—Iré contigo. —Jimin dijo con ambición y una gran sonrisa. Lo siguió, lejos de acercarse, atraer y seducir a ese hombre.

—Haz lo que quieras.


*

Jimin se mordió los labios, mientras sus dedos tamborileaban encima del cómodo y por supuesto costoso sofá en el que estaba sentado. Miró de reojo, observando que el hombre pelinegro mantenía sus ojos fijos en la pared junto con sus brazos cruzados ¿Qué se creía? ¿El rey de España? Ni siquiera sabía si en España había un rey. Gimió de disgusto al volverse a perder en sus pensamientos sobre ese simple hombre, guapo hombre en la habitación.

A punto de cruzar la sala de estar de esta habitación alquilada como un león enjaulado sin nada de agua, el sonido de su celular los sorprendió a ambos, por primera vez en esa habitación el hombre pelinegro le dirigió la mirada. Ignoró aquello, buscando el aparato y sacándolo de sus pantalones para quizás tomar la llamada. Sin embargo, el nombre en la pantalla le hizo detenerse.

Kim Namjoon.

—Pensé que lo habías olvidado... —susurró con un poco de tristeza y un sentimiento desesperanzado, aunque no debía de tenerlo cuando el hombre lo estaba llamando. Es decir, su relación unilateral había terminado y no creía ser llamado de nuevo. Ni siquiera estando en una misma habitación con otro hombre pasando las primeras horas del año nuevo, creía que ese hombre que lo echó de su vida lo llamara. Patético.

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2021 ⏰

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Vestido         (KookV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora