CAPITULO 1.3

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NARRA EVA
No me lo podía creer, el famoso chico de la puerta era el hermano de mi jefa, y para colmo nos habían invitado a quedarnos con ellos para comer. Me sentía cómoda, pero no se por cuanto tiempo ya que ese rubito me ponía bastante.
Estaba pensando en mil cosas cuando de repente habló
Hugo: y bueno Eva, ¿cómo te sientes al ser la nueva modelo de este ser que tengo por hermana? -no pude evitar reírme por sus palabras
Sam: pero que gilipollas eres Cobo -le dijo su hermana con un tono burlón
Eva: pues la verdad es que tengo muchas ganas de empezar y de trabajar con ella, de verdad Sam me encanta tu trabajo, y a mi hermano también -miré a Fla con una sonrisa pícara y él me fulminó con la mirada
Sam: jajaja es cierto que lleva mi ropa, esa colección me fue increíble, ya que mi hermano fue el modelo de la ropa de chico -dijo y yo no pude evitar mirarlo, el rubio modelo?- ya que es famosito pues me sirvió de ayuda y todo el mundo quería la ropa que llevaba el famoso Hugo Cobo -espera, era famoso?
Flavio: yo de esa colección tengo casi toda la ropa -dijo mi hermano y todos nos reímos- y Hugo no sabía que también eras modelo tío -qué más era? Estaba super perdida
Sam: si es que el chico a parte de cantante y fuck boy, ha hecho pequeños trabajitos para su hermana -dijo ella y yo en ese momento empecé a pensar quién era, pero decidí desviar el tema para que no se ofendiera, si tan famoso era
Eva: entonces tengo competencia con el rubiales -dije graciosas
Hugo: para nada morena, yo sigo con mi música y mis cosas, aunque si Sam me necesita siempre le echaré un cable, y más si hay una chica como tu en su estudio -dijo eso y me guiñó el ojo, yo me limité a ser como era, qué mas da
Eva: ay Huguito, más quisieras
Hugo: no sé yo quien caería antes, morena
Sam: bueno Flavio creo que sobramos -y estallamos todos a carcajadas
Fla: si creo que si -y se limitó a sonreír
Seguimos charlando un buen rato hasta llegar al postre, yo no me pedí nada porque estaba llena y Sam tampoco, en cambio Hugo y Flavio si se pidieron el suyo. Cuando lo trajeron como era evidente cada una le quitó un poco a su hermano correspondiente y estos se quejaron
Hugo: illa 22 años juntos y me sigues quitando la comida
Sam: era solo un poquito
Flavio: bueno chicos, me lo he pasado muy bien con vosotros, así que me gustaría haceros una propuesta -miré a mi hermano con atención, no sabia que les iba a decir- si os apetece esta noche vamos a salir con nuestros amigos a tomar algo y celebrar nuestros nuevos trabajitos, así que si os queréis venir estáis más que invitados -me miró y yo asentí, me parecía buena idea, pero no sabia cuanto iba a durar sin comerle la boca a este rubiales
Sam: siii me parece perfecto, dónde es
Eva: tomaremos unas copas en casa y luego nos iremos a la discoteca, es la que queda en el centro, justo al lado de una gran bolera
Hugo: si, se cual es, puedo conseguir un reservado y que no nos moleste nadie -dijo y me volvió a guiñar el ojo, seguro que yo estaba como un tomate pero no me disgustó la idea
Flavio: si estaría genial, nos repartimos el dinero y genial
Sam: para Flavio, tu crees que a Hugo le van a cobrar por un reservado y más en una discoteca a la que va habitualmente -dijo la rubia muy convencida
Hugo: exacto, no me gusta aprovecharme de mi fama para cosas que tienen que ver con el dinero, pero si quisiera pagar no me dejarían -encogió los hombros y nosotros asentimos
Eva: está bien, pues listo os esperamos a las 23:00 en casa. Sam te envío la ubicación
Sam: perfecto, estoy deseando de salir, llevo mil sin pillar un pedo como dios manda
Hugo: luego no pienso cargar contigo
Flavio: no te preocupes Hugo, yo la ayudo, me lleva vistiendo mucho tiempo -dijo mi hermano y todos reímos
Terminamos ya la comida y pagamos, salimos a la puerta y Hugo y Sam se pusieron a fumarse un cigarro. Al cabo de unos 5 minutos nos despedimos y cada uno se fue por su camino. Yo me fui a casa a relajarme, leer un poco el dialogo que me tenia que aprender y pasar toda la tarde vagueando hasta la hora de arreglarme. No pude evitar pensar en ese rubiales tan guapo al cual iba a ver esta noche

NARRA HUGO
Salimos del restaurante y nos despedimos, Sam iba a casa, Flavio iba a su academia a dar clases y yo no tenia nada que hacer, así que decidí divertirme un poco. Me quedé en mi coche que estaba aparcado justo 3 por delante de el de Eva y cuando ella pasó por mi lado decidí seguirla. Si iba a su casa mi plan saldría bien, sino pues tendría que esperar a la noche para sacar a mi Hugo ligón.
Después de 10 minutos veo como Eva abre el garaje de una casa aparentemente muy chula por fuera, una vez metió el coche, cerró la puerta de la cochera y yo decidí aparcar justo en frente de la que supuse, seria su casa.
Estuve varios minutos pensando hasta que decidí bajarme del coche y dirigirme hacia su puerta. Toqué el timbre y al cabo de 2 minutos la morenaza me abrió
Hugo: hola, tienes sal? -se quedó con la boca abierta y soltó una carcajada. Me abrió con un moño y una camiseta ancha de manga corta y supongo que en la parte de abajo llevaría un mísero tanga
Eva: no creo que necesites sal, no tienes pinta de ser un gran chef -me dijo graciosa- por cierto, cómo sabes donde vivo, creo recordar que la ubicación se la he pasado a tu hermana, no a ti -me miró con la ceja levantada pero de buen humor
Hugo: bueno se puede decir que soy buen espía y te he seguido todo el camino y no te has dado ni cuenta -puso una cara como de situación- solo venia a verte un rato para conocernos mejor antes de esa fiestecita que nos habéis invitado -dije y le guiñé un ojo
Eva: el famoso Hugo Cobo me ha seguido solo para conocerme, déjame decirte rubito, que con ese cuento a otra, has chocado con una chica que no caerá tan rápido a tus pies, me ha dado tiempo a leer algo sobre ti antes de tu inesperada visita, y ya he visto que las tienes a todas loquitas y las portadas del corazón se forran contigo -me dijo y yo solo me limité a reírme, quería jugar, jugaríamos
Hugo: bueno me dejas pasar o nos quedamos en tu puerta todo el día -dije y se echó a un lado para dejarme pasar, pasó por delante de mi y me hizo un gesto para que la siguiera, se le levantó un poco la camiseta y no pude evitar que mis ojos se fueran a su culo, que por cierto, era precioso

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