- Se dice, gracias. No te confundas, el hecho que te admire no quiere decir que me gustes.
- Pues no mencionaste que tenga novia o algo por el estilo, así que, asimilo que pienses que no tengo novia o que no me gusta nadie para que puedes tener el pase libre, ¿estoy en lo correcto?
- Puede ser, pero, supones mal, porque yo esperaba a que dijeras que no eres tan suertudo porque te hace falta una novia y es cuando yo iba a decir que yo era la indicada por lo que el destino se esperó para unirnos.
- Que lista, sabes cómo manejar situaciones así, me gusta, eres una chica interesante, me hace pensar que tenemos algo en común.
- Si, algo en donde ambos pensamos que hemos sido hechos el uno para el otro.
En ese momento se sintió una gran conexión, donde cada segundo que él sonreía y me miraba, me sentía perdida, como si quisiera besarlo.
Al momento de que todos nos sentamos en rueda para comer y platicar un rato él se sentó al lado de mí, sentí bonito y hablamos mucho, mientras trataba de agarrar mi mano, pero, como que sentía pena o a lo mejor no tenía mucha confianza, hasta que paso unos minutos y después de comer todos se quedaron dormidos, era un día relajado, no había mucha gente y llevamos cobijas p ara no sentarnos en el pasto, luego, quedamos Joshua y yo despiertos, sin pensarlo, Joshua se acostó en mis piernas.
- ¿Te traigo una botana o una almohada? Digo, para que estés mas cómodo.
- No, gracias, tus piernas son muy cómodas y ya estoy muy lleno, pero, si me haces piojito, será lo máximo.
En ese momento no podía decir nada, mientras le acariciaba el cabello, lo miraba, se veía muy lindo, fue en ese momento cuando empecé a sentir más cariño por él. Cuando nos fuimos, todos se habían adelantado y Joshua, junto conmigo, nos quedamos unos pasos atrás, estábamos hablando, pero, sin darnos cuenta él agarro mi mano, nos fuimos caminando hasta la camioneta de Joshua y hasta llegar allá fue cuando soltamos nuestras manos.
- En esta ocasión, Madison se ira conmigo adelante, así que lo siento Alexander, te me vas atrás.
- Hijo de la… está bien, te la perdono no más porque es la que te gusta.
- Ya, no chille y váyase para atrás, que tonterías dice.
Yo no dice nada, solo le sonreí y me subí adelante. Íbamos muy contentos, cuando volteaba a ver a Joshua, sentía mi corazón latir demasiado fuerte y hasta me sudaban las manos, ya que no había sentido algo igual por alguien.
En fin, pasaron alrededor de dos semanas, ellos ya me habían aceptado bien en su grupito, incluyendo a Sofía, le demostré que no le iba a quitar su puesto, ni a sus amigos, le di mi confianza y yo me gané la suya, total, un día, Joshua me invito a desayunar, yo acepte creyendo que íbamos a ir todos, pero, me lleve la sorpresa el mismo día cuando nos íbamos a ir, el hecho de que solo éramos los dos, yo no iba tan preparada, en fin, me llevo a un restaurante muy lindo, no era elegante, pero si pasábamos un momento agradable. Ese día, me había puesto una falda negra, unos tacones bajos rojos con una blusa de tirantes negra con la espalda descubierta, de accesorio una bolsa pequeña roja y de maquilla solo me pinté las pestañas y me puse un labial rojo con un poco de gloss, él realmente se veía guapo, llevaba unos pantalones de mezclilla negros, una clásica camisa negra y una chamarra de mezclilla con unos tenis blancos. Joshua realmente se veía guapo, con un estilo como a mí me gusta, el negro resalta el color verde de sus ojos, su piel morena y ese cabello algo alborotado, hicieron que mi corazón latiera fuerte y me pusiera nerviosa.
- Te ves tan preciosa y sexy.
- Gracias, tu realmente te ves muy guapo.
- Gracias. Hasta parece que nos combinamos, como si fuéramos pareja.
- De hecho, pensé lo mismo.
Estaba muy nerviosa no sabía que decir, hasta me puse nerviosa, roja.
- No te pongas roja, pequeña.
- ¿Pequeña?
- Si, se me acaba de ocurrir, porque cuando te miro, te me haces tan pequeña y tierna, que te me haces muy linda.
Pequeña, de ahí salió me apodo, justo en ese momento sentí que para él era un poco más especial, ya que todos tienen apodos que les pone Joshua, para Sofía era cereza, porque ella siempre olía a cereza, Alexis era Baloo, porque una vez para Joshua, Alexis se comportaba como él y Alexander era Lobo, porque Joshua sabía que siempre iba a cuidar y proteger a los suyos, como un lobo a su manada y el hecho de que a mí me haya puesto un apodo me hace sentir que ya soy parte de él.
- Bueno, vámonos, pequeña, que se nos hace tarde.
- Poe supuesto.
*La tome de la mano, la lleve a mi camioneta y le abrí la puerta. Lo único en lo que podía pensar era en lo hermosa que se veía, esa espalda descubierta, sus labios rojos y carnosos, solo me hacían pensar en lo sensual que era, una mujer tan maravillosa, con ese carácter tan único y su piel clara, me daban ganas de abrazarla y besarla.
Terminando de desayunar, no supimos que hacer, así que, saliendo del restaurante, Joshua, tomo mi mano y me llevo directamente por un helado.
- Espero hayas guardado espacio para el postre.
- Claro que no, comí lo suficiente.
- Pero no comer helado en la primera cita, es pecado.
- ¿Primera cita?
- Claro, ¿pensabas que una simple salida? Rompes mi corazón.
- Jamás mencionaste que fuera una cita.
- El que te haya invitado a salir, que nada seamos los dos, creí que era obvio.
- Pero, las citas son para los que se gustan.
- ¿Afirmas que te gusto?
- ¿Y tú afirmas que te gusto?
- Buena jugada.
Fue una buena primera cita, estuvimos bromeando y riendo, Joshua me acompaño a comprar unas cosas y me sorprendió su tolerancia, más que una primera cita, sentí la química, terminando nos dirigimos al estacionamiento para irnos al cine, estando ahí nos besamos.

ESTÁS LEYENDO
Llora por mí
Teen FictionMadison, es una joven que vivió aventuras interesantes, pero, inexplicables. Ahora, tendrá que remediar sus errores. Historia de drama, con muchas preguntas y pocas respuestas.