El barco dio un fuerte choque, la madera de las barandas volaron en pedazos, la fuerte sacudida hizo a su cuerpo saltar hacia adelante, tuvo que agarrarse fuerte de una de las vigas para no caer, enrroscando su mano en una de las cuerdas para frenar el salto, otro golpe derribo el mástil de la nave, la tormenta azotaba de forma furiosa la embarcación, la lluvia hacia casi imposible ver con claridad, observo con horror como una de las cuerdas del mástil caído impactaba contra el cuerpo de un hombre, arrojándolo al mar con una fuerza estrepitosa... la tormenta no daba tregua y no sabía si siquiera alguno lograría seguir vivo...
El sol se habría paso de forma abrazadora entre las nubes casi inexistentes dejando atrás el horror vivido hace una noche.
¿Dónde demonios estaban?, no lo sabían.
Según recordaba no había registros claros de esto, había leído algo de unos españoles que describían islas pero más de eso no existia, sus intenciones no habían sido anclar en aquellas costas, él mismo había logrado escapar de Londres a Asia en un carguero viejo y con un fétido olor hasta, desde ahí con la esperanza de un nuevo hogar subió a esta embarcación, según había oído en Alaska las cosas eran mejores... Esto definitivamente no lo era, mirando a todos lados saco su cantimplora para darle un sorbo, el sol le quemaba la piel y la insolación estaba a la vuelta de la esquina, la tripulación y él mismo había intentado sobrevivir por días, las provisiones poco a poco se iban agotando, podía ver algunos gritarle con furia al vacío y desolado mar, otros lloraban abrasándose así mismo mientras le rezaban a sus dioses, pudo ver a una mujer, una beta, con un niño en brazos que lloraba de hambre, se acercó despacio para no levantar sospechas y le entrego un pedazo de pan, no era mucho y seguramente estaba seco y duro, pero era mejor que nada, la mujer le agradeció de forma silenciosa y él se alejó, la sacudida del barco lo arrojó al suelo.
¡Golpeamos un arrecife!
Escucho gritar a uno de los marineros, uno de los pocos que había sobrevivido en su puesto.
Sin pensarlo mucho bajaron de la nave usando los pocos botes salvavidas que quedaban, remaron a toda velocidad hasta tocar las cosas, la arena era cálida y suave al tacto, tal vez ese fue su primer error.
Adentrarse en la bosque sin detenerse a pensar si quiera, se internaron en la jungla en busca de fruta o lo que sea que los ayude a sobrevivir, sin muchas opciones, siguió al grupo de personas, era entre 20 a 30, según los números tendrían posibilidades, ¿Verdad?
No, ese día no las tendrían.
A duras penas pudieron defenderse por unos minutos con las armas que habían sobrevivido a la tormenta, la horda de salvajes(a falta de una mejor definición, a demás por al forma en que aparecieron saltando de los árboles y saliendo de entre los matorrales... Les quedaba bien la palabra)Se habían abalanzado hacia ellos, corrieron hacia la costa nuevamente, pero más de aquellos salvajes había aparecido casi cerrándole el paso... acorralandolos, como si los estuvieran cazando.
Ahora solo quedaban 12 personas de su gran grupo, entre ellas la beta que abrazaba fuertemente a quien supuso era su hijo, los otros... buenos los otros estaban tirados en el suelo muertos en unos horrendos charcos de sangre.
Danny desde siempre nunca fue exactamente un creyente de dios o alguna otra deidad, pero hora estaba intentando recordar las oraciones que sabía, mientras era casi arrastrado, sus muñecas ardían por la forma tan apretada en la que habían sido amarradas... los salvajes le hablaban o eso suponía, no entendía ningún sonido que salía de sus bocas y para él solo eran gritos, lo que si entendía es que ahora él y su pequeño grupo eran prisioneros... o bueno eso parecía.
Uno de los nativos se le acerco mucho a su parecer, olfateando su cuello, intento alejarse, pero otro de ellos lo inmovilizo tomándolo de los hombros apretando su agarre sobre su camisa, ahora que lo tenía más cerca se dio cuenta de algo, que todos, absolutamente todos aquellos que los habían atacado eran alfas, olían a alfa. El alfa que lo olio solo movió la cabeza, antes de gritarle algo al que lo tenía sujeto, rieron un poco y siguieron avanzando.
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MI DESTINO EN ESTA ISLA "McDanno" [Omegaverse]
Hayran KurguDanny se subió aquel barco con la esperanza de buscar un mejor lugar, un mejor destino fuera de Asia, no sería tan difícil, ¿verdad?