CAPITLO 54

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Narra Hugo
Hugo: soy gilipollas Sam...

Sam: eso ya lo sé, que has hecho?

Hugo: básicamente no la he apoyado, solo le he preguntado si había posibilidades de que tuviera hijos y me ha dicho que con el tratamiento quizá pueda, y me he relajado...

Sam: joder Hugo, tú sabes cómo estaba? Se ha quedado blanca y no sabía cómo contártelo por si te echabas la culpa

Hugo: y voy yo y la cago..

Sam: pues si. No ha querido hablar contigo no?

Hugo: que va, ha subido a la habitación y no me ha dejado ni tocarla

Sam: ya la conoces, déjala un rato que se relaje y luego intentáis hablar. Sé cómo eres Hugo, dile lo que sientes realmente y déjate de tonterías tío. Os casáis en menos de un mes, Eva está haciendo todo lo posible para que salga bien, tú también haces pero sabes que ella está todo el día moviendo hilos para que todo esté perfecto, no la cagues hermano

Hugo: lo sé Sam, lo sé. Pero ha podido conmigo el pensar que no podíamos formar la familia que queremos, pero ahora pensando me he dado cuenta que solo quiero que ella esté bien, que no se preocupe por nada porque yo voy a estar

Sam: pues ya sabes a quien tienes que decírselo

Hugo: lo sé. Voy a prepararle algo de cenar, a ver si quiere y hablamos. Gracias hermana, te quiero

Sam: y yo a ti rubio -y colgó.

Me fumo el último cigarro antes de entrar a hacer la cena. Me siento un completo imbecil. Es la mujer de mi vida, como no voy a pensar en ella? Claro que lo hago y lo he hecho.
Preparo una ensalada y hago un poco de lasaña vegetal. Sé que le encanta. Me decido a subir las escaleras y escucho la ducha. No es el momento de entrar ahí con ella, esperaré a que salga e intentaré hablarlo todo y decirle que lo siento. Me acerco a la puerta y escucho entre el agua del grifo sus llantos. Joder Hugo eres más gilipollas todavía. Está mal, y me mata esto. Me siento en la cama e intento que las lágrimas no salgan de mi. Espero a que salga de la ducha.
Al cabo de unos minutos la puerta se abre y sale del baño. Me mira y pasa de largo para ir al vestidor. La sigo y me apoyo en el marco de la puerta

Hugo: como te encuentras? He hecho la cena ya -le digo y ni me mira

Eva: vale, ahora bajo

Hugo: te espero en la mesa entonces -suspiro y salgo de la habitación. Está la cosa complicada, pero espero que hablando nos entendamos. Preparo la mesa y cuando termino, justo baja. Se sienta en su sitio y yo en el mío, nos servimos la cena y pasamos unos minutos en un silencio un poco incómodo, algo muy raro en nosotros

Eva: Hugo lo siento -la miro sorprendido

Hugo: no Eva, lo siento yo por ser tan gilipollas a veces

Eva: no podía ser todo tan perfecto, he pensado y entiendo que quieras mandarlo todo a la mierda  y... -no la dejo terminar y me levanto poniéndome a su lado de cuclillas

Hugo: ni se te ocurra decir nada de eso Eva, estás loca? Amor, perdóname por no haber reaccionado como debía, claro que estaba y estoy preocupado por cómo estás tú. Pero la situación me ha abrumado y solo he pensado en las posibilidades, lo siento mucho de verdad. Y en la vida pienses que no voy a querer estar contigo sino puedes tener hijos. Eres la mujer de mi vida Eva, te quería antes de pensar en tener bebés, y te voy a querer siempre -una lagrima amenaza con salir de mis ojos, y la retengo. Pero Eva no. Eva se echa a llorar encima de mi y es que me parte el corazón

Eva: somos idiotas los dos a veces, te quiero mucho Hugo

Hugo: yo sí que te quiero amor, yo sí que te quiero.. -digo mientras la levanto y nos llevo hasta el sofá. La siento en mis piernas y ella se acuesta sobre mi. Acaricio su espalda y su pelo mientras poco a poco se va relajando y su respiración es mala calmada- Eva sabes de sobra que te voy a apoyar en todo, y esto es de los dos. Si te ves con fuerzas, lo intentamos, y sino lo dejamos para más adelante, no hay ninguna prisa, tranquila

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