Llora por mí

El Comienzo Sin Fin

- Mucho gusto, mi nombre es Joshua, ellos son mis amigos, Alexander y Alexis, los gemelos y   Sofía, nuestra dulce Sofía.
Su presentación fue muy linda y llamaba mi atención, pero, había algo que no veía bien, a Sofía, si, no todo es color de rosa, ya que, vi que me miraba como si fuera su rival o como si me odiara de años, eso para mí fue aún más interesante, por lo que me intrigo en conocerlos aún más. 
- ¿Cuántos años tienes?
- 20 años, ¿y ustedes?
- Yo tengo, 23 años, los gemelos tienen 22 años y Sofía tiene 20.
- Tus amigos ya están grandes, pueden hablar por si solos, ¿o eres su manager?
Lo dije de una forma sarcástica, pero a la vez dulce y sonriente.
- Por supuesto, que ellos son libres de decir lo que quieran, pero, compréndelos no son de agarrar confianza tan rápido.
Joshua lo dijo riendo y sonriendo, su primera impresión me gusto, ahí fue cuando me di cuenta que nos íbamos a llevar muy bien.
Alexander: perdón, estaba procesando el hecho de una mujer tan bella, como tú.
En ese momento, me gustaron las palabras de Alexander, pero fue una frase de un adolescente de 15 años, que quiere sorprender a la niña que le gusta, así que solo me reí tímidamente.
Alexis: Basta, Alexander, la asustaras en tu primera impresión. ¿Qué tal, querida? Espero que no hemos sido tan imprudentes.
Cuando conocí a los gemelos, se me hacían unos niños típicos, ricos, fresas y fanfarrones, pero después de tiempo supe que esa es su esencia, que le dieron un toque de diversión a mi vida.
Sofía seguía parada, cuando los demás ya se habían sentado al lado de mí, sin decir nada, eso me hizo pensar que le deban celos y quería dar a notar que ella era la única mujer y amiga que podrían tener sus amigos, así que solo por ese hecho, yo quería hacerle la maldad de entrar a su pequeño grupo, ¿Para qué? Solo para molestar y que vea que yo podía quitarle una parte de su vida, solo por eso, para caer más gorda, pero, estaba equivocada, eso hizo que mi vida cambiara.
Después de estar hablando, Sofía se atrevió a hablar.
- Ya vemos que eres una chica independiente y muy interesante, pero, ¿A qué se debe el hecho de que te hayas mudado hasta acá? Digo, por la razón de que te ves como una mujer que no le gusta estos rumbos.
- Sofía, estas equivocada, justo por eso me cambié, porque estos rumbos me gustaron, el fraccionamiento es lindo y tuve la fortuna de que me toco el coto que para mí es el mejor, ¿Alguna otra duda?
- Claro, la casa blanca con cortinas rosas, ¿es tuya?
- Por supuesto, ¿Lo dices porque es notorio o porque quisieras saber el número de mi diseñador?
- Oh que fina, ¿diseñador? Sabía que la princesa, tenía que tener lo mejor.
- Lo dices, de una forma tan sarcástica, como si me conocieras, siento como si estuvieras  celosa, ¿me equivoco?