CAPITULO 55 (parte 1)

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Narra Hugo
Hoy si. Hoy es el día. 15 de septiembre de 2021. Día que no voy a olvidar nunca. Son las 3 de la tarde y la boda será a las 5. Llevo sin ver a Eva desde ayer y no puedo tener mas ganas de que llegue ya el momento.

Recorro la habitación de un lado para otro, salgo al balcón a fumar para relajarme. Estamos en un residencial que he pedido para nosotros solos. Es decir, para toda la gente que viene a la boda. Estoy esperando a que llegue mi madre con Sam para ponerme el traje. Primero le van a ayudar a Eva con el vestido que tiene más trabajo. Sinceramente nunca pensé que iba a estar tan nervioso el día de mi boda, de nuestra boda. Bueno, para que mentir, nunca pensé que me casaría. Pero desde el día que me di cuenta que Eva no iba a ser una más, quise todo con ella. Y aquí me encuentro, enamorado a más no poder de esa castaña de ojos azules que hoy, si, hoy será mi mujer para el resto de mi vida.

Repaso por última vez mis votos de boda antes de ir hacia la playa. Esa maravillosa playa donde tengo miles de recuerdos. Sobre todo con mi padre y mi familia. Y doy gracias a Eva por aceptar que nos casemos aquí. Mi padre por desgracia no va a estar este dia tan especial e importante para mi. Pero si él no está, vengo yo a este sitio a casarme para sentirlo aún más conmigo. Releo por última vez lo que he escrito con tanto amor y cariño en este papel. Y salgo de la habitación para poner rumbo al lugar.

Todos los invitados están ya en sus respectivos sitios, desde nuestras familias, hasta nuestros amigos que para nosotros, también son familia. Es increíble crear un grupo sano, rodeado de personas con un alma tan pura y que al final, son necesarias en la vida de todos y gracias a dios, tenemos la suerte de tenerlos cerca y hoy aquí. Flavio se encuentra a mi lado, intentando relajarme. Mi madre está más nerviosa que yo, y la entiendo. Su hijo se va a casar. La madre de Eva se encuentra justo al lado de mi madre. Adoro que se lleven tan bien. Miro mi reloj y solo quedan 5 minutos para las 5. Supongo que se retrasará un poco, la novia siempre llega tarde. Pero por dios Eva, no me hagas esperar más, necesito verte ya.

La música comienza a sonar, y no voy a contar las veces que me he tocado la pajarita, porque pienso que me ahogo en mis nervios. A lo lejos veo a esa mujer tan preciosa, que me cautivó tanto desde el primer momento. Acompañada como no, por su padre. Ese que tanto adoro y que me ha hecho un gran hueco en su familia. Camina acercándose a mi, seguida por Sam. Su dama de honor, que va de la mano de nuestra preciosa sobrina. Poco a poco se va acercando más y el tiempo parece que pasa a cámara lenta.

Ahora si, está a mi lado. Su padre me cede su mano y la cojo con gusto, pero antes me da un abrazo y me susurra <<cuídala mucho hijo, y tranquilo, lo harás bien>>. Mi respuesta es una sonrisa y un apretón de manos.

Hugo: estas preciosa amor -digo para después dejar un beso en su mejilla

Eva: tú más, menos mal que me hicisteis caso. Adoro verte en traje -dice y me coge de la mano. Ahora si, empieza la boda.

Javier (cura): estamos hoy aquí reunidos, para ser testigos de la unión matrimonial de Eva y Hugo. Antes de juntaros en santo matrimonio, alguien quiere dedicaros unas palabras -vemos como Sam se acerca al altar y coge el micrófono que le ha cedido el cura.

Sam: bueno chicos, no soy mucho de expresar mis sentimientos ni nada. Pero hoy es vuestro día, hoy tengo que hacerlo. En primer lugar, hablo en nombre de todos nuestros amigos, que ya son familia. Gracias por dejarnos ver de cerca lo que es el amor de verdad. Gracias por hacernos disfrutar de vosotros y más gracias aún por ayudarnos tanto y dejarnos estar hoy aquí, con vosotros.
Por otro lado, en lo personal y a mi me refiere. Empezaré diciendo otra vez, gracias. Gracias Hugo por ser mi hermano. A mamá cuando me dio la noticia que iba a tener un hermanito. Gracias por ser mi equilibrio toda esta vida que llevamos, y gracias de antemano porque sé que lo serás toda la que nos queda. Eres lo mejor que tengo en mi vida, seguido de mi pareja y de mi hija. Y como no, se Eva. Amiga, gracias por convertirte en familia desde el primer momento. Gracias por aparecer en nuestras vidas para darnos la cordura que creíamos perdida. Pero que tenemos gracias a ti. Eres la persona más pura que conozco y no me imagino a mi hermano con otra persona que no seas tú. A los dos, gracias por ser los mejores titos que puede tener mi hija. Gracias por mirar por ella antes que por vosotros mismos. En definitiva, gracias por estar en mi vida. Por ser vosotros. Y por cierto, de nada por estos pedazos de vestimenta que os he hecho. Sino decía esto, no era yo. Os quiero con todo mi corazón chiquititos míos.

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