Llora por mí

Tú

Ella cuando hablaba de Alexander, lo decía de una manera que te enamoraba, ella estaba encantada con él, lo veía como a su ángel guardián, como si para ella no hubiera otro, tuvo novios y los dejaba porque al ver a Alexander, ella veía que no eran lo que quería.
- ¿Él le fue correspondido?
- Sí, pero, a su manera.    
Ella cada que escuchaba una canción de amor, le recordaba a él y no sabes el brillo que le provocaba en sus ojos, el recordarlo, también se le hacia una sonrisa radiante de oreja a oreja.
- Alexander, para mí, es un hombre fabuloso, no hay otro como él, ósea físicamente, sí, pero, nada igual a Alexander, es único y tan maravilloso, que, de verdad, hizo que me haya enamorado. 
- Qué lindo todo lo que dices, ¿también le gustas?
- No sé, llevo 5 años de que los conozco y nunca me ha dado señales de eso, ni siquiera cuando le dije que a mi si me gustaba.
- ¿Qué paso esa vez? ¿Cómo le dijiste?
- Le hice una carta que decía:

                                          Mi querido Alexander, mi hércules.
Sabes, no te imaginas lo que eres para mí.  Dime exagerada o loca, pero, siento que me estoy enamorando de ti, aunque lo veas como algo absurdo, eso es lo que siento.
Eres una persona tan especial para mí, te tengo tanta confianza, más que mi mejor amigo, siento un amor por ti, más que eso, aunque tal vez no me respondas como a mí me gustaría, quiero que esto no cambie y que me tengas ahí para ti, siempre, quiero ser incondicional para ti.
Para finalizar esto, por favor, prométeme que pase lo que pase, cuidaras de mí, que cuidaras de mi corazón, si aceptas esta promesa, llévame un ramo de rosas blancas y así al menos sabré que, aunque no me corresponderás, sé que cuidaras de mí y me sentiré aliviada, porque quiero ser para ti, tu chica especial.
                                                                                                                           Siempre tuya: Sofía.

- Me acuerdo de todo lo que puse, ya que nunca había hecho algo así por alguien.
- ¿Y qué paso?
- Al día siguiente, llego a mi casa, eso paso hace como 2 años. Llego a mi casa y llevaba un ramo de rosas blancas, fue ahí cuando supe que no me correspondía, pero, que aceptaba mi promesa, así que sentí un alivio en el corazón, cuando llego me dijo:

- Sé que no era lo que esperabas, pero, prometo que cuidare de tu corazón, que te cuidare sin importar que, no puedo darte lo que desees, pero, te puedo decir que serás un amor tan incondicional y tan divino, que quiero dejar así, porque, si no, estaría rompiendo mi promesa y no quiero engañar a tu corazón, así que, toma este ramo de rosas blancas, como me lo dijiste.

- Me quede sin palabras, me abrazo y me dio un beso en la mejilla y se marchó. Después entre a mi casa, vi mi ramo y me fije que había una carta que decía:

                                
                                                             Mi querida, princesa.
  No sé por dónde empezar, pero, diré lo que siento.
Mis sentimientos hacia ti, no son los mismos, pero, puedo cumplir tu promesa. Gracias por las           bellas palabras que me dedicas, es más que suficiente, aunque, no creo que me merezca tanto.
Me gustas, pero, no creo sea el momento indicado, es el miedo de perderte, que ya nada sea como antes, el que te tenga y luego te pueda perder, podemos arriesgarnos, pero, es darlo todo, ¿y si lo perdemos? A eso le tengo miedo, por eso no te puedo corresponder, eres la chica indicada en el momento incorrecto. Te quiero, pero, no quiero arriesgar lo que somos ahora.
                                                                                                            Solo tuyo: Alexander.

- Esas fueron sus palabras, me dolieron hasta el alma, pero, al menos sabía que iba a ser todo igual.
Pero, no fue así, ellos tenían un lazo muy grande, sabían que ambos tenían que estar juntos, pero, se detenían tontamente.
Después de un rato y de lo que hablamos, llegaron los chicos.
Joshua: Hola, señoritas, ¿Ya prepararon todo?
Alexander: Vamos, chicas, no se me pongan triste y comencemos el bailongo.
Alexis: Yo solo quería ver películas, a mí me trajeron con mentiras.
Sofía: Ustedes aparte de idiotas no saben lo que es la privacidad, ¿verdad?
Alexander: Princess, nos extrañan, aunque nos vayamos unos segundos, ustedes no viven tranquilamente sin nosotros.
Madison: Por favor, como si fueran tan importantes.
Alexis: Lady, mi querida peque…
Joshua: Hey, ella es solo mi pequeña.
Alexis: Tranquilo, es tuya, pero yo también le puedo decir peque, bueno, como te decía, pueden sobrevivir sin nosotros, pero, admítanlo, se divierten más con nosotros.